¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
26 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

La difícil situación de las personas sin hogar

Serían más de cien sólo las que duermen en las calles del centro capitalino. Cada una con una historia para contar.
Viernes, 05 de julio de 2019 01:00

Con las bajas temperaturas propias del invierno, resurge en la sociedad la preocupación por los cientos de jujeños en situación de calle.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Con las bajas temperaturas propias del invierno, resurge en la sociedad la preocupación por los cientos de jujeños en situación de calle.

 

Para donaciones en efectivo, en www.donaronline.org. En el buscador poner: Manos Abiertas Jujuy y dar clic a "Apoyarlos".

Pese a que en la provincia no hay un registro oficial sobre la cantidad de personas en esta situación, es una problemática que no requiere buscar demasiado ni trasladarse a lugares lejanos para encontrar casos.

 

Sólo basta con transitar las calles del centro capitalino y sus más próximos alrededores para encontrar a personas durmiendo a la intemperie bajo algún pequeño techo o en algún hueco entre paredes que pueda hacer de muro de contención del viento que penetra hasta los huesos durante la madrugada.

Andrea Rihouet, directora ejecutiva de la Fundación "Manos Abiertas", en diálogo con El Tribuno de Jujuy ofreció una cifra parcial y estimada de la cantidad de personas en situación de calle que podría haber en el micro y macro centro de San Salvador de Jujuy.

"Son entre 80 y 100 y en algunas oportunidades llega hasta 120 la cantidad de viandas que entregamos por noche en el micro y macro centro; es a partir de aquí que podríamos hacer un cálculo de la cantidad de personas en situación de calle", informó Andrea y agregó que durante esta época invernal "es posible que se vea un incremento".

"Manos Abiertas" es una fundación que suma su trabajo al de tantos otros voluntarios que se organizan para asistir y dar contención a las personas sin hogar.

Esta fundación es una de las pocas que ofrece un servicio de hospedería en su casa ubicada en calle Senador Pérez, poniendo a disposición 16 camas para aquellas personas que se comprometan a revertir su situación aceptando la ayuda que se les proporciona.

"El trabajo nuestro no es sólo proporcionarles un lugar donde dormir, sino de ofrecerles un acompañamiento, ayudarlos a crear un currículum y apoyarlos para que consigan un trabajo o hasta ser parte de sus objetivos más pequeños como tramitar su DNI", explicó Andrea.

Por eso un grupo de voluntarios se acerca a la casa de "Manos Abiertas" para compartir tanto la hora de la comida como parte de la tarde con ellos, con el objetivo de ofrecerles contención, un clima familiar, celebrar sus progresos o animarlos si es que tuvieron un día malo.

Pese a este gran acto de solidaridad, la provincia carece de más instituciones u ongs que se encarguen de contener y albergar a las personas en situación de calle durante todo el día. Es que la hospedería de "Manos Abiertas" funciona sólo de 18.30 a 10, momento a partir del cual muchos aprovechan para buscar trabajo o bien trabajar, pero desafortunadamente siguen permaneciendo sin hogar.

Cómo ayudar

Desde "Manos Abiertas" llaman a la solidaridad de los jujeños para colaborar con alimentos no perecederos y perecederos, indispensables para preparar las viandas que reparten en sus recorridos nocturnos por el centro capitalino.

Los interesados en donar también ropa de cama y de abrigo para sobrellevar estas bajas temperaturas pueden comunicarse al 3886820809, de lunes a viernes de 9 a 13 y de 16 a 20. Los voluntarios que deseen sumarse también son bienvenidos.

Los testimonios

“Es muy feo no saber a dónde ir ni a dónde ir a pedir comida” 
Por ALDO C.

Yo tenía unos 26 años cuando quedé sin hogar, y estar en la calle no es algo a lo que estaba acostumbrado. Por eso durante todo el tiempo me pasaron muchos sucesos, yo no conocía la ciudad porque yo me crié en Volcán.
Estar en la calle es muy feo, no sabes a dónde ir, no sabes a dónde ir a pedir comida. Es como no saber caminar. 
Es horrible no saber a dónde ir y es en esos momentos de soledad en los que me empecé a hacer de algunos amigos en un parque y así también pasé muchas cosas terribles.
La soledad que se siente es muy fea, ni hablar del frío y también hay mucho descontrol. Yo llegué a estar en situación de calle por consumo de bebidas y por eso perdí mi casa y en todo este tiempo tuve que afrontar muchas cosas en mi vida.
La sociedad es muy prejuiciosa, la gente te apunta con el dedo por eso a veces ya ni me dan ganas de andar por la calle. Pero bueno, todos vivimos esta situación de diferentes formas, a mí personalmente me dolió mucho la soledad.
Yo dormí mucho tiempo en la guardia del hospital, pero ahora me refugio en la casa de la Fundación “Manos Abiertas”; si no fuera por ellos estaría en este momento privado de la libertad o hubiera sido una tragedia.
Los únicos que me podrían haber ayudado son mis padres, pero no están, pero hoy siento que la fundación es mi referente familiar que me ayudó a afrontar un tratamiento por mi consumo y hoy puedo decir que son mi familia.

“Iba a pedir comida casa por casa y pensaban que era un chorro”

Por JOSÉ P.

Yo viví en la calle desde los 12 años y la gente me miraba mal porque yo iba a pedir comida casa por casa, y cuando me veían salían ya con un palo o mirándome raro, pensando que era un “chorro” que quería entrar a su casa a robar. 
También muchas veces la Policía pasaba y me llevaban, y me la pasaba en la comisaría. Y así viví muchos años con varios amigos bajo el puente, y después de estar tanto tiempo así me acostumbré. Después viví por la vieja terminal y ahí conocí a muchas personas en la misma situación que yo. 
Ahora nomás camino por la calle y veo a chiquitos de 9 o 10 años en la calle pasando lo mismo que yo, pidiendo monedas. 
Si tuviera la oportunidad, me gustaría poder alquilar una casa y llevármelos para que se queden conmigo, hacerlos bañar, comer y cambiarse de ropa . Es algo que me estoy planteando, porque a mí, de más chico, me quisieron ayudar pero no me dejé, tenía muchos problemas, por eso hasta pensé en quitarme la vida.
Por suerte, hoy estoy en la fundación donde tengo un lugar dónde dormir y mucha contención, y trabajo en un carpintería todos los días. Pero hay mucha gente en la calle, muchos abuelitos y también muchos ciegos. Es que por tanto alcohol hay muchos que se están quedando ciegos. Cuando hay enfermedad, por ejemplo, a mí me daban convulsiones y a veces venía la ambulancia y me atendía un rato, pero después se iba y las veces que fui al hospital me trataron mal.