¿Has estado viajando un poco en los últimos días?
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¿Has estado viajando un poco en los últimos días?
Sí, ahora estoy en Buenos Aires, pero regreso a Tucumán para pasar las fiestas ahí.
Estás terminando el año con un nuevo disco...
Sí, la verdad muy contento. Primero hicimos un adelanto con la canción "Mundo" con Abel Pintos, y la semana pasada el disco completo "Renacer". Obviamente que es un disco para desarrollar con este tiempo. La alegría es poder compartirlo con la gente, y por suerte se dio.
¿Tenés planificado cómo va a hacer girar este disco, teniendo en cuenta que no hay festivales confirmados?
En realidad, un poco dejándonos llevar por lo que vaya sucediendo. Esperamos que esta pandemia en algún momento se termine. De a poquito va bajando la marea, pero bueno, si no se puede dar un concierto en vivo para la gente, apostaremos por un streaming, por un concierto que nos dé la posibilidad de presentar el disco y mostrar las canciones. Estamos planeando algo para el verano seguro, para estar conectados con la gente que es lo que nos sostiene día a día.
¿Qué tiene de característico este disco, qué giro hay?
Fundamentalmente lo que tiene es que se divide en dos partes, una más de música popular de un folclore más tradicional, pero con una impronta que fui adquiriendo con el paso del tiempo, donde hay una chacarera y un tinku que son de nuestra autoría, y después una canción muy linda de César Isella que abre el disco, "Canción de lejos"; y después la parte más de música proyectada a lo internacional con aires de balada, y más moderno.
Esta última parte la hice con Julio Reyes Copello, productor artístico colombiano que trabajó con artistas como Marc Anthony, Ricky Martin, Alejandro Sanz, Jennifer Lopez, Kanny García, entre otros. La verdad que aprendí mucho de su experiencia. En esa parte internacional también hay canciones mías y dos covers muy lindos, "Hoy", de Jean Marco que lo hizo Gloria Estefan, y otro es "Hasta que me olvides" que lo canta Luis Miguel, pero que es de Juan Luis Guerra y me gusta mucho su música.
Vos tenés esa capacidad musical y de talento como para adaptarte a diferentes estilos. Ahora, ¿cuál es la que a vos te gusta? ¿Por qué te dejás llevar cuando cambiás de ritmo, o elegís una temática o un autor? ¿Dónde te sentís más cómodo?
Yo creo que las dos cosas que planteé en el disco me identifican casi de la misma forma, porque cuando me pongo a tocar alguna música folclórica, me llega al alma, porque escucho desde muy chico. Aprendí a admirar a un montón de artistas, y cada vez que viajo al interior, tengo la necesidad de sumergirme en la música folclórica. Voy a Jujuy y encuentro carnavales, bailecitos, fiesta, una zamba que describe tan bien a la belleza de un lugar; voy a Santiago y encuentro una chacarera que me emociona; voy al sur y escucho las milongas y las huellas. Siento que siempre tengo mucho que aprender del folclore y me conecto con eso.
Pero también la música internacional me gusta mucho, porque además de escuchar folclore, me gusta escuchar de todo. Si encuentro una canción que sea linda y que me guste, que sienta que es para mí, la hago, porque al fin y al cabo es música. Más allá de un género es identificarse con la canción en sí. Cada ritmo tiene su emoción y uno se tiene que conectar de la forma que sea con lo que esté cantando.
Tu versatilidad te permite también cantar con artistas muy distintos, y efectivamente lo hiciste. ¿Hay algún artista que te provoque pensar que no podrías, o que tendrías que prepararte especialmente?
Creo que con todos los artistas uno tiene que comprometerse al máximo y darlo todo porque uno no sabe hasta dónde la música te sorprende. Me acuerdo cuando los chicos de Kapanga, la banda de rock, me invitaron a tocar en un disco, no me imaginaba cómo podía sonar, cómo se podía dar, porque tenemos identidades musicales muy distintas, pero la verdad que me sorprendí de que la música siempre tiene un lugar para encontrarse con los artistas. Eso es algo que valoro mucho, que no solamente depende de mí, ni del otro, sino de la misma música que va como uniendo las fronteras, y nos va llevando a su universo.
Pero bueno, me imagino que si tuviera que tocar con un Charly García por ejemplo, tendría que estar a la altura de él o preparado para eso, no tanto desde lo artístico, sino desde lo emocional, porque lo admiro mucho. Lo mismo con Alejandro Sanz, por ejemplo, o si tengo que volar muy alto, ya que soñar no cuesta nada, con Steve Wonder también me pasaría eso por tenerle una admiración tan grande que espero que eso no me afecte a mí para poder darlo todo. Creo que no, porque yo en la música siento que las cosas me salen más fácil, entonces trato de aprender de cada experiencia y dejarme llevar por la música, que siempre tiene un lugar muy lindo para mí.
El último encuentro especial que tuviste y que conocimos es con Abel Pintos en el tema "Mundo". ¿Qué pasó entre ustedes en ese momento, ya que ambos están estrenando paternidad? ¿Cuál es la sensación y el momento de ambos porque entiendo que estas vivencias suman a la música de cada uno?
Cuando presentábamos la canción, los dos charlábamos de eso, de que los dos estamos aventurando un sentimiento muy profundo como el de la paternidad. A mí me toca estar un poquito más adelante, porque mi hijo nació el año pasado, pero la verdad que uno va madurando con el paso de los meses de ser padre, y las canciones van tomando un vuelo más profundo, porque uno está más sensible con esto. Hay muchas canciones que yo vengo cantando históricamente que siempre me generaban algo en particular, pero al nacer mi hijo cambió todo, tomaron otro vuelo mucho más grande. Y a Abel le debe pasar lo mismo. Con esta canción nos conectamos mucho con la alegría, porque eso es el tinku. La música argentina nos identifica mucho a ambos.