La situación política de Tilcara, seriamente comprometida tras la denuncia de la emisión de cheques sin fondos por parte del municipio, podría llegar pronto a su desenlace. Ayer volvió a intentar sesionar el Concejo Deliberante, que de tener quórum podría suspender al intendente Ricardo Romero e iniciarle juicio político, pero no pudo alcanzar el número de ediles necesarios, y se lo volvió a citar para hoy.
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La situación política de Tilcara, seriamente comprometida tras la denuncia de la emisión de cheques sin fondos por parte del municipio, podría llegar pronto a su desenlace. Ayer volvió a intentar sesionar el Concejo Deliberante, que de tener quórum podría suspender al intendente Ricardo Romero e iniciarle juicio político, pero no pudo alcanzar el número de ediles necesarios, y se lo volvió a citar para hoy.
Un delicado equilibrio separa el inicio del juicio político del vencimiento de los plazos para el juzgamiento del intendente.
La situación es la siguiente: Ricardo Romero volvió a presentar un justificativo por salud hasta el 31, con lo que el presidente del Concejo Deliberante, Pablo Mendoza, tiene que seguir reemplazándolo en sus funciones. Y el de Mendoza sería el voto necesario para la posible suspensión, sumado a los otros dos votos justicialistas y un voto radical, que dan los dos tercios del cuerpo. Otro de los votos radicales, el de Marcelo López, y el de Yolanda Girón, afín a Ricardo Romero, siguen sin presentarse para dar quórum a la sesión extraordinaria.
A mediados de enero, contando los veinte días que dicta la Carta Orgánica, se vencerían los plazos para lograr la suspensión del intendente y el inicio del juicio político. Para cumplir con estos tiempos, se especula con que los concejales que no se presentan a las sesiones acarreen las cuatro faltas mensuales que amerita al cuerpo para descontárselo de la dieta, o que el intendente retome sus funciones y el edil Pablo Mendoza regrese a la presidencia del cuerpo.
Ya sea Ricardo Romero o Pablo Mendoza, que como presidente del Concejo debería reemplazarlo en caso de suspensión, quien dirija este enero el Ejecutivo tilcareño deberá enfrentarse a las tareas que son propias de ese tiempo y que no son pocas ni menores: el inicio de una nueva temporada alta de turismo, el Enero Tilcareño y las lluvias que, por menores que vayan a ser, requieren de una constante atención por parte de Obras Públicas.