La tendencia en relación al uso de software pirata en las empresas de la región se encuentra en alza, y en nuestro país no es ajeno. De hecho, Argentina lidera el ranking con el 69% de las empresas, por sobre la media del 55%.
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La tendencia en relación al uso de software pirata en las empresas de la región se encuentra en alza, y en nuestro país no es ajeno. De hecho, Argentina lidera el ranking con el 69% de las empresas, por sobre la media del 55%.
El uso no solo puede traer problemas vinculados con los desarrolladores de software licenciado, sino que también problemas de fondo, como fallas de seguridad, filtraciones y pérdida de información, debido a las brechas que existen en este tipo de software, al no contar con actualizaciones periódicas.
El estudio “Aprovechar oportunidades a través de la observancia de licencias” de la alianza patronal informática BSA detectó que a nivel mundial el 39% de empresas aún instalan y utilizan programas ilegales.
En América latina, el índice de piratería dentro de las organizaciones alcanzó un 55%, lo que representa una disminución de 8 puntos porcentuales en esa actividad desde el 2009.
En cuanto a la Argentina, el 69% de empresas instala programas sin licencia; una práctica que prácticamente no ha tenido alteraciones en los últimos años, manteniendo uno de los peores índices de la región, según informó la BSA a iProfesional en un comunicado.
El estudio reveló que el 26% de los empleados encuestados admitió haber instalado software externo en las computadoras de trabajo. Y, de esos empleados, el 84% reconoció haber instalado dos o más programas no autorizados por la empresa.
Cassandra Oshinnaiye de la Cruz, directora de Compliance Programs de BSA, indicó que, a pesar de la disminución en los índices de piratería global, se ha encontrado que gran cantidad de directores y altos ejecutivos no están controlando sus redes y, de hecho, subestiman cuánto software sin autorización se ha instalado dentro de sus empresas.
“Hemos encontrado que las organizaciones continúan usando programas no licenciados a un ritmo alarmante y que no son conscientes de los peligros y desventajas que conlleva esta actividad. Con este tipo de investigaciones, BSA intenta generar una comunidad global más alerta, segura y comprometida con el uso de programas licenciados, que conozca sus beneficios y los promueva activamente”, finalizó.