Arte y vendimia se conjugan en Perchel para celebrar la cosecha de uva que llenará las botellas de Viñas del Perchel. Tras el corte de los racimos, entre los viñedos que cubren el campo, el almuerzo con platos regionales y la música con el acordeón y la corneta de Fortunato Ramos, quien le dedicara unos versos al vino Runa, de la bodega, que entregó a Mabel Vargas, una de sus dueñas, y la voz de Tomás Lipán.
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Arte y vendimia se conjugan en Perchel para celebrar la cosecha de uva que llenará las botellas de Viñas del Perchel. Tras el corte de los racimos, entre los viñedos que cubren el campo, el almuerzo con platos regionales y la música con el acordeón y la corneta de Fortunato Ramos, quien le dedicara unos versos al vino Runa, de la bodega, que entregó a Mabel Vargas, una de sus dueñas, y la voz de Tomás Lipán.
En los muros, Ruth Zapana y Félix González componían sus murales alusivos, del mismo modo en que años atrás lo hiciera Emilio Haro Galli en el de Dupont en Maimará, sellando así ese pacto de complicidad que hay entre las artes plásticas y el vino, que en el caso de Perchel nos muestran a dos diablitos carnavaleros, uno con una copa y otro con su quena, en tanto que el de Zapana envuelve en uvas violetas la labor de la cosecha.
Sandra Nazar, directora de Desarrollo de Productos Turísticos, nos explicó el auspicio que desde el Ministerio de Cultura y Turismo se brinda a la actividad, diciendo que "desde hace tiempo venimos apoyando los eventos vinculados al mundo del vino y los viñedos. Nosotros pensamos que estos pequeñísimos productores tienen en sus manos un bien turístico maravilloso. Alcanza con ver el entorno en que está situada esta bodega, con el volumen de producción que les permite la zona. Es un vino muy bueno, pero que sabe mejor si se lo toma en la Quebrada".