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El color y la samba se lucen en el sambodrómo de Río de Janeiro

El desfile de hoy estará a cargo de las escuelas más importantes que representarán a la mujer, los indios y la religión. Estiman que unos 7 millones de turistas se hicieron presente en la ciudad para disfrutar del carnaval más colorido.

Lunes, 04 de marzo de 2019 01:02

El momento más esperado del carnaval de Río de Janeiro, el desfile de las escuelas de samba, dejó anoche su tradicional exceso de plumas y purpurina, pero también una alta dosis de crítica social y política.

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El momento más esperado del carnaval de Río de Janeiro, el desfile de las escuelas de samba, dejó anoche su tradicional exceso de plumas y purpurina, pero también una alta dosis de crítica social y política.

Es el primer carnaval desde que el ultraderechista Jair Bolsonaro fue electo presidente, impulsado por una onda conservadora y grupos evangélicos neopentecostales que no suelen comulgar con los excesos carnales de esta fiesta popular.

En total, catorce escuelas de samba del "grupo especial" -la élite del carnaval carioca- desfilaron por la avenida Marqués de Sapucaí, popularmente conocida como el sambódromo, contando una historia a través de la música, la danza y sus disfraces elaborados.

Mujeres, indios y religión

El plato fuerte de ayer fue la vigente campeona, "Beija- Flor". La escuela que el año pasado se coronó con un desfile criticando frontalmente la corrupción y la violencia, preparó para esta edición un enredo autobiográfico, "Las fábulas de Beija- Flor", para celebrar sus 70 carnavales de existencia.

También actuaron las tradicionales "Unidos da Tijuca" -que contará la historia del pan- y Salgueiro, que homenajeará a Xangó, uno de los dioses del candomblé, patrón de la justicia, que promete traer críticas al sistema judicial brasileño.

En la jornada de hoy desfilarán las dos mayores campeonas. Una es Portela, que buscará su 23º título homenajeando a la cantante brasileña Clara Nunes, ícono musical de los años 70 y primera artista de su época en defender públicamente las religiones afrobrasileñas. La tradicional escuela cuenta con un ala especial diseñada por el estilista francés Jean-Paul Gaultier.

La otra, "Mangueira", la agrupación verde y rosa que ganó su 19º título en 2016 y que entra en la pista con un relato del "lado B" de la historia brasileña, exaltando héroes y heroínas negros, indios y pobres, relegados a un segundo plano en la narrativa tradicional.

La vicecampeona "Paraíso de Tuiuti", que el año pasado fustigó el racismo y retrató al entonces presidente Michel Temer como un vampiro -una crítica a su reforma de los derechos laborales-, este año mantiene el tono de crítica política pero con toques de humor, contando la historia de un personaje folclórico del noreste del país, el chivo Io Io.

Cada escola tiene hasta 75 minutos para desplegar en la Sapucaí entre 2.500 y 4.000 integrantes, así como seis carros alegóricos con fluidez, para deslumbrar a un jurado que puntuará categorías como percusión, vestuario y tema del desfile, entre otros.

Por tercer año consecutivo, los grupos de samba enfrentan restricciones presupuestarias: la subvención que reciben de la Alcaldía se redujo de 1 millón a 500.000 reales.

Fuera del estricto concurso del sambódromo, donde caben unos 72 mil espectadores, se celebra desde el viernes una fiesta más informal, regada de música y alcohol: la de los "blocos" callejeros, que arrastran multitudes disfrazadas en cortejos que toman diversos barrios de la ciudad.

 

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