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La música barroca en el "Nuevo Mundo"

Lunes, 30 de septiembre de 2019 01:01

Al estimado nuevo lector de esta columna, una calurosa bienvenida y por supuesto también al lector aficionado a la música y al ilustrado que nos sigue semana tras semana.

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Al estimado nuevo lector de esta columna, una calurosa bienvenida y por supuesto también al lector aficionado a la música y al ilustrado que nos sigue semana tras semana.

Hoy concluiremos el artículo sobre la primera obra polifónica escrita en suelo americano y que probablemente algún lector lo ha cantado en su coro: "Hanaj pachap cusuicuinin".

El lector iniciado sabe que la música antigua en América tiene un matiz mestizo o indiano, como se la llamaba en su momento. Es que se tomaron elementos rítmicos o el idioma de los pueblos originarios. "Hanaja pachap", compuesta en el departamento de Cuzco, Perú, es la primera obra religiosa y polifónica cuyo manuscrito fue escrito por Juan Pérez Bocanegra y publicado en Lima en 1631.

Es un himno en quichua, dedicado a la Virgen María y que fue concebido para ser cantado al entrar en la iglesia.

Su autor no era precisamente un sacerdote pero era un estudioso de las lenguas indígenas y siguió el modelo de los padres franciscanos en su manera de evangelizar a través de la música.

Recordemos que en la época, mucha de la música religiosa escrita en América Latina, además del latín y castellano contenía textos en el idioma del lugar, en este caso, el quichua.

El quichua o quechua fue el idioma del Imperio Inca y los habitantes de Jujuy, Salta y Santiago del Estero conocemos varias palabras o incluso lo hablamos.

El franciscano del Perú, Luis Jerónimo de Oré publicó su gran himnario quichua en 1598, el Symbolo Catholico Indiano, que contiene los himnos cristianos en quichua más antiguos que se conocen.

Aunque en México se habían interpretado obras de la España barroca, obras religiosas y que eran interpretadas por los indígenas, no se habían escrito aún una obra en suelo americano.

Muchos músicos vinieron al suelo americano atraídos por la expansión de la iglesia y la necesidad de músicos profesionales para poder ejecutar los órganos de las iglesias que se iban a construir, así como las orquestas y coros. Según testimonios de la época los indígenas aprendían música rápidamente y también a tocar los instrumentos europeos. Hasta esa época conocían instrumentos de viento y de percusión.

Volviendo al Cuzco, mucho se ha escrito sobre "Hanac pachap". Pero, ¿de qué va el texto?. Aquí la transcripción de la primera estrofa: "Hanaj pachap cusicuinin/ Waranqajta much’asqaiqui / Yupayruru puquj mallqui/ Runacunap suyacuinin/ Callpanajpa q’imicuinin/ Waqasqaita". ("Oh, Alegría del cielo/ por siempre te adoraré,/ árbol florido que nos das el Fruto Sagrado,/ esperanza de la Humanidad,/fortaleza que me sustenta/ estando yo por caer."

Las demás estrofas se cantan raramente pero están al alcance del lector gracias a internet, con traducción al castellano.

Esta obra pudo ser escuchada en Purmamarca en el Festival "Xuxuy Barroco" en la pascua de 2016, con músicos venidos de Europa y Brasil (Rafael Montero y Anderson de Lima) y miembros de la Orquesta Siete Colores, de Purmamarca.

La magnífica combinación entre arquitectura colonial y música barroca han traído una obra maestra a su resonancia ideal. Quizás alguna vez sonó en el pasado "Hanaj pachap" en Jujuy y qué mejor que haberlo interpretado nuevamente en el lugar apropiado.

Ojalá se pueda recuperar esta tradición, de cantar esta música barroca de gran belleza y devolverla a su lugar de origen, interpretarla en el suelo que la vio nacer y darla a conocer a las generaciones venideras.