River Plate se consagró campeón de la Supercopa argentina, al vencer anoche a Boca Juniors por dos a cero en el estadio "Malvinas Argentinas" de Mendoza.
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River Plate se consagró campeón de la Supercopa argentina, al vencer anoche a Boca Juniors por dos a cero en el estadio "Malvinas Argentinas" de Mendoza.
El equipo de Marcelo Gallardo gritó fuerte al imponerse a su clásico rival porque ganó un partido más que importante, después de un inicio de año repleto de críticas por su mal rendimiento colectivo.
El triunfo se justificó a partir de la eficacia de los "millonarios" y el gran momento de su arquero Franco Armami, quien en el inicio del complemento contuvo tres pelotas claves. El partido estaba uno a cero de River en aquel momento.
El encuentro, que se jugó en una cancha repleta con igual cantidad de hinchas por bando, arrancó con Boca lanzado al ataque, pero le duró poco.
Es que en una jugada muy polémica, el árbitro Patricio Loustau consideró que Cardona se llevó por delante a Fernández en el área. Penal que "Pitty" Martínez, a la postre la figura del partido, cambió por festejo.
Después no pasó demasiado. Hubo mucha lucha y poco juego. River salió mejor parada de esta situación porque estaba un tanto arriba.
En el "xeneize" se sintió horrores la ausencia de Carlos Tévez. ¿No jugó? En realidad, entró, pero no incidió para nada, una constante en los noventa minutos.
Cuando se reanudaron las acciones tras el descanso, el conjunto de Barros Schelotto mostró su mejor repertorio. En cuatro minutos generó tres oportunidades netas de gol, pero Armani se agigantó en todas. Primero a Pavón, cuyo tiro desvió y el travesaño también lo acompañó para que se vaya córner. Luego voló más alto que todos para evitar el gol de Goltz, de cabeza, y en el rebote ahogó el grito de Nandez.
River no podía reaccionar y otra vez la fortuña le guiñó un ojo cuando cabeceó Cardona en el área chica.
El destino estaba marcado. Encima, nuevamente Armani impidió que Fabra convirtiera en un "mano a mano" increíble desperdiciado.
Pero la diferencia entre uno y otro estuvo en la efectividad. El ingresado Ignacio Scocco culminó de manera brillante un contragolpe, tras un jugadón de Martínez por izquierda.
El dos a cero fue lapidario.
El "millonario" ganó merecidamente, sin lucirse ni nada por el estilo. Boca, por su parte, fue una sombra. Con Tevez desdibujado y sin volumen de juego en línea generales sólo llegó con peligro, merced a sus individualidades. Quedó en deuda.