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La religiosidad popular al ritmo de los villancicos

Ancestral costumbre que se reedita en los pesebres del norte argentino, desde Nochebuena hasta Reyes Magos.
Jueves, 27 de diciembre de 2018 01:04

SAN PEDRO (Corresponsal). Y diciembre es propicio para que en los cuatro puntos cardinales de la provincia de Jujuy, se viva con profunda fe el tiempo navideño.

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SAN PEDRO (Corresponsal). Y diciembre es propicio para que en los cuatro puntos cardinales de la provincia de Jujuy, se viva con profunda fe el tiempo navideño.

La religiosidad popular cobra presencia en los distintos pesebres con sus rituales y también las adoraciones que al ritmo de los villancicos, impregnan el aire desde la Nochebuena hasta la fiesta de la Epifanía o llegada de los Reyes Magos.

Uno de los ancestrales ritos es el que se vive, en el pesebre comunitario Niño Jesús, ubicado en barrio San Francisco de esta ciudad, el que da comienzo cuando las agujas del reloj marcan las cero horas del 25 de diciembre y se lo conoce como "Ritual de la representación del Nacimiento del Niño Dios".

Desde horas tempranas, comienzan los preparativos y se dispone todo lo necesario para la ceremonia, que se vive en un clima de profunda fe y respeto. Momentos previos, la banda de música comienza con el sonar de quenas, bombos y redoblantes a invitar a los vecinos y devotos, anunciando el inicio del ritual.

Apenas pasada la medianoche del 24, se apagan todas las luces, y a la luz de las velas, comienza el sahumado del interior del pesebre, y al sonido de los villancicos, se prepara la sagrada imagen, la que es entregada en manos del pasante del presente año, quien es el encargado de cumplir con cada instancia. La imagen del recién nacido es colocada en un recipiente, donde recibe el "primer baño", cuidadosamente y con gran veneración, el pasante baña al Niño, lo seca y lo reviste con ropitas nuevas, confeccionadas especialmente para la ocasión.

Luego el Niño es recostado en el pesebre, y se encienden las tradicionales "estrellitas", y entre cánticos, se ilumina todo el lugar y el sonar de los instrumentos anuncian con la alegría el nacimiento del Niño. Las voces resuenan con alegría ante su llegada.

Posteriormente, el pasante de este año Emanuel Ortega, levanta la imagen del Niño y se encamina hacia el patio, invitando a todos los presentes para que se acerquen a recibir la bendición. Con gran solemnidad, humildemente de rodillas, se van acercando todos los devotos.

El pasante indicó que este ritual es vivenciado desde los comienzos del pesebre, tradición que trajeron los antiguos encargados de los pesebres de lotes y barrios del departamento, reeditando cada año y con gran devoción la representación del nacimiento.

Cabe acotar que en algunos años, la representación sumaba a María embarazada y a José que la acompañaba, ambos ingresaban al pesebre donde la Virgen daba a luz y el recién nacido recibía su primer baño, era revestido y luego de bendecir a todos, recibía la adoración de los devotos.