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29 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Si algo quedó claro, es la vigencia absoluta de Phill Collins

Fue el martes, y lo que pasó quedará para la historia, porque si alguien quiere saber cómo se hace un recital... este es el modelo.Su hijo de 16 años, Nicholas Collins, se lució detrás de él con su camiseta de la Selección Argentina. El futuro está en buenas manos.

Sabado, 24 de marzo de 2018 00:00

Sacando a relucir su gran repertorio, Phill Collins hizo vibrar a todo Buenos Aires con su presentación "NotDeadYet" en el Campo Argentino de Polo. Todo el público se deleitó con sus clásicos como solista y de su época como baterista en Génesis, marcando a fuego en la memoria de los presentes una noche inolvidable.

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Sacando a relucir su gran repertorio, Phill Collins hizo vibrar a todo Buenos Aires con su presentación "NotDeadYet" en el Campo Argentino de Polo. Todo el público se deleitó con sus clásicos como solista y de su época como baterista en Génesis, marcando a fuego en la memoria de los presentes una noche inolvidable.

 

Antes de llegar a Buenos Aires había deleitado a 25.000 personas en el Estadio del club Instituto, de Córdoba, con The Pretenders en la previa.

Generalmente en un recital la estrella principal corre, salta, baila, es decir, se traslada por todo el escenario mientras canta. Este no es el caso de "NotDeadYet". Phill Collins sufre unos serios problemas en sus vértebras cervicales, por lo que durante las casi dos horas de show estuvo sentado. Solo alguien como el británico, con su carisma, su experiencia y su voz puede hacer un recital sin desplazarse y hacer emocionar a las 40 mil personas presentes en el Campo Argentino de Polo.

Pero antes de llegar a la frutilla del postre de la jornada del martes, pasaron muchas cosas para destacar antes. Las puertas del estadio se abrieron cerca de las seis de la tarde, filas de incontables almas esperando ver al gran músico fueron ingresando con una tranquilidad y felicidad inmejorable.

El espectáculo puso primera con la cantante Hilda Lizarazu. Su bella voz fue la encargada de romper el silencio del escenario. Casi como una suerte de "flashback", la cantautora teloneó a Phill Collins en este último recital al igual que lo había en el estadio de River Plate hace 23 años, la última vez que el baterista se presentó en Argentina.

Terminada su presentación, los murmullos de la gente ansiosa volvieron a la espera de "The Pretenders". El ingreso de gente nunca paró, cada vez el campo y las plateas se llenaban más y más. Ya casi sin sol apareció Crissie Hynde, la inoxidable cantante del grupo angloestadounidense junto al resto de la banda. Durante una hora repasaron sus mayores éxitos de estos 40 años de carrera.

Con el escenario encendido y el público con el corazón ansioso, la espera se acortaba cada vez más.

Imágenes de la vida del británico fueron apareciendo en las pantallas, instantes más tarde la oscuridad se hizo dueña del estadio y la fanfarria empezó. Despacio, sin mucho movimiento, apareció el agasajado de la noche.

Phill Collins apoyado sobre su bastón fue caminado hasta el medio del escenario, acompañado por el griterío y las alabanzas de las 40 mil personas que estaban allí para verlo a él. "Hola Buenos Aires, hola Argentina. Este es todo mi español" dijo y todos enloquecieron.

Sin esperar más empezó. Comenzó con "Againts All Odds", su genial interpretación más el ambiente que se vivía hizo no solo cantar a los presentes, la mayoría terminó secándose lágrimas de la emoción. Y la noche recién empezaba. Sin bajar la vara continuó con "Another Day in the Paradise", los que se habían aguantado la emoción acá ya no pudieron. Fue así toda la noche. "éxito tras éxito. Sentado, con su bastón al lado y con el carisma que solo él tiene, enamoró a todos. Los balcones aledaños al Campo Argentino de Polo explotaban al igual que los presentes en el mismo show, nadie quería perderse el espectáculo inolvidable en la noche fría de Buenos Aires.

Su coro, los trompetistas, los guitarristas y su nuevo baterista brillaron. "l ya no está detrás del instrumento por el cual se hizo famoso, su legado es el que se encarga de eso. Su hijo de 16 años, Nicholas Collins, se lució detrás de él con su camiseta de la Selección Argentina. El futuro está en buenas manos.

El repertorio se fue cerrando con "Separates lives" junto a una de sus coristas en una genial interpretación. Siguió con "In the Air Tonight", "You Can´t Hurry Love", "Easy Lover" y se despidió de todos con "Sussudio". Las lágrimas de todos no solo eran por la emoción de estar allí, viendo a uno de los más grandes músicos de la historia, sino porque había llegado a su fin.

Pero como por arte de magia, las luces se encendieron. Un tema más llegó. A nadie le importaba que Collins se demoré en llegar a la silla, el británico había vuelto al escenario y le daría al público lo que quería. "Take me Home" junto a un espectacular juego de fuegos artificiales.

Si alguien quiere hacer un recital, "NotDeadYet" es un modelo a seguir. Phill Collins se despidió de Argentina, el público se retiraba lentamente, mirando hacía sus espaldas esperanzado que vuelva a salir. No le hizo falta desplazarse por el escenario para llenar corazones, su voz bastó para hacer un show que quedará por mucho tiempo en la retina de sus 40 mil espectadores. (Andrés Echazú, especial para El Tribuno de Jujuy)

 

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