La carroza de "Las ardillas" de la Escuela de Educación Técnica Nº 1 "Escolástico Zegada" marcó un antes y un después en la Fiesta Nacional de los Estudiantes. Esta obra icónica elaborada por los estudiantes del establecimiento de la promoción 1977, fue la primera en salir de la provincia para ser exhibida en la ciudad de Mar del Plata, Buenos Aires, donde maravilló a miles de personas.
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La carroza de "Las ardillas" de la Escuela de Educación Técnica Nº 1 "Escolástico Zegada" marcó un antes y un después en la Fiesta Nacional de los Estudiantes. Esta obra icónica elaborada por los estudiantes del establecimiento de la promoción 1977, fue la primera en salir de la provincia para ser exhibida en la ciudad de Mar del Plata, Buenos Aires, donde maravilló a miles de personas.
En el marco del centenario del establecimiento que se celebró en el año 2017, se habilitó un mural que muestra toda la historia de las diferentes carrozas que fueron construidas por los alumnos de la casa.
De esta manera quienes asisten diariamente a clases, pueden observar en uno de los pasillos la imagen del fundador Escolástico Zegada, el calibre; elemento de medición que alumnos y docentes utilizan en el aula. Además, el logo de la institución, el lobo, la mascota del colegio y la hinchada "La Gloriosa".
Obras que dejaron huellas
Con casi cuarenta años de experiencia y con gran orgullo, el profesor Roberto Meriles de la EET Nº 1 recordó que por el año 1968, cuando cursaba el primer año en la institución, los desfiles de carrozas se realizaban en la plaza Belgrano.
Durante su promoción y siendo carrocero, ayudó en la construcción de un mono relojero, uno de los primeros muñecos que armaron los estudiantes.
"Teníamos nuestro propio grupo electrógeno y lo prestábamos a colegios que lo necesitaban", dijo el docente al recordar que la primera carroza que pudo observar en vivo fue la obra de un pentagrama musical y al siguiente año la del teléfono antiguo. El proyecto de "Las ardillas" fue la tercera etapa de muñecos que los estudiantes trabajaron con telgopor y además fue expuesta en la provincia de Buenos Aires. Y es que, hasta la fecha, esa obra es recordada por su maravilloso diseño.
Innovaciones y tecnologías
"Antes, los movimientos se hacían a mano, los alumnos se ubicaban debajo del chasis y efectuaban entre uno o dos movimientos. Tenía a su lado botellas de leche, dado que el grupo electrógeno largaba gases y para evitar que se intoxiquen tomaban ese producto lácteo", contó el profesor Meriles. Recordó así que con el paso de los años llegaron otras "promos" y con ellas, las innovaciones, los motores eléctricos, diferentes sistemas de luces y nuevas formas de trabajos que los chicos aprendían a través de las técnicas que le brinda la institución. "Ellos calculan la fuerza que deben hacer y también la distancia", dijo, al hacer hincapié en que en la EET Nº 1 "los carroceros trabajan y nosotros acompañamos, nunca se perdió ese entusiasmo", resaltó el docente.
“Algunas temáticas fueron cambiando”
“Años atrás, las carrozas mostraban diferentes temáticas infantiles, hoy la mayoría de los proyectos están relacionados a la cultura de nuestra provincia. Me parece muy bueno porque de esa manera se reivindican el patrimonio cultural y nuestras tradiciones”, comentó el profesor del Centro Polivalente de Artes Nº2 de San Pedro, Carlos Miranda, al recordar sus años de carrocero y cómo es el trabajo de los estudiantes actualmente.
Cuenta que cuando fue carrocero, en el año 1987 en el Polivalente de Artes de capital, los materiales que utilizaban los chicos eran telgopor, crepé, yesos y vidrios cortados, entre otros. “Antes las carrozas no utilizaban tanto material reciclable”, dijo al señalar como positiva la iniciativa que han tomado varios colegios desde hace unos años. En cuanto a la iluminación, detalló que utilizaban focos naturales, armaban reflectores, “ponían adentro un foco y lo cubrían con un celofán de color para proyectar la luz. Los trabajos salían excelentes porque teníamos la colaboración de toda la estudiantina del colegio y los profesores”, relató.
Un trabajo incesante
La forma de trabajo de los carroceros, recuerda el profesor, tiempo atrás era diferente. “Había jefes en varios sectores, cada uno tenía su actividad y trabajaban incesantemente”, dijo, al destacar que aún con el paso del tiempo, los carroceros nunca perdieron el entusiasmo y euforia por construir su carroza.