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FaceApp, y el debate por el uso de la información sensible de los usuarios

Miércoles, 24 de julio de 2019 01:01

El uso de los datos privados por parte de las redes sociales y aplicaciones móviles volvió a ponerse en discusión con la reaparición de la aplicación FaceApp. Es que el desarrollo de la compañía rusa Wireless Lab, reavivó los fantasmas de lo sucedido durante el 2018 con Facebook y la filtración de información privada y sensible de millones de usuarios alrededor del mundo.

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El uso de los datos privados por parte de las redes sociales y aplicaciones móviles volvió a ponerse en discusión con la reaparición de la aplicación FaceApp. Es que el desarrollo de la compañía rusa Wireless Lab, reavivó los fantasmas de lo sucedido durante el 2018 con Facebook y la filtración de información privada y sensible de millones de usuarios alrededor del mundo.

FaceApp se convirtió en un verdadero suceso semanas atrás por la novedosa forma en la que presenta el virtual envejecimiento de sus usuarios.

Si bien se trata de una aplicación que nació hace dos años aproximadamente, con cada actualización que realiza cobra un nuevo impulso llegando a millones de usuarios de todo el mundo, y se sostiene en la forma en que utiliza la inteligencia artificial para “descifrar” como envejecerán los rostros de sus usuarios.

Así como gana popularidad entre actualización y actualización, casi de manera simétrica gana en controversia. Es que a partir de la utilización de las fotografías personales por parte de FaceApp, a través de las redes sociales empezó a correr el rumor de que los datos recabados por la aplicación eran entregados al gobierno ruso.

Miles de detractores alrededor del mundo criticaron y denunciaron la supuesta venta o cesión de información de la gente que descargó y utiliza la aplicación para compartir divertidas fotografías en sus redes sociales, al gobierno ruso.

Esto, motivó a que, desde la propia aplicación, que está disponible en las tiendas de Android y de iOS, salieran a aclarar que no utilizan la información proveída por los usuarios más que para “entrenar” la inteligencia artificial que la motoriza, cuestión de mejorarla entre versión y versión. Es por eso, que la información de la gran mayoría de los usuarios –según afirmaron- era borrada de sus servidores privados, y que, por lo tanto, ese era el destino final de las millones de fotografías editadas y procesadas por la aplicación móvil.

Sin dudas, a partir de lo sucedido con Facebook el año pasado, y la presunta venta de datos privados de usuarios a la empresa Cambridge Analytica, y las consiguientes filtraciones de datos sensibles de millones de usuarios de la misma red social alrededor del globo, sensibilizó a muchos internautas acerca del destino de la información privada, y los permisos que conceden a las aplicaciones a cambio de poder utilizarlas.

Con la excusa de darle a los usuarios una mejor experiencia y a medida de sus necesidades, muchas de las compañías utilizan la información privada, muy sensible, e incluso utilizan la información proveída por el usuario, la gran mayoría de las veces, sin querer, a través de los micrófonos, cámaras fotográficas y demás con la finalidad de “vender” producto a la medida de ellos.