Según la óptica con que se mire, cada uno quiso llevar agua para su molino y con el ventilador en marcha salpicó para todos lados. Todo dependía de una palabra: exposición o denuncia policial y todo un trámite por realizar.
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Según la óptica con que se mire, cada uno quiso llevar agua para su molino y con el ventilador en marcha salpicó para todos lados. Todo dependía de una palabra: exposición o denuncia policial y todo un trámite por realizar.
El tema salió a la luz cuando se dijo "intentaron sobornar al árbitro que dirigió Racing de Ojo de Agua con Río Grande".
Victor Terán (el árbitro en cuestión) manifestó ante El Tribuno: "el viernes pasado a las 7.20 llamó a mi celular diciendo: "llamo de parte del presidente de Ojo de Agua, cuánto pedís para arreglar el partido. No identifiqué la voz pero si quedó grabado el número del que me llamó. Le contesté que se equivocó conmigo y corté. Puse en conocimiento a exárbitros con mayor experiencia y me sugirieron que haga una exposición policial. La llevé a La Quiaca y avisé a la Policía de allá, que no dejaran pasar a ningún particular a la zona de vestuario y así fue. El partido salió limpio, ambas dirigencias me felicitaron. Todo quedó allí. No esperaba más trascendencia. Pero gente interesada le dio otro contexto".