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El peor tiroteo en 30 años ocurrió en Nueva Escocia

Miércoles, 30 de diciembre de 2020 01:02

La Masacre de Nueva Escocia fue una serie de asesinatos aleatorios e incendios que tuvieron lugar en un período de trece horas entre el 18 y el 19 de abril de 2020 en la provincia canadiense de Nueva Escocia.

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La Masacre de Nueva Escocia fue una serie de asesinatos aleatorios e incendios que tuvieron lugar en un período de trece horas entre el 18 y el 19 de abril de 2020 en la provincia canadiense de Nueva Escocia.

Gabriel Wortman disparó y mató a 23 personas e incendió al menos cinco edificios en varias ubicaciones de Nueva Escocia, Canadá, antes de ser ultimado por la Policía Montada del Canadá durante una persecución.

Es la masacre más mortífera en la historia canadiense, superando la masacre de la Escuela Politécnica de Montreal en 1989, en la que 15 personas fueron asesinadas.

Lo que se sabe es que un tranquilo ortodoncista de 51 años abrió fuego, por razones desconocidas, contra todos los que se cruzó en un pequeño pueblo costero de Nueva Escocia, Canadá. Gabriel Wortmann mató a 18 personas antes de ser abatido por la Policía.

Estaba vestido con el uniforme de la Real Policía Montada y circulaba en un auto adaptado y pintado para parecer un patrullero.

La masacre comenzó en el mínimo pueblito de Portapique, de apenas cien habitantes, y terminó a casi noventa kilómetros tierra adentro en Enfield.

El evento es único en la historia canadiense, donde los tiroteos son raros: fueron doce horas de violencia, con cuerpos tirados en una línea de sesenta kilómetros de largo, cinco casas incendiadas y 16 escenas forenses.

Entre los muertos se cuenta una agente de policía, una maestra de primaria y dos enfermeras.

La Policía en la provincia de Nueva Escocia tardó doce horas en atrapar y matar a Wortmann, después de una persecución inesperadamente complicada por la cuarentena, que vació las rutas.

No queda en claro si el tirador planeó el ataque o fue algo espontáneo, y no se encontró ni una nota o manifiesto. La Policía no difundió cuántas armas utilizó, pero sí que en un momento su auto falló y siguió viaje con una cupé sport de una de sus víctimas.

Wortmann tenía dos clínicas de ortodoncia en la región y según testimonios, le iba muy bien económicamente.

Sus pacientes, algunos ahora asesinados por el dentista, comentaban con humor su pasión por la Policía.

Lo que hasta ahora no tiene explicación clara es la razón del ataque. No hay testimonios de tendencias violentas del ortodoncista antes de este fin de semana, ni un episodio claro que pueda ser el disparador.

Desde el primer momento, los investigadores han descartado la motivación terrorista pero no han querido aventurar ninguna de las hipótesis en las que están trabajando.

De momento se sabe que algunas de las víctimas conocían a Wortman pero que otras parecen haber sido escogidas por el asesino de forma aleatoria.

Todas las víctimas de Wortman son adultos excepto una joven de 17 años, Emily Tuck, cuyos padres, Jolene Oliver y Aaron Tuck, también murieron en el ataque.

Otras víctimas identificadas en las últimas horas son la agente de la Policía Montada Heidi Stevenson, dos enfermeras, Heather O’Brien y Kristen Beaton, y Lisa McCully, una profesora de secundaria.

Medios de comunicación locales han señalado que el supuesto autor de la masacre había intentado en su juventud alistarse en la Policía Montada y que coleccionaba automóviles y motocicletas.

En su colección tenía dos patrulleras que habían pertenecido a la Policía Montada.

Sin duda un hecho que conmocionó a Canadá y al resto del mundo en plena cuarentena.

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