Desde hace casi 73 años el museo Juan Galo Lavalle abre sus puertas para contar la historia de Jujuy.
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Desde hace casi 73 años el museo Juan Galo Lavalle abre sus puertas para contar la historia de Jujuy.
Una historia que está marcada por etapas cruentas pero que ayudaron a forjar la independencia argentina.
La sede actual es una vieja casona de mediados del siglo XVIII, declarada Monumento Histórico Nacional.
Recibió el nombre porque en el lugar fue muerto el General Juan Galo Lavalle, el 9 de octubre de 1841, por una partida federal durante las guerras civiles. Una especie de homenaje se levanta en Lavalle 256, haciendo honor al referente militar y a todas las luchas que encabezó.
Hay 7 salas que se levantan reflejando los distintos procesos y cambios históricos que ha vivido la sociedad jujeña. Desde la época de la colonia hasta los comienzos del siglo pasado, pasando por cada uno de los gobernadores de Jujuy, todas las habitaciones del museo cuentan un pedacito de historia.
Las salas
Estos cuartos de exhibición permanente muestran al público piezas de enorme valor histórico.
A mano izquierda, la primer sala es la Colonial, ahí se reúnen algunos elementos y datos de la presencia española en la región. Textos y objetos que ilustran sobre la religiosidad, instituciones y el contacto con las comunidades aborígenes.
A continuación una de las más impregnadas de historia, la Sala de la Independencia. Allí se puede ver plasmado el papel decisivo que jugo nuestro pueblo para la liberación argentina, fundamentalmente como base y cede de innumerables batallas y combates librados en territorios del NOA. La presencia de Manuel Belgrano en Jujuy se nota además de en sus cartas (La Convocatoria al Éxodo en 1807, la Proclama a las tropas de Jujuy, entre otras) exhibidas en la sala, también con una bandera que está celosamente guardada en una vitrina, que se señala, es de las más antiguas que se guardan en el país. Además, uniformes del Ejercito del Norte, armas y estandartes conforman parte de las reliquias de esta habitación.
Le sigue la Sala del Éxodo Jujeño. Ahí se evoca el éxodo ordenado por el General Manuel Belgrano en 1812, el primero de varios que fueron llevados a cabo tras las invasiones provenientes del Alto Perú.
En esta etapa se reflejan los héroes forjados en territorio jujeño por su propio pueblo durante las Guerras de la independencia, logrando posteriormente sendos triunfos en los que hoy son Salta y Tucumán, en 1813 y 1812 respectivamente.
La cuarta sala es la de los Gobernadores. 40 cuadros reflejan las imágenes de los mandatarios que pasaron por el gobierno de Jujuy desde la autonomía provincial (desde 1834 hasta 1943), el desarrollo de la comunidad a través de la educación y su integración a partir de la economía. Asimismo se ven procesos de crecimiento a nivel de la comunicación y la construcción.
La Sala número 5 es la de Arte Religioso; por ahí una de los aspectos que marcan aún más fuerte la presencia española en Jujuy. Un alto sincretismo con las creencias locales, refleja la influencia en la vida colonial. Esculturas, pinturas y algunos elementos muestran la mezcla con la religiosidad andina que predominaba.
Cerrando el ala izquierda del museo se encuentra la Sala de Vestidos. Allí se puede ver la ropa de época, siglos XIX y XX, en maniquíes y fotografías. Vestimenta para tertulias y festividades y costumbres sociales como matrimonios y bautismos de la burguesía que habitaba Jujuy.
La séptima y última sala (en el ala derecha) es la de Las Guerras Civiles, donde se ven reflejadas las interminables batallas libradas entre unitarios y federales en la época del proceso de autonomías provinciales. El General Lavalle es homenajeado en esta sala por liderar a los opositores de Rosas.
Como toda casona de época cuenta con galerías y patios internos. En el primero de ellos está emplazado el busto de Juan G. Lavalle.
El siguiente espacio libre posee antiguo mobiliario y un aljibe y el último patio cuenta con un antiguo corral en la parte posterior y una campana de hierro utilizada por el General Belgrano a fin de convocar al pueblo a bendecir la Bandera Argentina en 1812.