TILCARA (Corresponsal). Este fin de semana se llevó a cabo el X Encuentro de Escritores, un espacio para las letras que fue creciendo a la sombra de los muros del Museo Terry. Su mentora, Marta Córdoba, suele contarnos los hechos más destacados pero esta vez el enfoque es otro: es el último que la tiene como anfitriona. "Lo vengo haciendo, ininterrumpidamente, desde el 2009", nos dice, "creo que se ha cumplido un ciclo de mi parte, pero quedan amigas como Lelia María e Isabel Zelaya, que serán quienes lo continúen2.
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TILCARA (Corresponsal). Este fin de semana se llevó a cabo el X Encuentro de Escritores, un espacio para las letras que fue creciendo a la sombra de los muros del Museo Terry. Su mentora, Marta Córdoba, suele contarnos los hechos más destacados pero esta vez el enfoque es otro: es el último que la tiene como anfitriona. "Lo vengo haciendo, ininterrumpidamente, desde el 2009", nos dice, "creo que se ha cumplido un ciclo de mi parte, pero quedan amigas como Lelia María e Isabel Zelaya, que serán quienes lo continúen2.
Nos cuenta que "este año han asistido muchos escritores, vienen del Chaco, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires, han llegado de Río Turbio, Córdoba, La Pampa, Salta, y lamentablemente poca gente de Jujuy. Hoy", nos dice el sábado 24, "de un modo muy emotivo por ser el día de La Memoria, La Verdad y la Justicia, y la poesía tiene que ver con mantener la memoria".
Reflexiona que en el mundo de las letras "hay grieta como en todos lados, nos dividen las ideologías pero no por eso nos vamos a matar. Somos escritores, y cuando se me pregunta por este compromiso, yo respondo que no hay nada más político que el escritor y el poeta que no hablan de política. El Encuentro siempre lo hicimos una semana antes de Semana Santa, y esta es la primera vez que nos toca un 24 de marzo, y la gente viene muy cargada de emociones".
Nos cuenta que "no me senté aún a hacer un balance de los diez años, pero lo siento como un aprendizaje permanente en el que todavía no terminé de aprender. Es un proceso inacabado, pero que me encantó hacerlo. Empecé con el apoyo de quien fuera mi marido, y por supuesto la gente del museo, Francisco Tinte, su director, y Miguel Sandoval, y tanta gente maravillosa que me acompañó".