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Tercer día de protestas contra el gobierno central, en Cataluña

Hay alrededor de medio centenar de detenidos e incendios en las calles que tuvieron que ser sofocados por bomberos. Los manifestantes lanzaron al aire papel higiénico con la consigna de que lo hacían "por toda la mierda".

Jueves, 17 de octubre de 2019 01:04

Nuevos disturbios ocurrieron ayer frente a las oficinas de la Consejería de Interior de Cataluña, en Barcelona, que incluían un gigantesco incendio al lado de una estación de servicio y choques con la policía, cuando una multitud se agolpó frente a la sede de gobierno para reclamar la renuncia del titular de la institución, Miguel Bruch.

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Nuevos disturbios ocurrieron ayer frente a las oficinas de la Consejería de Interior de Cataluña, en Barcelona, que incluían un gigantesco incendio al lado de una estación de servicio y choques con la policía, cuando una multitud se agolpó frente a la sede de gobierno para reclamar la renuncia del titular de la institución, Miguel Bruch.

Piden "aplicar ya" la "Ley de Seguridad nacional", y que la Fiscalía actúe contra los llamados Comités de Defensa de la República

Los incidentes suceden por tercer día consecutivo luego de que, el lunes, la Justicia le diera penas de hasta 13 años de prisión a los líderes separatistas catalanes que hace dos años proclamaron la independencia de la región.

La multitud se desplazó hasta la sede de la Consejería, en Diputación y Sant Joan, luego de participar de una concentración pacífica a algunas cuadras de allí, en Marina y Gran Vía, aunque para esta segunda parada Télam pudo ver a muchos de los manifestantes pertrechados con grandes piedras y palos para enfrentar a la policía.

Los ciudadanos enarbolaron y lanzaron al aire papel higiénico con la consigna de que lo hacían "por toda la mierda" que adjudican al fallo judicial que afectó a los separatistas.

Además de arrojar piedras y palos contra la sede de la Consejería, los más exaltados iniciaron un enorme incendio a pocos metros de una estación de servicio, lo que motivó la inmediata presencia en el lugar de los bomberos, que intentaron evitar una catástrofe.

Cataluña afrontó ayer su tercera jornada consecutiva de movilizaciones en un clima tenso, luego de una noche de disturbios generalizados que mostraron la radicalización de un sector del independentismo en su estrategia de respuesta a las condenas para los líderes del fallido proceso de secesión de 2017.

Los disturbios de anoche ya habían dejado 125 heridos, 74 de ellos en Barcelona, aunque ninguno de gravedad, según informó el Sistema de Emergencias de Cataluña.

Además, 51 manifestantes habían sido detenidos, de acuerdo con cifras del gobierno.

Sánchez está "vigilante"

El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, se mantiene "vigilante" y "no descarta ningún escenario" tras producirse una escalada del conflicto de Cataluña, aunque se niega a dar ya los primeros pasos para intervenir la norteña región, como le exigió ayer el líder opositor Pablo Casado, con quien se reunió en el Palacio de La Moncloa, sede del Ejecutivo.

Sánchez convocó reuniones urgentes con Casado, Albert Rivera, de Ciudadanos, y Pablo Iglesias, de Podemos, con el objetivo de transmitirles personalmente su posición frente a la irrupción de violencia que tiene lugar en Cataluña en el marco de las protestas de rechazo a la sentencia del Tribunal Supremo español que impuso penas de entre 9 y 13 años de cárcel para 9 líderes del fallido proceso de secesión de 2017.

Los partidos de la derecha llevan tiempo cuestionando la "firmeza" de Sánchez con el gobierno secesionista de Quim Torra y los manifestantes y en las últimas horas redoblaron sus exigencias para que intervenga la región.

Exigen que el Ejecutivo central dé los pasos necesarios para aplicar el artículo 155 de la Constitución, que permite destituir al gobierno regional, como se hizo hace dos años tras la fallida declaración de independencia.

En cambio, Iglesias aboga por reconducir el conflicto por medio de un diálogo con los secesionistas y no descarta medidas de apaciguamiento, como la adopción de indultos.

El propio Sánchez adelantó antes de las reuniones con los líderes de la oposición que la "determinación" de su gobierno es "garantizar la seguridad, con firmeza, proporcionalidad y unidad". Poco después de los disturbios, el gobierno español dijo que "una minoría está queriendo imponer la violencia y quebrar la convivencia en Cataluña", y advirtió que si era necesario actuaría para evitarlo, en un mensaje velado que apunta a la posibilidad de una intervención en la región. Por medio de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el gobierno español aseguró que se mantiene "vigilante" y subrayó que "no descarta ni descartó nunca" aplicar el 155 en Cataluña.

"Teníamos y tenemos preparados todos los escenarios en función de la reacción", subrayó la ministra.

En conferencia de prensa luego de reunirse con Sánchez, Casado afirmó que "es el momento de mandar un requerimiento" a Torra para que cese sus "graves" declaraciones

 

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