Se dice que la política es el arte de lo imposible y muchas veces ocurren cosas más que imposibles en Jujuy. Esta comparación sin dudas que quedaría con el senador Guillermo Snopek, quien luego de conseguir absolutamente todo bajo el sello del Partido Justicialista decidió irse y partir la estructura.
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Se dice que la política es el arte de lo imposible y muchas veces ocurren cosas más que imposibles en Jujuy. Esta comparación sin dudas que quedaría con el senador Guillermo Snopek, quien luego de conseguir absolutamente todo bajo el sello del Partido Justicialista decidió irse y partir la estructura.
En los meses previos a esta decisión, desde el circulo de Snopek se hablaba que él era el único candidato natural del partido, como así también que era necesaria una renovación total, siempre liderada por su pequeño grupo, y que era imposible hacer una amnistía en el PJ, ya que con ellos mismos se podía sostener toda una desgastada estructura.
Cuando se decidió hacer una mesa de dialogo y consenso en el Partido Justicialista para decidir quiénes eran los mejores candidatos para representar a la provincia, desde este sector sintieron que era un insulto hacía la figura del senador nacional, ya que, con su sola presencia en las listas, sumado a su diminuto grupo ocupando expectantes cargos, les bastaba para ganar las elecciones.
El lógico rechazo de los sectores peronistas en el PJ llevó a que se formara un tire y afloje con este grupo que, convencidos de que ellos eran los encargados de asumir toda la responsabilidad y armado, hizo que se rompiera el diálogo y las posibilidades de hacer un gran armado con todos los frentes adentro del partido.
Por otro lado, desde el snopismo, al ver que su propuesta de no aceptar a partidarios que se habían alejado por uno u otro motivo en tiempos pasado no prosperaba, empezó a quedar solo y casi sin respaldo.
Esto llevó a la decisión, tal vez en un momento de furia, de jugar por afuera del Partido Justicialista que tanto le dio y candidatearse como gobernador, partiendo el mismo en dos partes y arrastrando un sector de los partidarios.
Sin dudas que este acto, ya sea soberbia, enojo o desinteligencia, llevó tranquilidad al oficialismo, quien entendió que la partición de la oposición, liderada por Guillermo Snopek, dividía aún más estos votos contra y se aseguraban una pronta relección.
Hoy la sociedad se muestra indiferente a la candidatura del senador nacional y casi no mueve el amperímetro en la captación de votos, seguramente siendo castigado por los partidarios de abandonar el Partido Justicialista y de la sociedad en general al convertirse en una de las habituales caras de la política.