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1 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Comunidad terapéutica para internos del Penal 7

Dos pacientes cuentan la dura experiencia que les tocó vivir en busca de la felicidad familiar y la paz de un hogar estable.

Sabado, 10 de agosto de 2019 01:04

Obtener un título no muchas veces es de profesional o por haber asistido a claustros universitarios.

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Hoy con orgullo la Unidad Terapéutica de Adicciones del Servicio Penitenciario de Jujuy nos habla de los primeros egresados de esa institución, que vino a revolucionar el sistema carcelario de la provincia de Jujuy y del país.

Acompañados del jefe de operadores Matías Escobar y del operador ayudante Carlos Moreno, llegaron hasta la redacción de El Tribuno de Jujuy Joel y Facundo.

Son dos historias diferentes de vida, pero con un común denominador, la desesperanza, y como consecuencia la droga.

La charla que se extendió por un par de horas, obligó a recorrer un pesado y doloroso camino.

Joel y Facundo sufrieron de pequeños la falta de comprensión y contención. Pero eso no los hizo bajar los brazos, porque un día despertaron sabiendo que tenían una nueva oportunidad, donde el éxito, como sucede siempre, depende en gran parte de uno mismo.

El amor primera motivación

Joel y Fernando son dos jóvenes de 25 y 23 años, son casi dos niños que vivieron demasiado rápido y que el ingresar a la Unidad Terapéutica les abrió las puertas de un futuro pleno de buenos momentos.

Hoy los dos jóvenes que recuperaron la libertad en marzo, trabajan, estudian y viven en familia.

Joel tiene una nena de seis años producto de una relación de mucho tiempo y de una mujer que supo acompañarlo más allá del tiempo y del encierro, pero que merced al trabajo y a la dedicación del padre de su hija la volvió a "conquistar".

"Mi vida hoy es entre el trabajo y mi familia", dijo. Huérfano desde muy pequeño Joel entiende del amor de su abuela-mamá a la que muchas veces le "falló" pero la que hoy nuevamente le brinda todo el amor de años, de siempre.

"Al principio cuando llegaba al penal me dejaba la ropa y a lo mejor alguna otra cosita y se iba", recordó avergonzado, agregando que "por suerte cuando ingresé a la Unidad y gracias a la contención de los operadores comencé a ver la vida de otra manera y a lograr que de a poco mi abuela y mi pareja regresen".

Joel dijo que hoy la situación cambió radicalmente, que trabaja y estudia en la nocturna, pero además gracias a un taller de carpintería realizado "allá adentro" hoy puede materializar trabajos que le permiten juntar unos pesos.

"Hablé de mi en la escuela"

Facundo tiene la risa fácil y fresca, parece mucho más chico de los 23 declarados y aunque pasó mucho tiempo en el penal hoy afirma que gracias a María Inés, su psicóloga, pudo superar su adicción y lograr tener en libertad una pareja y disfrutar de sus dos hijos, la nena de cinco años y del varón de un año y siete meses.

"Mi futuro es poder estudiar, terminar la secundaria mientras trabajo y además seguir disfrutando de mi familia, de mis hijos", aseguró mientras seguía tomando su helado.

Cuando habla de la realidad que vive a diario, Facundo indicó que "cuando se enteraron en la escuela de mi pasado, la maestra me pidió que hable de mi adicción". Nuevamente con la pausa y la emoción reflejada en sus ojos, dijo: "por suerte mis compañeros son grandes, voy a la nocturna y de día trabajo de albañil. Creo que a varios les llamó la atención cuando les dije lo difícil que es la droga, la adicción, de equivocarse para poder conseguirla, de las malas compañía".

Facundo hace una mueca y se calla, sigue en silencio con su helado y casi como un susurro afirma: "hoy se hace muy necesario tener la posibilidad de ser incluidos en la sociedad", frase que Joel apoyó.

“Interno que ingresa a la comunidad es paciente”

Los internos enfermos con algún tipo de adicción alojados en distintas unidades del Servicio Penitenciario de Jujuy cuentan hoy con la primera Comunidad Terapéutica de la República Argentina y la segunda en Sudamérica, destinada a contener en la Unidad Penal Nº 7.
“Los internos a partir del momento que ingresan a la comunicad pasan a ser pacientes, y reciben un tratamiento y una contención que incluye un taller laboral, donde trabajan con la madera y por el momento se abocarán a la confección de los muebles que nos faltan y posteriormente para la venta y así ayudar a la familia que está afuera”, afirmó Matías Escobar, que es el jefe de operadores terapéuticos.
Esta unidad está dirigida por la licenciada María Inés Codesido, acompañada de un importante grupo de profesionales que aportan sus conocimientos a los internos que toman la decisión de rehabilitarse.
“La recuperación de estos pacientes de la Comunidad Terapéutica es el primer paso”, aseguró el jefe de operadores.
Recordó el profesional que ellos deben recuperar hábitos que tenían perdidos o bien que no habían incorporado nunca, ellos se están reinsertando a la sociedad de otra forma, pero acompañados de profesionales.
Afirmó que es una gran alegría poder verlos en libertad, disfrutando de la vida sin droga, disfrutando de la familia, de sus hijos y por ello es que los siguen acompañado en la calle.
Los operadores y todo el equipo de la Comunidad se comunican con los chicos que están en la calle a través de llamados telefónicos o por Whatsapp, e incluso comparten una serie de actividades deportivas y sociales.
Escobar señaló que “a pesar de haber sido internos, pacientes nuestros, se formó una amistad que nos permite poder estar en contacto con nosotros, con un gran aprecio por ellos”.
A su turno Carlos Moreno remarcó que de esta manera “el permanecer en contacto les impide o se hace mucho más difícil la recaída; de todos modos estamos trabajando en brindarles mucho apoyo para que además puedan con el tiempo constituirse en operadores en adicciones y de esa manera colaborar con su círculo íntimo y con aquellas personas cercanas que puedan necesitar de apoyo o ayuda para salir de la droga”.