Para los Padrinos rurales cada viaje es un nuevo desafío. "Expectativas, incertidumbres, miedos, certezas, ambiciones, anhelos, miles de sensaciones que se fusionan en cuestión de minutos". En el último viaje, el segundo del año, concretado recientemente, se plantearon "recuperar la historia y la identidad de cada escuela y sus comunidades, a través de interacciones y juegos, para así profundizar el sentimiento pertenencia" y para que los niños "conozcan más sobre su lugar, su pasado y sus tradiciones".
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Para los Padrinos rurales cada viaje es un nuevo desafío. "Expectativas, incertidumbres, miedos, certezas, ambiciones, anhelos, miles de sensaciones que se fusionan en cuestión de minutos". En el último viaje, el segundo del año, concretado recientemente, se plantearon "recuperar la historia y la identidad de cada escuela y sus comunidades, a través de interacciones y juegos, para así profundizar el sentimiento pertenencia" y para que los niños "conozcan más sobre su lugar, su pasado y sus tradiciones".
Raúl Mazariegos, Gabriel Ghigliazza, María Pía Matsubara, Pablo Rosenfeld, Jonas Cabrera y Leila Pérez partieron el domingo 13 a las 5.30 en dos camionetas cargadas de donaciones, entre ellas prendas de vestir, juguetes, útiles escolares y alimentos no perecederos. Lo hicieron acompañados por cuatro voluntarios de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Humano. El primer destino fue la escuela de Alonso a la que, por primera vez, llegaron en vehículo, gracias a la construcción del camino que une Huacalera con el paraje. "Los cuatro niños que se albergan en la escuela Nº 133 "Juan Domingo Perón" nos estaban esperando con muchas ganas y energía. Compartimos una jornada de juegos, risas y mucho aprendizaje. Tuvimos la suerte de que nos visitara doña Paulina, comunera de Alonso, que a través de sus relatos y recuerdos, nos trajo la historia viva del paraje y de la escuela", relataron.
VISITA DE LOS PADRINOS RURALES/ COMPARTIERON JUEGOS Y RISAS EN ALONSO.
Cerca de las 8.30 del lunes 14 retomaron el viaje y en Puerta Amarilla eran esperados por miembros de la comunidad "para cargar mulas y cargueros, y guiarnos, entre la neblina y la garúa, hacia la escuela N° 196 de Loma Larga". Luego de cuatro horas de caminata y unos 13 kilómetros aproximadamente, "un coro de voces angelicales nos daba la bienvenida a su escuela. Con asistencia, casi perfecta de padres y docentes, pudimos conocer detalles, historias y leyendas de Loma Larga y su comunidad, y todo quedó plasmado en los dibujos de los niños, que luego se compartiría en la escuela siguiente. Corrimos, bailamos, jugamos, cantamos, pero sobre todo nos abrazamos y nos sonreímos. Nos ensamblamos en su rutina, compartimos sus espacios y sus momentos, su naturaleza, su vida", destacaron.
MOMENTO ÚNICO/ CONTEMPLANDO EL PAISAJE EN LOMA LARGA.
Luego de dos jornadas en el lugar, partieron hacia Molulo. "Con las mochilas cargadas, acompañados, en los primeros pasos, por los niños y sus inmensos profes, iniciamos camino, por arriba y por debajo de las nubes, cruzando ríos y ladeando cerros. Irrumpimos en la jornada escolar de la escuela "Soldados de mi Patria", y entre abrazos conocidos y desconocidos, enseguida nos preparamos para jugar".
El 18 partieron hacia San Lucas, caminando por encima de las nubes y dentro de ellas. En el paraje se sumaron a los festejos patronales, disfrutando de una jornada inolvidable.