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La lucha contra el maltrato animal: una bondadosa tarea poco valorada

Proteger a las mascotas de personas que las agreden es una acción que implica tiempo, espacio y dinero. Sin embargo, hay quienes critican y entorpecen este trabajo que es voluntario y no tiene un respaldo gubernamental.
Jueves, 25 de enero de 2018 20:31

Para saber sobre el trabajo voluntario que las protectoras de animales llevan a cabo es imprescindible entender a qué situaciones se enfrentan.

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Para saber sobre el trabajo voluntario que las protectoras de animales llevan a cabo es imprescindible entender a qué situaciones se enfrentan.

A lo largo de la historia el rol de las mascotas en la vida de los humanos ha ido teniendo cada vez más relevancia e importancia, esto se debe a que las personas entendieron y pudieron asimilar todos los beneficios que posee tener un animal doméstico en el hogar. Es que ellos aportan en el crecimiento de los pequeños, en la responsabilidad que los niños pueden ir adquiriendo mediante el cuidado de un cachorro, por ejemplo; en la compañía de un adulto mayor que perdió a su pareja y se refugia en el amor que un can puede brindarle en su último tramo de vida; o simplemente por la necesidad de contar con un ser que todos los días esté dispuesto a brindar cariño, fidelidad y protección.

Muchos animales, en especial los perros salvaron una innumerable cantidad de vidas humanas, otros acompañaron a personas con una discapacidad siendo lazarillos en individuos no videntes, por ejemplo. Ellos vuelcan su bondad en cada hogar y mantienen siempre su amor hacia sus dueños, aunque ellos no estén de buen humor.

Pero nosotros en muchas ocasiones somos ingratos y los maltratamos. Podemos calificar al maltrato animales en tres grados: grave, moderado y leve. Grave es el despellejo (el caso de “Campeón”, cachorro que en Palpalá despellejaron vivo), mutilaciones, torturas con algún elemento punzante u otros objetos (el caso del perro al que le tiraron agua hirviendo afuera de un local céntrico), obligar a los canes de razas “peligrosas” a que peleen hasta la muerte, la práctica de la zoofilia, el uso de mascotas en rituales (hace poco en el hogar “San Roque” buscaron un cachorro para cortarle la oreja y con ella curar a un niño contó Gabriela Baduzzi, referente de esa institución). Esos son algunos de los casos de maltrato grave. El moderado también puede llevar a la muerte, y es el uso desmedido de la pirotecnia, por ejemplo, la creación de criaderos en los que se explote sexualmente a hembras para la comercialización de sus cachorros y el abandono en la vía pública que muchos los hacen cuando el animal crece y exige más responsabilidades. Maltrato leve se le puede asignar a los dueños que no cuidan a sus animales (vacunas y castración) y son irresponsables.

Estas situaciones se manifiestan día a día en las redes sociales. Se ha vuelto una costumbre observar casos de animales en estados deplorables y a gente que solicita ayuda. ¿A quiénes? A las protectoras de animales, que sin un respaldo gubernamental rescatan, brindan atención veterinaria y salvan vidas.  

En síntesis, es esa la tarea que ellos hacen: salvar vidas. Y gracias a eso, todos nos beneficiamos, ¿porque? Porque menos animales en la vía pública reducen accidentes de tránsito que se producen a causa de un dueño irresponsable que los abandonó, también porque se evitan enfermedades y mordeduras. Y algo muy importante: un animal rescatado implica una nueva adopción, y adoptar a uno de la calle significa tener un integrante más en la familia y un hogar más ameno. Y todo esto, gracias a la tarea de estos voluntarios que aman y valoran la vida animal.

Las protectoras rescatan a aquellas mascotas que padecieron el cruel ataque de ese ser al que más amor le brindan pero que en muchas ocasiones reciben a cambio maltrato y abandono, ese ingrato ser es el humano.

Más información y educación

La protectora Gaia, situada en la localidad de Libertador General San Martín, confeccionó un libro de tenencia responsable de mascotas con el fin de integrarlo a la currícula escolar, para que las nuevas generaciones aprender a tratar a un animal y no cometen los mismos errores que los más grandes. Este manual que posee cinco capítulos trata temas de vital importancia para combatir el maltrato, el abandono y la sobrepoblación de animales en la vía pública.

Para obtener este escrito o comunicarse con ellos se pueden contactar vía Facebook: Gaia Educativa.

Además del libro, el mundo del internet ofrece cientos de portales sobre el cuidado animal. Y los que no tienen ese acceso también pueden consultarles a las protectoras que existen en la provincia y a los doctores veterinarios que son los que más saben sobre el tema.

“El mayor aliado del maltrato animal es la ignorancia humana: el no saber que hay que vacunarlo, desparasitarlo, no saber que es indispensable castrarlo para no fomentar la superpoblación en la vía publica, que no es necesario que tenga crías para poder ser castrado, lo que le hace mal como los estruendos pirotécnicos, algunas comidas como ser el chocolate, etc. Es indispensable informarse”, sostuvo Daniela Zárate, integrante de “Voz Animal”.

A pesar de que existen muchas opciones para saber sobre esta problemática las personas no se informan y caen en la ignorancia cuando tienen una mascota. Esto provoca múltiples riesgos en ellos y también en las personas.  

Una labor de todos los días y de toda hora

 Las personas que dedican su vida a rescatar mascotas llevan una vida diferente a la de cualquier otro porque esos canes de a poco van aumentando en su número y eso lleva en muchas ocasiones a tener problemas con sus propios familiares.

No les queda otra opción ya que los casos de maltrato son abundantes y les cuesta demasiado ser indiferentes ante un perro o gato accidentado y tirado en la vía pública.

La vida de una protectora implica llevar un día a día cargado de muchas actividades, “además de lo cotidiano como ser las cosas de la casa, los hijos, el trabajo y nuestros animales debemos estar pendientes de los tránsitos, el veterinario y los seguimientos a aquellos que dimos en adopción. Sumado a eso, los pedidos de ayuda son constantes y la mayoría de la gente piensa que nosotros debemos hacernos cargo de todo. No hay feriados, ni domingos, ni días con la familia, una protectora está todo el día con la cabeza en los animales, si viajamos vamos mirando la ruta, las calles, por las dudas haya alguno abandonado a su suerte”, explicó Daniela Zárate.

Esta tarea necesita colaboración de la sociedad mediante la adopción. Ellos buscan promover las adopciones de mascotas “adoptar es darle una oportunidad a una mascota que fue abandonada y maltratada, regalarle la oportunidad de que tenga una familia y un hogar que la quiera. En cambio, comprar un animal en algunas ocasiones (no siempre), es un acto que fomenta la explotación sexual de hembras que son utilizadas para las personas para cruzarse y parir y que sus cachorros sean vendidos”, remarcó.

Para adoptar cachorros y adultos se pueden contactar vía Facebook con: Hogar San Roque y Voz Animal, también de 18 a 21 afuera de la Biblioteca Popular sobre calle Belgrano, Narices Frías realiza ferias de adopción. 

Un pedido de ayuda para el Gobierno

Ediles de la capital jujeña aprobaron a principios de noviembre del año pasado la ordenanza N° 7.089/17 sobre tenencia responsable de mascotas, pero las protectoras desconocen si empezó a regir ya que hasta el momento aún no reciben respaldo alguno.

“La ordenanza fue aprobada el año pasado, pasaron varios meses, pero aún no sabemos nada si ya fue promulgada. Eso significa que la situación sigue igual que siempre con miles de perros abandonados, con personas que los maltratan y no reciben condena alguna”, mencionó la voluntaria.

¿De qué forma puede participar el Gobierno en esta tarea? Según las protectoras, lo urgente son las castraciones masivas, obligatorias, gratuitas, abarcativas y extensivas para eliminar la superpoblación y todo lo que trae aparejado eso. Otras urgencias son las sanciones a dueños irresponsables, la creación de un refugio para contener a las mascotas abandonadas y un número para realizar denuncias. Todos estos puntos se encuentran dentro de la ordenanza.

En ese sentido, Valeria Cura, protectora independiente sostuvo que: “No existe ayuda del municipio y hasta recurren a las protectoras para solucionar casos en los que los mismos ciudadanos solicitan ayuda para un animal. Los recursos en zoonosis son casi nulos y muy escasos para colaborar con el trabajo gratuito que realizan las protectoras todos los días”.

Siguió diciendo que: “Necesitamos compromiso y apoyo o un proyecto ambiental donde nos consideren parte y se pueda trabajar en equipo. Necesitamos leyes que sanciones los distintos grados de maltrato animal, necesitamos que se incluya en la curricula educativa una materia que contemple ésta problemática, desde la empatía hasta la problemática sanitaria. Necesitamos más difusión sobre este tema así la gente toma conciencia”.

Es un trabajo voluntario, no obligatorio

El otro gran problema que deben enfrentar es enfrentarse a la ignorancia de otros que les atribuyen un rol distinto al que tienen. Muchos creen que es su deber socorrer a todo animal que se encuentre con dificultadas, piensan que a ellos les pagan por hacer esta tarea y por ello deben estar predispuestos siempre que se los necesita. Esta es una equivocación que entorpece este trabajo y que molesta porque cuando no pueden socorrer a una mascota son agredidos y difamados en redes sociales.

Es de suma importancia que la sociedad entienda que este trabajo es voluntario y que en muchas ocasiones ellos no cuentan con transporte ni dinero para pagar una atención veterinaria. Todos debemos hacernos cargo y en vez de darles más trabajo se puede contribuir con esta tarea y participar de los rescates.

“En Jujuy el rol de las protectoras parece ser que es hacerse cargo por completo del ‘animal problema’. La sociedad considera que tenemos la obligación de hacerse responsable ante el abandono y negligencia de dueños irresponsables. Aunque deberíamos funcionar como herramientas del Estado para concientizar y ayudar en ciertos casos de extremo maltrato del animal. Tendríamos que ser un instrumento del Estado para facilitar la comunicación entre la población y las instituciones públicas que deberían realmente resolver concretamente la problemática animal”, mencionó Valeria Cura.

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