Después del incendio intencional, que sucedió en la Escuela de Comercio "José Manuel Estrada" de ciudad Perico el último sábado por la mañana, se realizó un relevamiento de la pérdida y es realmente significativa. Según un sondeo de parte de los bibliotecarios, se perdieron alrededor de 17.000 libros, a pesar de que se rescataron algunos que podrían seguir utilizándose, además de algunos muebles; el resto todo se consumió con el fuego.
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Después del incendio intencional, que sucedió en la Escuela de Comercio "José Manuel Estrada" de ciudad Perico el último sábado por la mañana, se realizó un relevamiento de la pérdida y es realmente significativa. Según un sondeo de parte de los bibliotecarios, se perdieron alrededor de 17.000 libros, a pesar de que se rescataron algunos que podrían seguir utilizándose, además de algunos muebles; el resto todo se consumió con el fuego.
El martes a primera hora de la mañana, alumnos de distintas divisiones hicieron una "sentada" pacífica en el acceso al establecimiento, solicitando a las autoridades mejoras en cuanto a la seguridad de la escuela, un sereno permanente, saliendo a la luz también necesidades primarias que desde hace años se dan, según los dichos de los alumnos. Ellos, junto a un numeroso grupo de padres, tienen planeado realizar otra protesta pacífica, a primera hora de hoy, nuevamente en la puerta del colegio.
Claramente la comunidad educativa del establecimiento afectado se encuentra muy dolida y sensible por lo sucedido, ya que también hay terribles antecedentes: en julio del 2018 ya un grupo de jóvenes incendió la sala de preceptoría y violentó el busto de José Manuel Estrada, pero un tiempo después se pudo identificar a esos individuos, que fueron detenidos por la Justicia.
En los letreros de protestas de ayer, se apreciaban leyendas como "No dejaremos que sigan destruyendo nuestra escuela", "Por una escuela mejor", "Protestaremos por la seguridad de nuestro segundo hogar", "No más corrupción", "Aunque somos de primer año, entendemos todo", "Basta de robos" y otras.
La alumna del 5º año, Bianca Pérez, dijo: "Estamos acá en modo de protesta, por la situación que está pasando nuestro colegio; repudiamos el incendio y los robos que suceden acá, cuestiones primarias como la higiene, cuidado del colegio; este colegio no está en condiciones, después del incendio los techos están frágiles, somos muchos chicos, más de 40 por aula, entonces esto no puede seguir así, es para cuidar nuestra salud". Agregó la joven que "no hay serenos, no hay seguridad, según los directivos hay cámaras, pero nunca las vimos en el colegio, muchos chicos decidieron entrar a clases por miedo a represalias de los directivos", dijo Pérez.
El alumno Gonzalo Alfaro agregó que "la verdad el colegio se está cayendo, no tenemos sillas ni mesas, los que llegan buscan horas y horas los bancos, el agua del colegio no es potable, porque los caños están atascados, hay varios temas a resolver, como los cursos del fondo, que están todos destruidos; nuestros cursos están superpoblados, ni los docentes están cómodos".
Por su parte, la directora Mónica Terradez dijo que "el daño fue lamentable, por suerte hay mobiliarios y libros que se pudieron recuperar. En este momento por todo lo que vimos, la balanza se inclina a un hecho intencional. Nos pusimos a trabajar para que los alumnos recuperen el material de trabajo, en cuanto a un sereno no existe esa figura dentro del sistema educativo, nosotros teníamos un efectivo policial hasta marzo, por disposición del ministro de Seguridad tenemos alarmas, pero las que se habían instalado se tuvieron que desinstalar porque en los fines de semana apedreaban las cámaras, en ese interín de instalar y desinstalar ocurrió esto. Hay alumnos pidiendo más seguridad, pudieron hacer el petitorio por más seguridad, por eso creí conveniente que el personal de seguridad se acerque y escuche a los alumnos, a mí me compete todo lo que sucede dentro del establecimiento, me pareció bien que se lo pidan", finalizó la directora Terradez.