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25 de Abril,  Jujuy, Argentina
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El jujeño Bruno Arias trasladará el norte argentino a Palermo

El cantautor oriundo de El Carmen lleva su peña folclórica a los escenarios de Niceto Club de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Lunes, 31 de julio de 2017 00:00

El músico y cantautor jujeño Bruno Arias desembarcará mañana en el Niceto Club de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con la segunda entrega de su peña folclórica y la promesa de escapar a todas las estructuras, con invitados especiales, baile, concursos y las tradicionales empanadas norteñas, celebrando en Día de la Pachamama.

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El músico y cantautor jujeño Bruno Arias desembarcará mañana en el Niceto Club de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con la segunda entrega de su peña folclórica y la promesa de escapar a todas las estructuras, con invitados especiales, baile, concursos y las tradicionales empanadas norteñas, celebrando en Día de la Pachamama.

 

El artista jujeño preparó para mañana un espectáculo junto a varios artistas invitados. Será una noche a pura música y baile.

El encuentro que comandará el folclorista, con Juan Acosta (guitarra) y Javier Lozano (teclados), además de una larga lista de invitados, se realizará en la sala porteña de Niceto Vega 5510, durante toda la noche, desde las 21 hasta las cinco de la mañana.

La carrera de Bruno Arias fue encontrando nuevas formas a lo largo de los años. Su primer trabajo vio la luz en 2005, a sus 26 años, y lo tituló "Changuito Volador", tal vez porque deja sobrevolar la inocencia y muestra su provincia desde el paisaje y desde el bailecito. Con "Atierrizaje", publicado dos años después, empieza a asomar una apertura en la selección de instrumentos, alejándose de los tradicionales como la quena y el charango y permitiendo la intromisión del teclado y el piano, con el fin de "expandir el territorio de Jujuy -cuenta el folclorista - y hacerlo un poco más nacional". Son los trabajos siguientes, "Kolla en la ciudad" y "Madre tierra", con los que se abre y se deja empapar por sonidos más andinos para darle textura a mensajes de reivindicación de la lucha de la gente de la Quebrada y de los pueblos originarios que padecen la discriminación y son invisibilizados.

"El derecho de vivir en paz", el más reciente y quizá el álbum más combativo de su discografía, fue lanzado hace dos años y además de mantener presentes a dos docentes desaparecidas, le hace frente a problemáticas sociales como la mortalidad infantil y la mega minería a cielo abierto.

"En estos tiempos de guerra y atentados necesitaba un nombre que lo represente, y esa canción emblemática de Víctor Jara (que Arias homenajea en el título) tenía que ver con la unidad latinoamericana y con no arrodillarse frente a los capitales de afuera. Trata de estar alerta y atentos a lo que pasa para que no se repita la historia nefasta de nuestro país en los '70", enfatiza mientras recorre sus trabajos.

Si uno escucha la carrera artística del folclorista jujeño, seguramente esperará que su próximo disco muestre una furia mayor. Sin embargo, Arias asume un nuevo desafío musical que marca un punto de inflexión en su carrera y que lo vuelca al universo sinfónico. El cantante y compositor que ofreció charlas instructivas en Santiago del Estero para artistas que publican su primer disco, en el marco de un ciclo de encuentros organizado por Sadaic, tiene una agenda cargada de presentaciones por distintos puntos del país, y sobre la peña que organizó en un boliche de Palermo contó, "se trata de llevar el folclore a otros ambientes donde se escuchan otros tipos de música, que escape a todas las estructuras y que se genere un ambiente de buena onda y de música. Trato de que sea un espacio federal y de que exista la posibilidad de que toquen artistas de otras provincias. Lo que tiene la peña es que siempre tiene muchos invitados y en esos invitados siempre hay valores nuevos, artistas que no son conocidos y que yo siento que se merecen tener un espacio para mostrar sus composiciones. También me gustaría mezclar un poco la futura peña y que no sea sólo folclore, sino que haya también rock, jazz, algo de fusión, reggae... Estaría bueno que no se considere a la peña como algo folclórico". E indicó que hoy por hoy en su carrera se encuentra en un tiempo de inflexión, "estoy en un momento de cambio, de tratar de hacer algo distinto, no sólo seguir mostrando lo que ya conoce la gente de verme en los formatos de festivales como Jesús María o Cosquín, con banda completa. Quiero tratar de ir un poco más allá. Hace poco toqué con la Camerata Argentina, de Pablo Agri, en el Centro Cultural Kirchner, donde grabé algunas canciones con ellos, y también con la Orquesta de Cámara del Congreso, bajo la dirección de Gerardo Gardelín, y de eso va a tratar mi próximo disco que voy a publicar antes de fin de año", anunció. Y en esta reconfiguración del sonido habló sobre el lugar que ocupará el folclore, "el folclore es algo que tengo incorporado en los sentimientos más profundos, es algo que me sale naturalmente, pero la música es una sola para mí y no importa el género que sea. Nunca subestimo ningún género y ningún público y si tengo la posibilidad de tocar otros géneros o de invitar a otros artistas es muy enriquecedor e importante para que haya un cruce. Soy descontracturado y me permito más libertad para no tenerle miedo a los géneros, sin hacerme el rockero ni el tanguero. Hacerlo a mi forma".

Asimismo se refirió a las razones que lo impulsaron a buscar ese giro, "la idea es siempre expandirme en los diferentes ambientes de la música. Uno de mis sueños es que nuestro folclore se pueda elevar y pueda alcanzar el nivel de la música de mundo, que uno artísticamente pueda salir de este país a tocar a otros lugares, a un teatro, a un festival de música clásica o músicas del mundo o jazz. Como decía Atahualpa Yupanqui: 'Que las formas sean nacionales y el idioma, universal". Entonces voy por el camino de los grandes referentes como Violeta Parra y Mercedes Sosa, que tiene que ver con el compromiso social, y poder salir a tocar aunque siempre fue complicado", explicó para concluir.

 

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