A sala llena se presentó el viernes en el teatro Mitre la obra "Rotos de amor", placentera propuesta teatral que deja al descubierto las penas de cuatro sufridos hombres, tan desafortunados en el amor y tan desdichados que irremediablemente resultan tiernos y queribles.
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A sala llena se presentó el viernes en el teatro Mitre la obra "Rotos de amor", placentera propuesta teatral que deja al descubierto las penas de cuatro sufridos hombres, tan desafortunados en el amor y tan desdichados que irremediablemente resultan tiernos y queribles.
Se trata de una tragicomedia escrita por Rafael Bruza y dirigida por Andrés Bazzalo, que gira en torno a cuatro visitadores médicos chapados a la antigua con una amistad de años. Ellos mantienen un sólido vínculo de solidaridad y confianza que los lleva a fundar un club del que son los únicos miembros y allí descargan sus tristezas sentimentales entre raptos de lucidez y otros de desesperación.
El humor es el hilo conductor de la trama, sin dejar de lado los momentos enternecedores en una puesta minimalista con pocos elementos escenográficos.
Y el texto de gran sensibilidad da lugar a diálogos afilados que permiten el lucimiento de los intérpretes en segmentos brillantes de la obra, llenos de verdad que arrancan genuina emoción.
El punto sobresaliente de la pieza teatral sin duda tuvo que ver con el elenco, que reunió sobre el escenario del coliseo jujeño a Pepe Soriano, Hugo Arana, Osvaldo Laport y Matías Scarvaci (en reemplazo de Víctor Laplace, quien no fue parte de la función en nuestra ciudad), su ductilidad, medido histrionismo, la profundidad y el encanto que le imprimieron a sus personajes, permitieron la fácil identificación de los espectadores con este cuarteto de perdedores. Los presentes en la oportunidad empatizamos con ellos porque en definitiva ¿quién no sufrió del mal de amor alguna vez?, aunque la visión de esta propuesta en algunos aspectos puede resultar desactualizada.
Vale destacar particularmente la labor del gran Pepe Soriano (el mítico actor que cumplirá 90 años el próximo mes de septiembre), en su rol de "El Mudo" quien sin hablar, con ininteligibles balbuceos siempre traducidos, a veces con sorpresas por el personaje de Arana, transita por una variada paleta de emociones.
Mientras que Laport en su papel de "Rodríguez" consigue una interpretación valiosa transformándose en el faro que ilumina el camino de todos los demás personajes.
La obra entretiene, divierte, los jujeños presentes en la función del Mitre seguramente pasaron un buen rato, con estos seres entrañables que sufren instalados en un estado de melancolía crónica, del que luchan por salir para dejar de estar rotos de amor.