La fiesta patronal en honor a Nuestra Señora de Fátima, en la capilla enclavada en el barrio Alberdi, fue emotiva pero también puso la lupa en las graves problemáticas del sector.
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La fiesta patronal en honor a Nuestra Señora de Fátima, en la capilla enclavada en el barrio Alberdi, fue emotiva pero también puso la lupa en las graves problemáticas del sector.
Las imágenes peregrinas de San Pedro y San Pablo junto a los integrantes de la catequesis partieron de la sede parroquial a las 18.30 del lunes para acompañar la procesión con la imagen de la Virgen de Fátima desde Sucre y Alberro. Luego el párroco Miguel David Aciar encabezó la Santa Misa en el campito de la capilla donde los fieles desafiaron el frío del anochecer.
En su homilía instó a rezar el Rosario no como un mero acto repetitivo sino apelando a la intercesión amorosa de la Virgen puesto que como dice el lema, que se pudo apreciar detrás del altar, "mi corazón siempre está atento a sus súplicas".
También resaltó que la Virgen se apareció a los pastorcitos, inocentes y sin mucha preparación, pero que estuvieron atentos a todo lo que les dijo y pidió.
Por otra parte hizo alusión a las situaciones de violencia e inseguridad en la zona que lamentablemente tienen como protagonistas a jóvenes. Incluso hizo alusión a los robos de que fue objeto la capilla y la necesidad de contar con luz.