Una planta de agregado de valor para el procesamiento y fraccionamiento de quinoa se puso en funcionamiento ayer en Maimará. La inauguración contó con la presencia de autoridades del Ministerio de Agroindustria de la Nación y el Gobierno de la Provincia.
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Una planta de agregado de valor para el procesamiento y fraccionamiento de quinoa se puso en funcionamiento ayer en Maimará. La inauguración contó con la presencia de autoridades del Ministerio de Agroindustria de la Nación y el Gobierno de la Provincia.
El corte de cintas estuvo a cargo del gobernador Gerardo Morales y el subsecretario de Desarrollo Territorial nacional Felipe Crespo.
La planta servirá como punto de partida para un programa de comercialización del milenario cereal en beneficio de casi 200 productores familiares.
La iniciativa se llevó adelante a través de la cartera que conduce Luis Miguel Etchevehere, con una inversión total de 2,46 millones de pesos, de los cuales $1,88 millones fueron financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destinada a la obra civil y compra de equipos. Los $580 mil restantes, que se dirigieron a otras inversiones, fueron financiados por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y el Gobierno provincial.
Reconvirtieron infraestructura
La obra consistió en la reconversión de una infraestructura preexistente de más de 400 metros cuadrados (entre cubiertos y descubiertos) que fue modernizada y equipada con una línea de producción para procesar la quinoa, atendiendo a los procesos de clasificado, despedrado, desaponificado y envasado.
Algunos de los equipos adquiridos fueron: una despedregadora, una escarificadora, una laminadora, un molino, una clasificadora, una extrusora y una fraccionadora.
Con una capacidad de procesamiento de 200 kg/hora, la planta beneficiará a 195 productores familiares de quinoa de la Quebrada de Humahuaca y la Puna jujeña y será gestionada por una Comisión de Infraestructura compuesta por productores y representantes de organismos gubernamentales, tanto nacionales como provinciales, que integran el clúster "Complejo Quinua de Jujuy".
El clúster
El conjunto productivo (clúster) fue impulsado por la cartera nacional y está integrado por pequeños productores de ocho localidades: Yavi, Santa Catalina, Cochinoca, Rinconada, Susques, Humahuaca, Tilcara y Tumbaya, que abarcan el cultivo de unas 57 hectáreas.
Contó con el financiamiento del BID y aportes de varias instituciones gubernamentales y no gubernamentales, entre ellas: la Subsecretaría de Agricultura Familiar y el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción de Jujuy, el Inta Abra Pampa, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Unju, la Red Puna, el Colectivo Solidario Prosol, la Unión de Pequeños Productores Aborígenes de Jujuy y Salta, la Fundación "Nueva Gestión", las mesas quinoeras de la Quebrada y de la Puna además de varias cooperativas de productores de la zona.
El clúster nuclea a los actores de la agricultura familiar, favoreciendo entre otras cosas su arraigo en el territorio y promoviendo la producción agroecológica sustentable, para lo cual desarrolla estrategias que fortalecen y potencian la agricultura familiar y promueven la reintroducción, producción y el consumo interno de quinoa en la agricultura andina, con un fuerte anclaje cultural y valorizando la forma de producción local.
Entre sus objetivos estratégicos y líneas de acción, se destaca el apoyo a la comercialización del cereal poniendo el énfasis en estrategias como la certificación de producción agroecológica y los costos.
Asimismo, promueve su consumo a través de talleres dictados en escuelas, con mujeres productoras del área de influencia y en restaurantes de las distintas localidades.
"El grano de oro de los Andes”
PLANTA DE QUINOA
La quinoa, cuyo nombre científico es Chenopodium quinoa Wild, es conocida como el “grano de oro de los Andes” por su alto valor nutritivo, y se lleva consumiendo desde hace 7.000 años en las zonas andinas de América Latina.
Es el único alimento de origen vegetal que tiene todos los aminoácidos esenciales, oligoelementos y vitaminas, así como la capacidad de adaptarse a diferentes ambientes ecológicos y temperaturas, soportando condiciones y climas opuestos.