¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
26 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

"Salís a la calle y ves comercios que cierran y personas despedidas"

El obispo de Jujuy dialogó de diferentes temas, entre ellos, la implementación en las escuelas confesionales de la ley de Educación Sexual Integral (ESI).Remarcó que la Iglesia no se opone a su implementación, pero sí pide que la pueda brindar de acuerdo a la cosmovisión y a la antropología que cada confesión tiene del tema.
Jueves, 21 de febrero de 2019 01:04

-¿Cómo se desarrolla en los colegios confesionales la ESI?

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

-¿Cómo se desarrolla en los colegios confesionales la ESI?

-La ley actual, la ley nacional sobre la Educación Sexual Integral sobre la cual nosotros no nos oponemos, pedimos que en nuestros colegios, como lo pedirán otras confesiones también cristianas o no cristianas, se pueda brindar de acuerdo a la cosmovisión y a la antropología que cada uno de nosotros tiene. Esto está contemplado en la ley, no hay ninguna modificación a esto, simplemente tenemos que llevarla adelante. Los intentos que hubo de modificar esa ley era precisamente para no permitir que cada confesión o cada vertiente de pensamiento, pudiera tener libertad de enfocarlo desde sus propios ideales. Entonces, eso fue una especie de absolutismo, un totalitarismo educacional que no respeta la libertad de enseñanza ni de opinión ni la creencia de cada uno. De todos modos aunque eso existiera y fuera así tan grave que no nos dejaran, está nuestra misión como Iglesia y como a los padres creyentes, de educar a sus hijos y no dejar que los eduque la calle, el internet o cualquiera. Darle uno los valores que quiere vivir, que desea vivir.

Pero hay familias que no tienen una formación en este sentido y la escuela vendría a ayudarlo ¿No cree?

Sí, se entiende porque a los padres siempre les ha sido difícil hablar estos temas como los hijos, y entonces hay que ver cómo se los ayuda a los padres, pero no cómo se los suplanta, y se les enseña lo que cada uno quiere, sino como se ayuda a los papás a que ellos sean los primeros formadores de sus hijos, porque son los que los tienen al lado y lo ven entrar o salir, hacer amistades y hacer su vida. Entonces ellos son los que tienen que tener los ojos más abiertos y entrar en diálogo con ellos, porque por más que uno los forme bien, el hermanito hace tal cosa diferente. Vos podés tener una hija que le decís "vas a bailar pero yo te voy a buscar a tal hora", y ella pregunta por qué la vecinita se queda toda la noche y por qué a la otra la dejan venir sola, o por qué la otra puede usar la pollera más corta, etc., tendrá siempre esa dificultad que siempre existió. Pero los padres con la paciencia que hay que tener toda la vida con un hijo de enseñarle, tendrán que hacerle entender los valores que le quieren transmitir con paciencia, perseverancia y en diálogo permanente para que ellos tengan un criterio, un pensamiento crítico también. Es decir, que no compren todo lo que le venden, sino comprar lo que le hace bien, lo que es bueno para ellos.

-¿Qué opina de los pañuelos verdes y los pañuelos celestes que continúan haciendo actividades de promoción de sus posturas?

-No sé si conviene seguir con esas cosas, seguir fomentando divisiones. Me parece que no ayuda para nada, porque lo que nosotros pensamos ya se sabe, y es reafirmar lo mismo, y hablar o decir de lo que los otros hacen no me gusta. Cada uno tiene libertad y tiene sus opciones, su cosmovisión de las cosas, por lo que no voy a polemizar con eso, porque aparte son posiciones ideológicas con las que no se puede entrar en diálogo. Entonces, respeto y pido que respeten, es lo que podría decir o agregar a esto. Es decir, que creo en una sana convivencia donde uno debe respetar la opinión del otro y pedir respeto para lo que uno piensa.

-Hablemos de la pobreza, ¿cómo está la gente, pide más ayuda, se está acercando más a los comedores, al Obispado?

-Yo suelo decir y repetir insistentemente desde que estoy aquí, dos o tres personas por día vienen a pedir trabajo, a buscar si uno tiene para ofrecer, o si conoce quien lo pueda contratar. Hoy (por ayer) ya pasaron dos. Y con el tiempo uno ve que la situación está agravada. Es decir, salís a la calle y ves que hay comercios que se cierran, gente que está despedida. Leía una noticia que dice que los restaurantes, las casas de comida han reducido clientes al 50%. Por otro lado tenemos cifras buenas que parece que para los carnavales estaría viniendo mucha gente, que traería un poquito de movimiento, pero después volvemos a la realidad dura de todos los días, que es que la Argentina no logra reconstruirse desde la base del trabajo digno, sustentable. Vemos también la presión impositiva que existe, que desde el comienzo del gobierno actual se dijo que ya era exagerada y se ha incrementado cada vez más. Entonces todo eso hace muchas veces insostenible llevar adelante proyectos productivos o económicos que la gente conoce. Uno simplemente lo recepta, y llama la atención a quienes deban elaborar las políticas y todos los que podamos aportar ideas, a que podamos salir juntos hacia adelante construyendo cada día para poder levantar cabeza un poquito, porque cada vez estamos peor. Uno no ve fuentes de trabajo que abren y empresarios que tomen personal, sino al contrario, te despiden y quedan en la calle. El 7 de febrero hicimos una misa en Palpalá, precisamente recogiendo lo que en esos momentos yo recibía de la comunidad, de un par de empresas y fábricas que estaban en peligro de cerrar. Y en ese día hacía referencia que Palpalá es una ciudad sísmica, porque aunque no hay terremoto, siempre a nivel laboral ha tenido dificultades desde Zapla en adelante. Y uno ve que junto a eso está la pobreza creciente.

-¿Y qué le dice la gente de los barrios, tiene esperanzas?

-La gente está muy desilusionada y muy desorientada y realmente ve que el dinero que cobra o lo poco que tiene no le alcanza. 100 pesos valen poco hoy, entonces se está haciendo muy difícil. Yo no soy experto pero no veo a todos los actores sociales y políticos trabajar juntos o encaminar un proceso donde todos podamos aportar. Siempre es un tira y afloje y todos los años vemos esto de los trabajadores que piden un aumento y las paritarias que siempre son situaciones de tira y afloje que son necesarias pero uno dice, "cómo salimos de esto" y pensamos un poquito más en diez años adelante, a ver qué bases vamos poniendo para reconstruir una nación, en este caso una provincia que adolece de fuentes de trabajo, y sin trabajo no hay ninguna estabilidad para ninguna familia y sobre todo para la juventud.

-¿Ya comenzaron con los recortes del dinero que venía del Estado a la Iglesia?

-No, como todos saben hay un proceso de transformación que llevará prácticamente todo este año, se están estudiando todos los mecanismos para que esta ayuda que se recibe del Estado nacional pueda ser reemplazada por otra fuente de financiamiento que se le permita acceder a la Iglesia para sostenerse, que tiene que empezar precisamente y propiamente de la gente, de nuestros feligreses, de los que realmente sostienen a la Iglesia que somos los bautizados. Tomar más conciencia también de lo que es la obra evangelizadora de la Iglesia, lo que realmente se necesita cada día para poder llevar la palabra de Dios y cubrir los servicios de atención a toda nuestra gente. Eso tenemos que, en la medida de las posibilidades, colaborar todos, no solamente la colaboración económica, el planteo siempre ha sido tiempo, talento y dinero, y el dinero lo último. Tiempo disponible del que pueda poner en la comunidad cristiana de la que participa para poder hacer algo a favor de los demás o de la evangelización. Talento es lo que sé hacer, lo ofrezco también para ayudar a alguien, y lamentablemente el dinero que también hace falta para poder desarrollar lo otro. En eso se están pensando sistemas; en otros países más desarrollados del mundo la iglesia se sostiene con este aporte. El Estado ayuda que se pueda recaudar. En algunos lados cada uno dice, yo soy católico, evangélico o ateo, y el Estado le pide un tanto por ciento a cada uno, y el que es católico va para los católicos, el que es evangélico va para ellos y el ateo va para las obras sociales que realiza el Estado; pero un poquito de cada ciudadano se sostiene toda una estructura.

-¿Usted cree que el gobierno de Argentina podrá implementar este tipo de sistema y que se respete en el tiempo?

-Se está en conversaciones. Debe ser una cosa sustentable en el tiempo. También, posibilidades de lo que ya existe pero a lo mejor ampliar, hay gente que puede deducir del impuesto que paga a las ganancias una parte si es que dona a la Iglesia o a alguna obra de beneficio social, lo puede descontar. Se trata de que el Estado garantice o ayude a encontrar estos mecanismos legales que le permitan a los bautizados poder donar parte de lo que darían al Estado o de su dinero, que se canalice a la Iglesia o a la confesión religiosa que ellos quieran sostener.