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Misa de Nochebuena con protocolo establecido

La misa, presidida por el párroco Daniel Baca, se ofició en el atrio del templo matrizUna de las estampas que se extrañaron en la noche fue la de los niños adoradores
Viernes, 25 de diciembre de 2020 18:18


“Lo que resuena en mi corazón es la palabra hoy. Ese hoy de Dios, que nos dice – aquí estoy yo, vengo a cumplir mi promesa, vengo a traerles la presencia de mi hijo, el salvador-, promesa que llegó a ese pueblo que venía sufriendo a consecuencia del pecado y todo lo que provoca en la historia de la humanidad y en la vida del hombre. Dios nos dice aquí estoy, hoy es el día, hoy nos ha nacido el Mesías, el salvador del mundo, que sea eso entonces, ese hoy de Dios para nosotros”.  Fueron los conceptos, pronunciados por el padre Daniel Alberto Baca, durante la misa de nochebuena, que se ofició poco antes de la medianoche del jueves, en el atrio del templo matriz.

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“Lo que resuena en mi corazón es la palabra hoy. Ese hoy de Dios, que nos dice – aquí estoy yo, vengo a cumplir mi promesa, vengo a traerles la presencia de mi hijo, el salvador-, promesa que llegó a ese pueblo que venía sufriendo a consecuencia del pecado y todo lo que provoca en la historia de la humanidad y en la vida del hombre. Dios nos dice aquí estoy, hoy es el día, hoy nos ha nacido el Mesías, el salvador del mundo, que sea eso entonces, ese hoy de Dios para nosotros”.  Fueron los conceptos, pronunciados por el padre Daniel Alberto Baca, durante la misa de nochebuena, que se ofició poco antes de la medianoche del jueves, en el atrio del templo matriz.


En otro tramo de su prédica, y refiriéndose a la presencia del niño, sostuvo que Dios se manifiesta en un niño, al que tenemos que recibir en nuestro corazón y en nuestra vida. Expresó que, en estos tiempos en los que se pone en tema de discusión el valor de la vida, Dios nos muestra a través del niño, que justamente la vida es un don y como tal, debe ser preservada y defendida. 


Sin lugar a dudas, una noche especial, llena de la presencia de Dios, se vivió en el templo San Pedro de Río Negro, para celebrar en comunidad, el nacimiento del Niño Dios. Numerosas familias, cumpliendo el protocolo, llegaron hasta altar, especialmente ornamentado, portando las imágenes del Niño de sus pesebres familiares, para participar del oficio religioso. El signo fuerte de la noche, fue el ingreso de la imagen del Niño Jesús, para presidir la celebración. El párroco Daniel Alberto Baca, levantó en alto la imagen ante la mirada del pueblo congregado, el que luego, fue colocado en el pesebre artesanal que fue levantado en uno de los laterales del atrio. 


La comunidad toda, extrañó la presencia de los pesebres comunitarios, que llegaban al son de sus bandas de música con los niños adoradores, y le imprimían a la noche un especial brillo, tradición muy arraigada en toda la provincia. El padre Daniel explicó que, por decreto emitido por el Gobierno de la Provincia, no se autorizaba la adoración de los pesebres. “Es por eso que la parroquia, durante la reunión con los responsables de los pesebres, se pidió sólo una reunión familiar, donde la familia adore a su Niñito, cumpliendo todas las medidas de seguridad, como distanciamiento, uso de barbijo, y sanitización. Siempre preservando la salud y la vida”, dijo el padre. 


Finalizada la misa, el padre bendijo las imágenes de las familias y dos pesebres que acompañaron con el mínimo de las personas y la banda, saludaron al Niño del pesebre parroquial.