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Arte y Yoga, Global Patanjali, en el Museo Terry

Coco Vadrot nos explica el concepto de su muestra, expuesta en el Museo Terry hasta el 4 de agosto próximo.Grandes cuadros abstractos en los que los colores del acrílico se combinan con cierta pacífica violencia.
Lunes, 23 de julio de 2018 00:00

En el museo Terry se inauguró la muestra de Coco Vadrot llamada Global Patanjalí. Se trata de grandes cuadros abstractos en los que los colores del acrílico se combinan con cierta pacífica violencia. Los bastidores no tienen todos sus ángulos rectos, las mismas telas tienen alguna arruga como si la cosa del cuadro quisiera también decir algo. Sin marcos, las telas se doblan continuando allí su pintura. Parecieran expresar sensaciones que uno, racional al fin, no alcanza a traducirse y, al acercarse a los títulos, se choca con nombres en sanscrito que nos devuelven a la visión inicial.

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En el museo Terry se inauguró la muestra de Coco Vadrot llamada Global Patanjalí. Se trata de grandes cuadros abstractos en los que los colores del acrílico se combinan con cierta pacífica violencia. Los bastidores no tienen todos sus ángulos rectos, las mismas telas tienen alguna arruga como si la cosa del cuadro quisiera también decir algo. Sin marcos, las telas se doblan continuando allí su pintura. Parecieran expresar sensaciones que uno, racional al fin, no alcanza a traducirse y, al acercarse a los títulos, se choca con nombres en sanscrito que nos devuelven a la visión inicial.

Cuando llega la artista, empieza por decirnos que "empecé por el dibujo de niña. En el 94, en Francia, me inicié con la pintura y en el 2009 viajé por primera vez a la Argentina. La Quebrada fue un choque para mi, y la elegí para poner mi taller. La luz, los colores, el cerro, la luna, las estrellas, y sin analizar nada vendí mi departamento en París y lo invertí acá, donde puse unas cabañas al sur de Maimará. Me dieron ganas de trabajar con su materia prima, y así salió la serie Hijos de Mil, diez de cuyos cuadros están ahora expuestas en la feria del Masi Maki".

Recuerda esa muestra "de hace dos años, acá en el Terry, y el éxito que no me explico por qué tuvo en Francia. Son quinientos cuadros pequeños que viajan, pero ahora quise volver a mi camino con la pintura, al acrílico en grandes formatos. Esta muestra, Total Patanjalí, surge de un concepto, es un homenaje al primer codificador del yoga, a quien se lo ubica entre el siglo II antes de Cristo y el III después de Cristo. Su libro, Yoga Sutra, son aforismos cortos".

Doctorada en filosofía, Vadrot nos habla de "los ocho miembros del yoga, que son las etapas de su camino. Así que son ocho cuadros más uno que es el cuadro título, que siempre tienen mis muestras. Empiezan por yama, que es la relación con el mundo. El yoga es una postura diferente en el mundo, es más que un ejercicio físico. Yo prefiero decir que los cuadros surgen de esa experiencia, y mi concepto viene con los colores. Y a yana le sigue miyama, que es la relación con si mismo, que para mi vienen juntas".

Asana, el cuadro que les sigue en la serie, nos explica que "es la postura. Lo que conocemos del yoga con el cuerpo. Es una proyección en el tiempo, una disciplina, que se logra con pranayama, otro de los cuadros, que es la respiración que logra la concentración y la estabilidad. Samadi es la liberación, una experiencia que se alcanza después de toda una vida. Sin repercusiones del mundo exterior, en fusión con el todo. Prathyara es una etapa muy difícil, cuando el yogui se extrae de los sentidos, de los sentimientos, del deseo, del placer, del dolor".

Después de ellas, las dos últimas obras que "son etapas del yoga y vienen juntas para mi: dharana y dhyana. Dhyana es la concentración, y dharana es el estado de meditación, donde el sujeto y el objeto se confunden. Un estado de plenitud y fusión con el cosmos, que yo llamo el Ser Grande y otros lo llaman Dios.

Concepto
Dice la artista: “Quizás voy a lograr verlos como cuadros, más allá de los conceptos, en un tiempo. Los compuse durante dos años, estaban todos juntos en el taller y tienen una unión tan fuerte. Creo que es el primer paso de una etapa espiritual de mi trabajo pictórico".
Y continúa: "La experiencia de la vida, la práctica del yoga y el camino de la libertad, me llevan a tener ganas de profundizar este camino de espiritualidad, y que se puede compartir. Yo empecé por enseñar filosofía, luego yoga, que es una práctica del cuerpo y del espíritu, y la pintura me permite exprimir eso”, explica la creadora.

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