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Darle participación al otro en tu propia vida

Sabado, 31 de agosto de 2019 01:01

La solidaridad como una forma de vida es darle participación al otro en tu propia vida, no hay progreso que no transite este camino porque todo logro social tiene de trasfondo un acto de ayuda que es reciproco, lo que doy hoy, mañana la vida me lo devuelve.

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La solidaridad como una forma de vida es darle participación al otro en tu propia vida, no hay progreso que no transite este camino porque todo logro social tiene de trasfondo un acto de ayuda que es reciproco, lo que doy hoy, mañana la vida me lo devuelve.

Durante esta semana, el 26 de agosto se celebró el Día Nacional de la Solidaridad en conmemoración al nacimiento de la Madre Teresa de Calcuta, quien fue una de las máximas exponentes de la historia de la humanidad en realizar actos altruistas para con los que menos tienen.

Esta fecha es muy importante para quienes dedican su vida a ayudar al otro y satisfactoriamente nuestra provincia es un ejemplo en este terreno ya que son numerosas las instituciones y los voluntarios que habitan nuestro suelo incorporando en su quehacer diario ese don de ayudar.

Un don de ayudar que todos los llevamos dentro, lo único distinto es que algunos lo enarbolan más que otros y lo exteriorizan más que otros que lo tienen dormido. Y es muy importante despertarlo cuando antes porque un acto solidario se replica, se imita, se retroalimenta y vuelve a vos.

Este circuito de bondades es efectivo y te sorprende, porque cuando menos te lo esperás vuelve a vos aquello que diste sin pedir nada a cambio. Es que, si lo hiciste así, sin otro interés que sacarle una sonrisa a un niño, hacer que un perro te mueva la cola o aliviar el dolor de un padre que no llega a fin de mes, la acción vale. Pero si se hace con el objetivo de figurar en algún lado, o con intensiones malignas, ya no tiene esa validez y se convierte en algo perverso.

Siendo solidario dentro de una fundación o asociación, o fuera de ella, en la calle, todos los días es una forma de participar en la construcción de un mundo mejor. “Yo puedo hacer cosas que tú no puedes, tú puedes hacer cosas que yo no puedo; juntos podemos hacer grandes cosas” y “yo sola no puedo cambiar el mundo, pero puedo lanzar una piedra a través del agua para crear muchas ondulaciones”, son frases de la Madre Teresa que explican perfectamente lo que quiero decir.

Y si sos egoísta y te cuesta dar una mano al que te pide ayuda, al menos no estorbes. No incites a la violencia y no destruyas lo que otros construyen. Los tiempos van cambiando y cada vez se visibilizan más situaciones que antes no se mostraban, situaciones que tienen que ver con maltratos hacia el otro porque lamentablemente hay mucho odio suelto, que es lo contrario al amor y a la solidaria.

¿A qué me refiero con esto? A que antes existían menos derechos hacia los demás, todavía hay discriminación, pero en otros tiempos, discriminar a los homosexuales, a las personas con discapacidad, a las de escasos recursos, entre otros casos, era algo “natural”.  Ser solidario es una de las principales cualidades de una buena persona, y ser buena persona implica respetar al otro, no juzgar a los demás y, volviendo a lo anterior y al eje de esta nota, ejercer conductas altruistas siempre que se pueda.

 Por eso, no solo para esta fecha es necesario felicitar a quienes dedican su vida a darle una mano al que necesita y han sabido incorporar esto como un hábito de todos los días. Y a los que aún no encontraron esto, les digo que lo intenten, que lo prueben y les garantizo que les va a gustar ya que ser solidarios es una de las características que posee una persona que es feliz.

La solidaridad como una forma de vida es darle participación al otro en tu propia vida, no hay progreso que no transite este camino porque todo logro social tiene de trasfondo un acto de ayuda que es reciproco, lo que doy hoy, mañana la vida me lo devuelve.

Durante esta semana, el 26 de agosto se celebró el Día Nacional de la Solidaridad en conmemoración al nacimiento de la Madre Teresa de Calcuta, quien fue una de las máximas exponentes de la historia de la humanidad en realizar actos altruistas para con los que menos tienen.

Esta fecha es muy importante para quienes dedican su vida a ayudar al otro y satisfactoriamente nuestra provincia es un ejemplo en este terreno ya que son numerosas las instituciones y los voluntarios que habitan nuestro suelo incorporando en su quehacer diario ese don de ayudar.

Un don de ayudar que todos los llevamos dentro, lo único distinto es que algunos lo enarbolan más que otros y lo exteriorizan más que otros que lo tienen dormido. Y es muy importante despertarlo cuando antes porque un acto solidario se replica, se imita, se retroalimenta y vuelve a vos.

Este circuito de bondades es efectivo y te sorprende, porque cuando menos te lo esperás vuelve a vos aquello que diste sin pedir nada a cambio. Es que, si lo hiciste así, sin otro interés que sacarle una sonrisa a un niño, hacer que un perro te mueva la cola o aliviar el dolor de un padre que no llega a fin de mes, la acción vale. Pero si se hace con el objetivo de figurar en algún lado, o con intensiones malignas, ya no tiene esa validez y se convierte en algo perverso.

Siendo solidario dentro de una fundación o asociación, o fuera de ella, en la calle, todos los días es una forma de participar en la construcción de un mundo mejor. “Yo puedo hacer cosas que tú no puedes, tú puedes hacer cosas que yo no puedo; juntos podemos hacer grandes cosas” y “yo sola no puedo cambiar el mundo, pero puedo lanzar una piedra a través del agua para crear muchas ondulaciones”, son frases de la Madre Teresa que explican perfectamente lo que quiero decir.

Y si sos egoísta y te cuesta dar una mano al que te pide ayuda, al menos no estorbes. No incites a la violencia y no destruyas lo que otros construyen. Los tiempos van cambiando y cada vez se visibilizan más situaciones que antes no se mostraban, situaciones que tienen que ver con maltratos hacia el otro porque lamentablemente hay mucho odio suelto, que es lo contrario al amor y a la solidaria.

¿A qué me refiero con esto? A que antes existían menos derechos hacia los demás, todavía hay discriminación, pero en otros tiempos, discriminar a los homosexuales, a las personas con discapacidad, a las de escasos recursos, entre otros casos, era algo “natural”.  Ser solidario es una de las principales cualidades de una buena persona, y ser buena persona implica respetar al otro, no juzgar a los demás y, volviendo a lo anterior y al eje de esta nota, ejercer conductas altruistas siempre que se pueda.

 Por eso, no solo para esta fecha es necesario felicitar a quienes dedican su vida a darle una mano al que necesita y han sabido incorporar esto como un hábito de todos los días. Y a los que aún no encontraron esto, les digo que lo intenten, que lo prueben y les garantizo que les va a gustar ya que ser solidarios es una de las características que posee una persona que es feliz.