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El estudio que realizan en niños de la provincia

Jueves, 30 de marzo de 2017 19:08

Esperanza Gutiérrez de Romero es doctora en Biología, Antropología Física y comenzó a trabajar en el tema en la Universidad de Alcalá (España). Lleva años en ello con la Federación Andaluza de Déficit de Atención de Hiperactividad. José Di Pierri se unió al proyecto e idearon la necesidad de hacer el abordaje en Jujuy mediante el Instituto de Biología de la Altura.

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Esperanza Gutiérrez de Romero es doctora en Biología, Antropología Física y comenzó a trabajar en el tema en la Universidad de Alcalá (España). Lleva años en ello con la Federación Andaluza de Déficit de Atención de Hiperactividad. José Di Pierri se unió al proyecto e idearon la necesidad de hacer el abordaje en Jujuy mediante el Instituto de Biología de la Altura.

"Pensamos en hacer el abordaje, intentar investigar y ver cuál era la situación, qué tipo de conducta afecta a los niños. Estos niños tienen un patrón de sueño, duermen poco, se despiertan temprano, comen a destiempo, están siempre más inquietos, hay mucha prematuridad, bajo peso, y son factores de riesgo que afectan su crecimiento y que pueden ser causa de mayores padecimientos de enfermedades metabólicas en la vida adulta", dijo Gutiérrez.

El estudio se denomina "Perfil biológico del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (Tdah). Contribución al diagnóstico precoz y riesgo de desarrollo de enfermedades crónicas en la edad adulta".

"Lo que queremos evaluar es cómo es el crecimiento de los niños. Si está desajustado sobre lo esperado, en condiciones no afectadas por el trastorno o realmente se está afectando el crecimiento", afirmó la profesional.

Los factores genéticos son importantes, hay una heredabilidad de predisposición no genéticamente llana, pero es del 75 %. Afecta más a varones, en proporción de 4 por cada mujer.

Planteó que muchos padres descubren que son Tdah cuando ven reproducido el padrón que vivieron en sus hijos, y cuando alcanza el diagnóstico. "Hay una concordancia entre gemelos monocigóticos del 80 %, lo cual habla de factores de heredabilidad muy alta", afirmó y aseguró que hay genes candidatos que parece que estarían asociados con ese trastorno.

Debido a que la investigación se está extendiendo estimó que en los próximos años se ampliará el conocimiento que se tiene sobre esas bases genéticas.

Existen además factores biológicos y psicosociales que afectan al trastorno. "Por ejemplo, en Jujuy nos hemos encontrado que en embarazos de las mamás de estos niños hay una frecuencia muy alta de ansiedad, depresión y estrés, causada por problemas sociales con la pareja, con la familia. Problemas reales, importantes, y el sistema nervioso central es muy sensible ante el cortisol, el estrés materno, y las mamás tienen que ser cuidadas para evitar problemas", explicó.

Consideró que hay que evaluar factores de riesgo particulares de cada zona para determinar las medidas convenientes para implementar y atacar este problema.

Di Pierri explicó que el estudio busca contribuir al diagnóstico del problema y conocer el perfil nutricional de los chicos, de lo que se conoce poco. Se inició en octubre del 2016, debido a que la doctora española se instaló en Jujuy por un tiempo y se logró reunir datos de Jujuy para el proyecto.

Fueron a San Pedro, La Quiaca y aún no tuvieron el éxito esperado. Esperan por ello que los padres de niños con este problema ingresen al proyecto. Pueden consultar en la Unidad de Genética del Hospital Quintana.

A veces resulta difícil llegar al diagnóstico

“Falta mucho camino, cuesta mucho llegar a tener ese diagnóstico”, afirmó la especialista Esperanza Gutiérrez. Entiende que a veces también hay problemas económicos para acceder a las terapias, que deben ser sostenidas en el tiempo, sumado a ayuda escolar, terapia, tratamiento con psicólogos y psicopedagogos.
Entiende que los profesionales, de a poco empiezan a tratar el tema, y actualmente hay gabinetes que trabajan con la cuestión aunque estimó que el camino es largo y se debe seguir avanzando.
También es importante desmitificar el tema ya que no se trata de estigmatizar a los niños al diagnosticar. “El niño que tiene problemas en el entorno siempre va a tener una etiqueta. Podemos elegir si la etiqueta es "soy Tdah y mi conducta obedece a que tengo estos problemas y estoy intentando solucionarlos’, o puede ser "este niño es un sinvergüenza, no tiene respeto, un maleducado’, cuando hay una conducta que molesta a la maestra, al entorno; al niño siempre se le va etiquetando”, dijo.
Sostuvo que en la experiencia con las madres encontró que cuando se llega al diagnóstico percibe cierto alivio al encontrar una causa, ya que se puede luchar para tratarlo.
Lo importante de llegar al diagnóstico es evitar que lleguen a la adolescencia sin tratarse. Es que mientras son niños los problemas que ocasionan suelen ser tolerables y generan que se cierren los ojos al problema, pero se trata de un problema social que afecta a todos.
"Hay muchos estudios que han valorado una mayor incidencia de Tdah en personas desocupadas cuando son adultas, tienden a perder el trabajo más fácilmente; a tener problemas de pareja; en la adolescencia hay mayores problemas de delincuencia, abuso de sustancias, se sabe que hay más accidentes de tránsito y más graves”, explicó Gutiérrez Citó por ello otro estudio de 2012 que se realizó en Europa, centrado en instituciones de reclusión de menores por problemas de delincuencia, 2/3 de ellos presentaban perfil de Tdah; y en las cárceles era del 50 %. Entiende que es un problema social que se debe atacar por la alta frecuencia, de 6 a 7 % de niños.
No obstante, explicó que no todos los niños con Tdah son iguales sino que las alteraciones son variables al ser neurodiversos, pero hay algunos que además tienen trastorno negativista desafiante y trastornos emocionales que deben ser contenidos, para evita que se agraven. “Son los que más abocados están luego a tener conducta de más riesgo en la adolescencia, más embarazos no deseados por ejemplo. Son niños a lo que se les está rechazando continuamente, en su entorno familiar, escolar y llega un momento en la adolescencia que van a buscar un entorno donde no sean criticados, un entorno que no suele ser más favorable”, dijo.