Alfredo Quispe nació en Rodero, una pequeña localidad ubicada a unos pocos kilómetros de Humahuaca, pero desde muy joven vino a esta ciudad donde está radicado actualmente. Tiene 53 años y desde los 19 aprendió a reparar y a fabricar diversos instrumentos, pero su especialidad son los charangos.
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Alfredo Quispe nació en Rodero, una pequeña localidad ubicada a unos pocos kilómetros de Humahuaca, pero desde muy joven vino a esta ciudad donde está radicado actualmente. Tiene 53 años y desde los 19 aprendió a reparar y a fabricar diversos instrumentos, pero su especialidad son los charangos.
Alfredo tiene un pequeño taller en la ciudad de Humahuaca y vive de esta profesión que es su pasión junto a la música. Según recuerda empezó con esta tarea a los 19 años, cuando trabajaba en la carpintería de don Barrientos, un carpintero humahuaqueño de esa época. "Don Barrientos me explicaba cómo reparar los instrumentos dañados que la gente le llevaba", cuenta el luthier humahuaqueño.
Desde ese entonces es que aprendió esta tarea tan poco habitual. Sus clientes son músicos humahuaqueños y de otras partes del país que conocen de la calidad de su trabajo. "Aquí todos los músicos tienen algún instrumento mío o les reparé los de ellos", relató. "El secreto de un buen charango comienza con la selección de la madera que debe ser de muy buena calidad, con un buen corte, con un buen estacionamiento para darle mejor sonoridad".
Alfredo viajó mucho a Bolivia para profundizar sobre los conocimientos necesarios para hacer un buen charango, investigó sobre sonoridad, acústica, cavado en madera y lo necesario para dedicarse a este oficio.
Con el tiempo empezó a dedicarse exclusivamente a la fabricación de charangos, trabajo que actualmente le permite su sustento económico. "Este es un trabajo rentable, el precio de un charango es universal y ronda desde los ciento cincuenta dólares hasta los mil euros y somos muy pocos los luthieres de charangos en la provincia".
La experiencia y el conocimiento que tiene este humahuaqueño sobre los instrumentos le permitieron participar en numerosos congresos y exposiciones en el exterior y en el país. Alfredo además es músico, toca el charango, lo que le permite entender que cada instrumento debe estar adaptado para quien lo ejecutará. "Hay que darles vida a los instrumentos y para eso es necesario saber de música‘ dice el luthier y añade ‘mis charangos se destacan por la precisión, la sonoridad, la afinación y la forma del instrumento que permite la ubicación ya sea parado o sentado", además "mis charangos tienen como sello distintivo que la boca del charango tiene la forma del departamento de Humahuaca o de un cardón y la grabación antes de lustrar que dice Humahuaca y mis iniciales".
Quispe también cuenta orgulloso, que su hijo Leonel heredó esta pasión y tuvo la posibilidad de estudiar académicamente siendo hoy un luthier egresado de la Universidad Nacional de Tucumán y juntos tienen un emprendimiento que se llama "Charangos Quispe". Alfredo nos contó los pasos que tiene la fabricación de un charango. "Primero hay que tener la madera cortada, marcada con un molde y empezar el cavado. Luego se alisa y se coloca la tapa. Después viene la colocación del diapasón, el más universal es en escala 37, después se colocan los trastes que son unas barritas de metal que se incrustan en la trastela. Luego el puente y se lija hasta pulir bien, se coloca el sellador para tapar los poros de la madera, se lija nuevamente y se pasa la laca brillante o mate. Una vez, terminado eso se preparan los huesos (generalmente se utilizan el peroné y la tibia de vaca) que van en el puente que es la cejuela y el otro en la ceja. Finalmente, se realiza el pulido, la colocación de clavijas y el encordado", explicó con mucha generosidad.
Es el único en Humahuaca y de los pocos que hay en la provincia. Trabaja diariamente en la fabricación y reparación de charangos, sikus, quenas, guitarras, entre otros instrumentos realizando una tarea que muchos no conocen pero que le permite vivir rodeado de instrumentos y música.
En la Casa de Jujuy
Alfredo Quispe se prepara para la exposición que realizará hoy en la Casa de Jujuy en Buenos Aires, donde además brindará un recital junto a su hijo. El domingo expondrá sus instrumentos en la Feria de Mataderos y brindará un concierto de charango y guitarra. Este año, participará del Congreso Internacional del Charango en Bolivia en agosto y en octubre de la Feria Internacional del Charango en Aiquile, Bolivia, donde en 2017 obtuvo el charango de bronce y su hijo en 2018, obtuvo el charango de plata como reconocimiento a sus instrumentos. En septiembre, viajará a San Miguel de Tucumán para participar como jurado en un evento de cuerdas pulsadas, organizado por la Universidad Nacional de esa provincia.