Sebastián Prolongo es un aventurero bailarín de tango que supo unir sus dos pasiones, el 2 x 4 y el ciclismo, que le permitió recorrer el país para socializar y conocer los ámbitos tangueros de cada provincia. Su objetivo es llegar a Buenos Aires para seguir aprendiendo y poder volver al exterior, tras su paso por Francia y España de la mano del tango.
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Sebastián Prolongo es un aventurero bailarín de tango que supo unir sus dos pasiones, el 2 x 4 y el ciclismo, que le permitió recorrer el país para socializar y conocer los ámbitos tangueros de cada provincia. Su objetivo es llegar a Buenos Aires para seguir aprendiendo y poder volver al exterior, tras su paso por Francia y España de la mano del tango.
El bailarín y ciclista busca difundir el tango de modo que la gente sepa que puede aprender este ritmo que enseña y baila.
"Es unir dos pasiones, por un lado la bicicleta y por otro el tango", explicó Sebastián, quien se dedica desde hace nueve años a ese género musical. En ese lapso participó de varias instancias competitivas, ganó algunos campeonatos de tango cuyanos, entre las provincias de San Juan, Mendoza y San Luis; y llegó a algunas preliminares del afamado Mundial de Tango que se desarrolla cada año en Buenos Aires.
El bailarín es mendocino y emprendió esta experiencia desde el 5 de mayo de este año junto a una de sus mascotas, su perra Telma, y tuvo que dejar a Morena por una cuestión hasta anatómica para poder transportarla en un compartimiento que dispuso especialmente en su bicicleta. "En las subidas me acompaña al lado, y en las bajadas va conmigo", comentó mientras acariciaba a su mascota a quien describió como muy inquieta y ansiosa.
"Este viaje tiene como destino final Jujuy y después marcar nuevas rutas. Hemos recorrido San Juan, Córdoba, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy visitando las milongas, insertándome un poco en la sociedad tanguera de cada lugar. Llevamos más de 4.000 kilómetros hechos ya", relató Sebastián Prolongo, bailarín y ciclista mendocino que se propuso conocer el país.
La idea luego de finalizar su gira en bicicleta, es Buenos Aires como nueva meta donde prevé establecerse lo suficiente como para formarse más en el tango, contemplando que es un inmenso centro cultural donde podrá encontrar grandes maestros.
El objetivo a mediano plazo es volver a Europa a seguir incursionando en el tango. Es que ya lo hizo en Francia y España donde enseñó entre 2016 y 2017, y trabajó en el sector privado, ahora decidió volver para lograr más conocimientos.
Considera que el tango es el nexo que tiene con las personas, "para dar un mensaje de un poquito más allá del tango, desde la contención, del respeto y saber que cualquiera puede bailar tango, no es tan difícil", expresó sobre esa pasión.
Explicó que en la experiencia encontró que hay culturas en las que les cuesta abrazar y otras que no es tanto. Fue el caso de Francia donde la distancia está muy presente como una suerte de símbolo de respeto, por lo que buscaba siempre trabajar en avanzar en el círculo vital de las personas.
Mientras trabajó también encontró una dificultad en el idioma que logró superar gracias a la ayuda de su compañera.
Actualmente no tiene pareja debido a que la travesía que se dispuso a realizar por el país fue difícil que lo sigan para poder emprenderlo, no obstante puede dictar clases sin necesidad de una partenaire.
Sebastián tiene 34 años y llegó al tango hace una década luego de una depresión por la pérdida de su padre, y aprender este ritmo se convirtió en una pasión que llevó adelante al igual que el deporte.
Es que desde chico fue deportista y su primera pasión fue el fútbol que lo llevó a España a jugar dos pretemporadas en el club Bellreguard, donde también le preguntaban si sabía bailar tango al que finalmente llegó, ya que incursionó en la conciencia corporal.