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Pequeña de cinco años, presa de tormento judicial

Una jueza de primera instancia de Personas y Familia fue filmada refiriéndose de manera inhumana a la niña.

Lunes, 19 de marzo de 2018 00:00

SALTA (Agencia). Con solo cinco años, una niña vive un tormento. Presa del infortunio de sus padres, pasa sus días tratando de aislarse de ese universo.

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SALTA (Agencia). Con solo cinco años, una niña vive un tormento. Presa del infortunio de sus padres, pasa sus días tratando de aislarse de ese universo.

Un complejo divorcio que sus padres llevan a cabo parecería tenerla de "rehén" de una situación extremadamente triste.

Trato inhumano

Sumado a ello, en las últimas horas se viralizó un video donde la jueza de primera instancia de Personas y Familia 3, Claudia Güemes, quedó en el ojo de la tormenta al referirse de manera inhumana hacia la niña.

El accionar de la magistrada causó el repudio generalizado y ahora deberá ser analizado por la superintendencia.

A raíz del divorcio, donde los abogados de ambas partes cruzan presentaciones, una menor de 5 años padece la hostilidad del contexto. En este tipo de casos, siguiendo los designios de la ley, la Justicia debe escuchar a la menor.

Si bien en esta oportunidad la pequeña víctima parecería no querer estar con su madre, en su momento ambos padres acordaron junto a una psicóloga y un asesor cómo sería el régimen de tenencia circunstancial, es decir, la niña fue escuchada como señala la ley.

Al separarse -sin tener aún sentencia de divorcio- y tener que decidir el destino de la niña, los padres tuvieron que ponerse de acuerdo para llevar adelante los "cuidados personales compartidos".

Tras el acuerdo de partes -de los padres-, y una vez homologado por la jueza, decidieron que la niña estaría en la casa del padre. Sin embargo, el acuerdo duró una semana porque la mujer del hombre -padre de la menor- incumplió el acuerdo formalizado.

Tras lo pactado, la madre podría retirar a su hija de lunes a viernes de la casa paterna. El miércoles pasado se cumplió el primer contacto formalizado con presencia de una psicóloga del Poder Judicial y el padre de la niña. El jueves no pasó lo mismo, la segunda visita con los términos y horarios fijados no pudo cumplirse y los abogados de la mujer -madre de la menor- presentaron un escrito para que lo homologado por la jueza se cumpliera. Para asegurar el correcto accionar de la tutela judicial efectiva la jueza Claudia Gemes se hizo presente en la casa del señor. Fue entonces cuando comenzó el calvario de la pequeña.

 

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