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Dormir menos de seis horas, aumenta el riesgo cardiovascular

Es porque eleva las probabilidades de presentar ateroesclerosis. El sueño fragmentado también tiene un impacto negativo.

Lunes, 14 de enero de 2019 19:45

Llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio físico en forma regular, no fumar, moderar la ingesta de alcohol -en caso de consumirlo-, controlar la presión arterial y reducir el estrés son las principales recomendaciones vinculadas al estilo de vida para cuidar la salud del corazón. Dormir entre siete y ocho horas sería otro hábito a incorporar, de acuerdo a un nuevo estudio que halló que el descanso nocturno insuficiente y la mala calidad del sueño aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular.

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Llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio físico en forma regular, no fumar, moderar la ingesta de alcohol -en caso de consumirlo-, controlar la presión arterial y reducir el estrés son las principales recomendaciones vinculadas al estilo de vida para cuidar la salud del corazón. Dormir entre siete y ocho horas sería otro hábito a incorporar, de acuerdo a un nuevo estudio que halló que el descanso nocturno insuficiente y la mala calidad del sueño aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Diversos trabajos científicos muestran el impacto negativo que la mala higiene del sueño tiene en el organismo, ya que eleva el riesgo de tener obesidad, ciertos tipos de cáncer, deterioro cognitivo e infecciones; además de incrementar la ansiedad y la falta de atención. Investigadores españoles se dieron a la tarea de evaluar su influencia en el riesgo de sufrir aterosclerosis (el “taponamiento” de las arterias por la formación de placas), la enfermedad cardiovascular más frecuente.

El trabajo publicado en la revista del Colegio Americano de Cardiología incluyó a casi 4.000 participantes del estudio PESA CNIC-Santander sin enfermedad cardíaca conocida, con una edad promedio de 46 años y de los cuales dos tercios eran varones. El objetivo era detectar la prevalencia y la tasa de progresión de lesiones vasculares subclínicas, es decir, asintomáticas. Fueron divididos en cuatro grupos: los que dormían menos de seis horas (sueño corto), de seis a siete (corto), de siete a ocho (de referencia), y más de ocho (largo). Todos los voluntarios usaron durante una semana un actígrafo, un pequeño dispositivo a través del cual midieron las características del sueño; se les realizaron ecografías cardíacas 3D (carotídeas y femorales) y tomografías computadas.

Tras considerar todos los factores de riesgo tradicionales para la enfermedad cardiovascular y los posibles factores de confusión (edad, sexo, actividad física, índice de masa corporal, tabaquismo, consumo de alcohol, así como niveles de presión arterial, colesterol y glucosa, entre otros), los resultados arrojaron que los participantes que dormían menos de seis horas tenían una probabilidad del 27% mayor de tener ateroesclerosis en comparación con quienes lo hacían entre siete y ocho.

Pero el sueño corto no es el único factor que puede tener consecuencias negativas: el descanso de mala calidad eleva un 34% las probabilidades de presentar aterosclerosis, de acuerdo al trabajo. Para evaluar la calidad del sueño, los investigadores tuvieron en cuenta cuán fragmentado era el sueño de los participantes (cuántas veces se despertaban por la noche) y sus movimientos en la cama.

“Cuando dormimos menos se activa nuestro sistema nervioso simpático y eso hace que tengamos picos de hipertensión, de hiperglucemia, peor control del perfil lipídico y todo esto, puede promover el desarrollo de placas de colesterol en las arterias”, responde a Clarín Fernando Domínguez Rodríguez, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España y primer autor del artículo, quien no obstante aclara que no se conoce con certeza el mecanismo por el cual un sueño corto o fragmentado favorece la aterosclerosis.

De la investigación se desprende que dormir mucho tampoco garantiza beneficios. Si bien el número de participantes con un sueño nocturno superior a las ocho horas fue pequeño, el sueño excesivo también se asoció a un riesgo aumentado para el bloqueo o el estrechamiento de las arterias, sobre todo en mujeres.

 

Fuente: Clarín.