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San Lorenzo rescató un empate para salir por un rato del fondo de la tabla

Fue 1-1 con Gimnasia, gracias a un remate de Herrera que se desvió en Coronel. Con Almirón como DT, el Ciclón no ganó como local en la Superliga.

Sabado, 30 de marzo de 2019 17:00

Trajo alivio haber cortado esa diabólica sequía de triunfos en la que se había sumergido San Lorenzo. Pero de ninguna manera el solo hecho de haber vuelto a ganar le solucionó sus problemas. Otra vez el equipo de Jorge Almirón se encuentra encerrado en el laberinto de no poder levantar la cabeza para despegar del fondo de la Superliga. Con los ojos puestos en la Copa Libertadores, descuida la liga doméstica y sigue rifando puntos (al margen de los 6 que le descontarán al finalizar la temporada) que a futuro podría lamentar mucho.

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Trajo alivio haber cortado esa diabólica sequía de triunfos en la que se había sumergido San Lorenzo. Pero de ninguna manera el solo hecho de haber vuelto a ganar le solucionó sus problemas. Otra vez el equipo de Jorge Almirón se encuentra encerrado en el laberinto de no poder levantar la cabeza para despegar del fondo de la Superliga. Con los ojos puestos en la Copa Libertadores, descuida la liga doméstica y sigue rifando puntos (al margen de los 6 que le descontarán al finalizar la temporada) que a futuro podría lamentar mucho.

Con un equipo plagado de suplentes, San Lorenzo logró un empate agónico 1-1 ante Gimnasia de La Plata, que lo ganaba desde el orden y el oportunismo. El Ciclón de Almirón se aferra al libreto de la tenencia y el dominio aunque sigue debiendo la agresividad y decisión para buscar el gol.

El “Vamos, vamos los pibes” volvió a sonar en el club de Boedo. Y los pibes que puso Jorge Almirón en el Nuevo Gasómetro no desentonaron y hasta fueron hasta aquí los que mejor intentaron interpretar la idea del técnico en lo que va de su ciclo. La Copa Libertadores es prioridad ante la pésima campaña en el torneo loca para el Ciclón. Y teniendo en cuenta que el martes recibirá a Palmeiras en un duelo que deberá ganar si quiere conservar aspiración serias de clasificación a octavos, optó por una formación prácticamente alternativa para enfrentar a Gimnasia. Siete de los once que salieron al campo surgieron de la cantera cuerva.

Cuidó las piernas de los habituales titulares Almirón (Blandi, Reniero, Coloccini, Loaiza, Román Martínez, Damián Pérez, entre otros) y les dio pista a los que buscan ganarse un lugar. Y la devolución en el césped fue positiva. Desde la voluntad de querer aprovechar la chance brindada por el DT y también desde el juego. San Lorenzo tuvo en el 4-3-3 un acercamiento importante al funcionamiento que pretende el entrenador, ese que le dio gran resultado en Lanús. Fernando Monetti y Marcos Senesi fueron los que estuvieron de los de siempre, y a ellos se le puede sumar Héctor Fértoli y Gerónimo Poblete (alternan entre titulares y suplentes). Los demás tenían en sus pies la capacidad de demostrar sus ganas.

Y el que mejor lo hizo fue sin dudas Nahuel Barrios. El Perrito, que sumó sus primeros minutos en este ciclo, aportó el desequilibrio que le hacía falta a este San Lorenzo. Ver a un jugador encarar a un rival y apelar a la gambeta como arma destructiva de la defensa ajena es una novedad en el Ciclón de un año a estos días. Por eso, cada vez que la pelota caía en sus pies sobre el sector derecho, la expectativa aparecía como el sol entre las nubes del Bajo Flores. San Lorenzo pareció jugar despojado de la negra realidad del último puesto. Tal vez la frescura de la sangre joven le haya enterado el grado de inconsciencia necesaria para que la presión no actúe como un factor de estrangulación

Así y todo, no es sencillo encontrarle el punto débil a la solida defensa de este Lobo del Indio Ortiz. La gran virtud del conjuro plántense es respetar el orden táctico, no quedar nunca desarmado ante un avance adversario. Es una misión que requiere inteligencia vencer su arco. Los de Almirón lo supieron en seguida. Casi nunca lograron quedar con el balón a disposición dentro del área de Sebastián Moyano, que se mostró seguro para contener algunos disparos desde lejos. Fértoli la tuvo de manera inmejorable en al lado del palo izquierdo pero definió incómodo.

Lo que le siguió faltando al San Lorenzo de los pibes es la profundidad, ser preciso en la terminación. Y otra cosa que no cambió fue la desagradable sensación de que pase lo que pase no liga y algo malo va a pasar. Y pasó. En un contraataque letal, Horacio Tijanovich asistió al venezolano Hurtado que mandó al fondo de la red la primera que tocó (había entrado hacia 4 minutos por Silva).

Todo siguió igual después del gol. El local yendo sin claridad; el visitante defendiendo. Entre Adolfo Gaich, Manuel Insaurralde y Nicolás Reniero desperdiciaron algunas. Y cuando el clima se empezaba a poner espeso en las plateas -con gente disconforme que ya se colgaba de las barandas a insultar-, llegó el zurdazo de Andrés Herrera, el desvio en Maxi Coronel y el empate que sirvió para equilibrar la tarde y apagar un posible foco de incendio en un club que vive días complicados.