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Problemáticas barriales y el aporte del vecino para superarlas

Ante serias dificultades, existen personas que luchan a diario por mejorar las condiciones de vida del lugar.Pobreza, delincuencia, drogadicción, sobrepoblación de mascotas, lejanía a los centros de salud, son algunas de ellas.
Sabado, 16 de junio de 2018 18:13

Con el paso del tiempo, el barrio Alto Comedero fue incrementando su población por medio de diversos "subbarrios" que se instalaron en el lugar. Algunos de ellos comenzaron siendo un asentamiento que de a poco fue progresando en cuanto a la construcción de viviendas y la obtención de servicios como ser luz, agua, red cloacal, calles, iluminación, etcétera.

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Con el paso del tiempo, el barrio Alto Comedero fue incrementando su población por medio de diversos "subbarrios" que se instalaron en el lugar. Algunos de ellos comenzaron siendo un asentamiento que de a poco fue progresando en cuanto a la construcción de viviendas y la obtención de servicios como ser luz, agua, red cloacal, calles, iluminación, etcétera.

Sin embargo, y a la par de ese progreso, también fueron apareciendo diversas problemáticas que emergieron en los diferentes lugares que surgieron en el barrio.

Mediante un recorrido realizado por El Tribuno de Jujuy por los sectores de Luca Arias, 150 Hectáreas y 130 Hectáreas pudimos entablar una charla con vecinos y maestros que viven y trabajan en el lugar para que nos cuenten cómo es vivir en esas zonas. Yendo por la colectora de la ruta 66 y pasando la Federación Gaucha se encuentra Luca Arias. El ingreso al lugar es mediante una calle que los pobladores desconocen su nombre pero que la llaman la "avenida". Entrando por allí, a la mano derecha están situadas las viviendas de este sector.

Al dialogar con vecinos, nos contaron sobre las principales problemáticas que acarrea el lugar.

"El barrio fue avanzando en cuanto a obras, pero aún persisten ciertas falencias como ser el transporte público. Todavía no tenemos un colectivo que entre al barrio, para tomar uno debemos caminar varias cuadras. Sentimos que estamos muy abandonados, hay casas que jamás fueron habitadas, habiendo tanta gente que vive en la calle y necesita un hogar, eso nos da bronca", mencionó Melisa Ruiz, una joven que habita en el lugar.

También nos comentó que aún no tienen un centro vecinal que pueda reclamar por las carencias que poseen, por lo tanto, "pedir por mayor cercanía a la parada de los colectivos o mayor presencia policial se nos hace imposible. Para pedir eso tenemos que juntarnos todos los vecinos, hacer una nota firmada por todos, pero no tenemos un centro vecinal que organice eso", sostuvo.

Una de las peores vivencias que esta joven presenció en el lugar fue el caso de unos pequeños que vivían cerca de su casa y que a pesar de que eran menores de 5 años, su madre los dejaba solos y sin protección alguna, "nosotros les llevábamos comida y les pasábamos por la ventana", dijo. Nos cuenta que los niños vivían con su madre, y el padre le hizo una denuncia pidiendo la tenencia. Al tiempo, la mujer vendió el terreno, algo que no se puede hacer ya que está establecido en el contrato de las viviendas.

Otro de los problemas que conviven en el barrio es la sobrepoblación de animales en la vía pública. "Si hay personas que abandonan a sus hijos, ¿qué queda para los perritos? A mí me toca sufrir con eso porque amo a las mascotas, yo tengo 7 y les doy de comer a otros que están en la calle, hago lo que puedo, pero a veces es imposible", remarcó la joven.

"Nos gustaría que haya un puesto de salud en el barrio, el más cercano está a kilómetros, en las 18 Hectáreas. Necesitamos más presencia del Estado en cuanto a la salud y también desde Zoonosis que traigan el quirófano móvil para castrar a los animales que viven en la calle y pueden morder o contagiar enfermedades", agregó Ruiz.

Corazones solidarios

Belén Méndez es otra habitante de Luca Arias que junto a su familia creó un espacio solidario destinado a los más pequeños: la copa de leche a pulmón "Los peques".

Al ver las necesidades que posee el sector, se sensibilizaron y sintieron empatía con las familias que se encuentran en situación de pobreza. Además de esos motivos, Belén y su esposo realizaron esta obra de bien porque, en diálogo con El Tribuno de Jujuy, nos contaron que de niños pasaron una dura infancia, pidiendo comida ya que no tenían para comer.

Al haber atravesado por esa situación, siempre soñaron con ayudar a la gente y desde que les dieron la vivienda en el lugar decidieron crear la copa de leche que justamente hoy cumple un año.

Cada sábado, desde las 17, más de 150 niños llegan a la casa de Belén a buscar su merienda que es preparada gracias al aporte de su suegra, cuñada y cuñado.

Sobre eso, nos relató que "de a poco se fueron agregando más chicos ya que las necesidades son muchas en el barrio. Hay pobreza en la zona, los chicos llegan con sus tazas, hay otros vecinos que nos donan ropa y nosotros se las repartimos a los que más necesitan".

Debido a que la copa de leche funciona a pulmón, piden colaboración de azúcar, pan, maíz, ropa para niños, etc. También están juntando juguetes en buen estado ya que se acerca el día del niño y tienen pensado llevar a cabo un evento y entregarle un presente a cada pequeño.

Todos aquellos que quieran colaborar pueden hacerlo al 388-154698332.

Al no tener todavía nombres las calles, se puede localizar al merendero en la Manzana p5 lote 28.

Droga y delito en 150 Hectáreas

SUBCOMISARÍA DE LAS 150 HECTÁREAS / LOS VECINOS DENUNCIAN ROBOS Y DROGADICCIÓN EN LA ZONA.

Pasando la Federación Gaucha y entrando por la avenida Intersindical, a mano izquierda, se encuentra el sector de las 150 Hectáreas. Otra zona de Alto Comedero que fue habitada en los últimos años. 
El lugar se pobló de familias que provenían de diversos sectores de la capital jujeña, algunos llegaron desde Los Perales, cuando años atrás un grupo de personas quiso instalarse en una zona de ese barrio, y otros arribaron luego de vivir atrás de Agua de los Andes.
También hay quienes llegaron tras vivir abajo del puente Paraguay. Ese es el caso de la familia de Cecilia Velásquez: “En ese lugar viví más de 20 años, hasta que se iniciaron obras y nos reacomodaron, eso fue hace 4 o 5 años aproximadamente. Cuando llegamos a las 150 Hectáreas era un terreno desocupado, parecía un baldío, estaba muy aislado de todo”, sostuvo la mujer.
Llegaron a un lugar desolado y solo le cedieron un terreno para que ellos construyan. Eso significaba volver a empezar de cero, perjudicando a aquellas familias que ya tenían sus casas construidas en el lugar que habitaban antes.
Muchas de ellas iniciaron gestiones para que desde el Gobierno las ayuden con la edificación y fueron asistidas con la construcción de una habitación que les sirvió como hogar hasta terminar con el resto de la vivienda.
En relación a eso comentó que “debajo del puente Paraguay teníamos todo, baño, habitaciones, comedor, etcétera. Era muy difícil salir de ahí e instalarme en un terreno donde no había nada. Lo bueno fue que nos dieron una pieza, después el pozo para el baño y nos hicieron firmar el acta del terreno. Así que de a poco empezamos a instalarnos”.
Al ser una zona nueva, que no tenía calles pavimentadas, cuando llovía se formaban grandes proporciones de barro que imposibilitaba a los vecinos transitar con comodidad.
“Para tomar el colectivo debíamos caminar unas 3 o 4 cuadras, es decir, más de un kilómetro, era un lugar aislado y eso nos complicaba demasiado. De a poco el barrio fue avanzando, el año pasado se realizaron obras públicas como ser el sistema de cloacas”, dijo.
“Otra de las serias dificultades que padecemos es la lejanía a los puestos de salud, el más cercano al lugar en donde vivimos es el hospital Carlos Snopek que está demasiado lejos. Y si hay alguno más cerca aún no me enteré que existe”, mencionó.
Con el paso del tiempo, los vecinos se fueron acomodando y construyeron sus viviendas, pero a la par de ese avance también fueron creciendo otras problemáticas que al día de hoy son las que más preocupan a todos: la delincuencia y la drogadicción.
“Se observa a muchos jóvenes que practican el narcomenudeo. Lo peor de eso es que salen a robar, generalmente roban celulares para canjearlos por droga. En el barrio hay gente que solo se dedica a eso, a vender sustancias prohibidas a los más chicos que se convierten en adictos que lo único que quieren es drogarse”, mencionó otro vecino de las 150 Hectáreas que por razones de seguridad decidió preservar su identidad.

La contención que brinda la escuela 461 “Bicentenario de la Patria”

ESCUELA Nº 461/ AL TENER JORNADA EXTENDIDA BRINDA MAYOR CONTENCIÓN A LOS NIÑOS.

Siguiendo el recorrido por la “avenida” y casi al final de la misma, se encuentran las denominadas 18 Hectáreas. Allí funciona la escuela primaria Nº461 “Bicentenario de la Patria”. 

El establecimiento posee jornada extendida y asiste aproximadamente 680 alumnos. Mirta Mamaní, vicedirectora de la institución, explicó que “nuestra escuela tiene jornada extendida y eso nos permite pasar más tiempo con los chicos. Gracias a eso podemos ayudar a los padres por medio de la contención y alimentación ya que en la zona habitan numerosas familias que se encuentran en situación de pobreza”.
Siguió diciendo que “este año tuvimos mucha demanda de matrícula, hay partes de este sector que se fueron poblando cada vez más, en algunos casos por entrega de viviendas y en otros por los asentamientos que existen a los alrededores de las 18 Hectáreas. Al incrementarse tenemos más demanda de bancos, pero lamentablemente llegamos al tope y no podemos incorporar a más niños"” La jornada extendida permite que los chicos no estén en las calles y puedan encontrar un refugio en la escuela, trabajando desde los diversos talleres que los profesores del establecimiento proponen haciendo hincapié desde lo artístico y desde lo musical. “Hay un grupo de padres que realiza eventos solidarios como ser el locro que se hizo el 25 de mayo, o una lota para recaudar fondos para comprar elementos para los talleres. Tenemos talleres de artesanía, educación física, música, entre otros”, mencionó Mirta Mamaní.