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Londres, capital de la música

Lunes, 07 de octubre de 2019 01:00

Mis queridos seguidores esta semana seguramente se preguntaran donde iremos en nuestro viaje musical, gracias a los cuales podemos descubrir interesantes ciudades, culturas y claro, su música.

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Mis queridos seguidores esta semana seguramente se preguntaran donde iremos en nuestro viaje musical, gracias a los cuales podemos descubrir interesantes ciudades, culturas y claro, su música.

Pues esta vez iremos de la mano de la música a una ciudad que tiene que ver mucho con la misma, una ciudad ícono de la cultura y de la realeza, emblema de un reino que duró muchos años y cuya familia rigió el mundo en su tiempo.

Es que el que escribe esta columna se encuentra en Londres, capital del Reino Unido. Londres es una ciudad magnífica y de grandes dimensiones, una de las ciudades más grandes de Europa y del mundo.

En sus calles estaremos abarrotados de turistas y de londinenses que van a sus trabajos y que no tienen el tiempo de disfrutar de esta magnífica ciudad porque viven a muchas millas de la ciudad y tan solo trabajan. Veremos desde el ómnibus rojo de dos pisos como corren y saltan, contando los minutos para tomar el metro o el bus que los lleva a su trabajo. Las caras tristes o aburridas nos dirán también que aunque vivan en una ciudad tan ilustre no disfrutarán tanto como nosotros, que vamos tan solo de paseo unos días y a descubrir esta ciudad y sus secretos.

Uno de sus secretos son los legendarios restaurantes que renuevan la cocina inglesa y la transforman en un centro de atención de los gourmets del mundo y de los comensales. Se ha roto la tradición que en Inglaterra la comida es mala, pues ha cambiado el escenario y sus actores. La nueva comida británica y sus magníficos restaurantes para gente joven nos muestran que la cocina británica también va en progreso.

Iremos a almorzar a Chelsea, muy cerca de Kensington, la parte chic de Londres. No dejaremos de admirar Belgravia con sus casas tan clásicas y nos detenemos a mirar los supermercados automáticos, donde además de una cajera hay una máquina donde podemos escanear los productos y pagar nosotros mismos, claro, supervisado por una cámara de seguridad. Así, compraremos en una tienda un queso cheddar y un pan inglés, blanco, como el pan argentine. A modo de aperitivo degustaremos un cheddar negro.

Luego de disfrutar del barrio elegante de Chelsea nos dirigiremos a Notting Hill, con sus mercados callejeros y sus calles coloridas, sus panaderías y sus casas de te.

Si tenemos deseos de probar un te inglés, quizás lo mejor será probar la Orangery o casa de té del palacio de Kensington, donde Lady Di vivía y tomaba el té. Allí podremos saborear un té de la casa, en la porcelana especial del Orangery. Al recibir los sandwiches y los escones en el etagere de tres pisos, creeremos encontrar cierta similitud con los sandwiches de miga de Jujuy, que por cierto, tan diferentes no son de los de Kensington, al menos en lo que al pan de miga o molde se refiere.

Pero como nuestra columna es musical, no podemos dejar de referirnos a la música como nuestra inspiración y nuestra alma.

Es que el que escribe esta columna ha sido invitado a cantar en un concierto organizado por una asociación británica con sede en el barrio de Stoke Newington llamado The Dissenters.

Situado en un hermoso y tranquilo barrio al norte de Londres, este centro cultural ofrece conciertos didácticos integrando a la gente del barrio dando oportunidad de formar parte de sus eventos culturales, integrándolos y dándoles un lugar como protagonistas.

En esta ocasión se ha cantado la novena sinfonía de Beethoven, Oda a la Alegría.

Y es que esta obra es muy importante en momentos en que la situación política de Inglaterra pende de un hilo y quizás también de la de Europa.

Todos sabemos que el Brexit está a la vuelta de la esquina y que es un motivo de Discordia y de desacuerdos políticos económicos y fuente de desavenencias.

Pero como la novena sinfonía es el himno de la Comunidad Europea, hemos querido demostrar que queremos formar parte de esta unión y hermanarnos, como dice la oda a la alegría del gran compositor alemán.

 

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