El predio conocido como la exestación de trenes de la capital cobró vida ayer después de meses de permanecer en silencio, cuando decenas de personas empezaron a montar sus puestos y a colgar en ellos las coronas de flores, rosarios hechos con pochoclos de colores y como protagonistas de la venta los canastos de mimbre rebosantes con ofrendas de todos los tamaños y formas. Mientras que los ramos de flores y las ollas con chicha completaron el tradicional panorama en vísperas del Día de los Fieles Difuntos.
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El predio conocido como la exestación de trenes de la capital cobró vida ayer después de meses de permanecer en silencio, cuando decenas de personas empezaron a montar sus puestos y a colgar en ellos las coronas de flores, rosarios hechos con pochoclos de colores y como protagonistas de la venta los canastos de mimbre rebosantes con ofrendas de todos los tamaños y formas. Mientras que los ramos de flores y las ollas con chicha completaron el tradicional panorama en vísperas del Día de los Fieles Difuntos.
Ayer quedó abierta al público allí la Feria de las Ofrendas y las Flores con una completa y variada oferta de productos para el armado de la mesa que se pone el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, para recibir en las casas las almas de los familiares y seres queridos que bajan del cielo para honrar con su presencia y mantener así vivo su recuerdo en la tierra, según las creencias.
Esta conmemoración propia del catolicismo tiene sus matices dependiendo la tradición familiar. Si se va a recibir la visita de un alma bebé o de niño algunos acostumbran a poner la mesa el 30 de octubre y la levantan el 31 y para las almas grandes ya la colocan el 1 y se levanta el 2 de noviembre. Otros no ponen mesa cuando hay en la familia un alma nueva. Esperan hasta el próximo año para empezar a recibirlos.
Algunos levantan la mesa antes de ir al cementerio para poder dejar en la tumba las coronas y esas cosas ricas que tanto le gustaba al difunto, alguna golosina, fruta o panificado dulce en particular.
Todos estos productos que hacen a la mesa se pueden conseguir en esta feria que permanecerá hasta mañana. Podrán ingresar tanto personas con DNI par o impar, pero siempre en cumplimiento con las demás medidas de prevención como toma de temperatura, alcohol en las manos y barbijo puesto.
Así, de 8 a 20, los jujeños podrán concurrir a comprar coronas de flores que tienen un precio estimado de $200 y $250 el par, ofrendas a $350 la docena y las escaleras, cruces y muñecos de mayor tamaño a $50 cada una. Hay también chicha de maní y maíz a $100 y $150 el litro, y además se puede conseguir capia, maicenas, golosinas, hojas de coca y hasta algunas frutas. Las flores naturales se venden en ramos que van desde los $50 y los girasoles cada uno a $50, entre otras variedades.
La oferta es muy variada y completa gracias a miles de familias que año tras año se dedican a amasar y moldear el pan para mantener esta tradición viva en la provincia.