Las fuerzas de élite iraquíes entraron ayer en un barrio del oeste de Mosul por primera vez desde el lanzamiento hace cuatro meses de una ofensiva para arrebatar esta ciudad iraquí al grupo Estado Islámico (EI).
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Las fuerzas de élite iraquíes entraron ayer en un barrio del oeste de Mosul por primera vez desde el lanzamiento hace cuatro meses de una ofensiva para arrebatar esta ciudad iraquí al grupo Estado Islámico (EI).
En paralelo, la Fuerza Aérea iraquí bombardeó con “éxito” posiciones de EI en las regiones fronterizas de la vecina Siria, según el primer ministro Haider Al Abadi, que vinculó los objetivos apuntados a los sangrientos atentados cometidos por este grupo en Bagdad.
Responsable de terribles atrocidades y sangrientos atentados, el grupo ultrarradical está siendo atacado en ofensivas en Irak y en Siria con el objetivo de expulsarlo de las regiones que logró controlar. Pero pese a los reveses sufridos en los últimos meses, EI sigue logrando golpear con fuerza.
En Irak, cerca de la frontera con Jordania, el grupo yihadista mató el viernes a 15 guardias fronterizos iraquíes, según responsables militares.
Los tres atentados no han sido aún reivindicados, pero llevan la marca del grupo Estado Islámico, según los expertos.
En Mosul, tras controlar totalmente el aeropuerto situado en la periferia suroeste, las fuerzas gubernamentales ingresaron en la jornada de ayer en un barrio del oeste de la ciudad, entrando de lleno en territorio yihadista, su primer gran éxito en la operación lanzada el domingo para reconquistar la zona oeste de la segunda ciudad de Irak, de la que el grupo Estado Islámico se apoderó en 2014.
Unos 2.000 combatientes de EI permanecen en la ciudad, según estimaciones de la inteligencia estadounidense. La batalla por el oeste de Mosul se anuncia como una de las más sangrientas contra EI.
La ONU y las ong han expresado su preocupación por las 750 mil personas que habitan en ese sector de la ciudad, de los cuales cerca de la mitad son niños. Sus condiciones de vida son cada vez más precarias en esa zona aislada del exterior y a la que no llegan abastecimientos.
Todos los puentes sobre el río Tigris que une el este y el oeste de la ciudad han sido destruidos y según fuentes médicas y habitantes de la ciudad, los más débiles empiezan a morir de desnutrición y por la falta de medicamentos.
Acuerdos entre Damasco y la ONU
Una delegación del gobierno sirio mantuvo ayer una reunión con el mediador de la ONU, Staffan de Mistura, donde abordaron el formato que tendrán las reuniones con los opositores.
“Hemos empezado nuestra discusión con el mediador De Mistura y durante la misma hemos abordado exclusivamente el formato que tendrán las conversaciones” con la oposición siria, dijo a la prensa Bashar Jaafari, embajador de su país en la ONU y jefe de la delegación.
Esta nueva ronda responde a una convocatoria que hizo De Mistura después de que los encuentros propiciados por Rusia, Turquía e Irán en Astaná, Kazajistán, consolidaron la tregua vigente en Siria. La tregua no incluye al EI ni a los grupos originados en la sección siria de Al Qaeda o vinculados a ella de uno u otro modo, en particular el Frente Fateh al Sham. Lo que Damasco y la ONU acordaron ayer es el “formato” de las negociaciones: la composición y envergadura de las delegaciones, y la manera en que éstas se comunicarán entre sí, sea directamente y alrededor de una misma mesa de trabajo, o de manera indirecta.