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"La desinformación despierta como corolario los discursos del odio"

Es docente de Lingüística y de Análisis del Discurso en la Unju. Analizó las formas en la que el machismo se revela en el lenguaje.También las expresiones violentas, sobre todo en redes sociales, que reflejan la pérdida de la racionalidad en sectores de la sociedad.
Viernes, 28 de febrero de 2020 01:02

-¿Cuáles son las formas en las que el machismo se manifiesta en el lenguaje?

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-¿Cuáles son las formas en las que el machismo se manifiesta en el lenguaje?

-El lenguaje reproduce las condiciones sociales, es un reflejo de las estructuras sociales, en particular en las relaciones de género. Cuando la Real Academia dice que el masculino nos integra a todos, el origen de esa cuestión gramatical tiene que ser histórico y social. En algún momento de la configuración del castellano se entendió que el masculino configuraba todo, posiblemente porque la vida social era llevada ejercida por hombres mientras que las mujeres no tenían vida social. El lenguaje va cambiando, antes por ejemplo era imposible pensar decir "la jueza", eran sustantivos que no tenían femenino. Pero ese no tener un femenino si bien es gramatical, está directamente relacionado con la imposibilidad que hubiera una jueza, o sea era imposible que una mujer ocupar ese cargo. Luego la palabra se decía con el artículo femenino, pero mantenía la forma masculina "la juez". Poco a poco el lenguaje se va acomodando a la nueva realidad y los usuarios. Hay que entender que el lenguaje es un reflejo de la estructura social y está en permanente cambio. También el lenguaje es una herramienta de lucha, por ejemplo, el lenguaje inclusivo, con el uso de la e que contempla no solo el binario masculino-femenino sino también otros géneros. Por sí solo no modifica la realidad pero si es una herramienta más. No es que cambiando el lenguaje vamos a cambiar la estructura social, pero si vamos a llamar la atención sobre esos problemas sociales cambiando el lenguaje. La disputa misma o el sólo pensar lo mismo respecto al machismo incluido en la gramática del lenguaje es importante. Hay que recordar que el lenguaje inclusivo surgió hace muchos años, aunque parezca moda, ya lleva casi 30 años. Se empezó usando en la oralidad con el "todos y todas", representando el masculino y femenino aunque este sigue en el binarismo masculino- femenino y no incluye otras posibilidades de género y además entorpece el discurso. Entonces se pensó en otra formas, que en la escritura tuvieron un rápido desarrollo como la @ para reemplazar la o y la a, o la x para el mismo uso. La e sería una buena solución, pero no hay que entender esto, como la intención de imponer una nueva gramática, tampoco que no exista. Cuando uno ve que un grupo social tiene una necesidad gramatical porque no se siente incluido y representado del lenguaje, debe tener esa posibilidad.

-¿Cree que las escuelas y las instituciones públicas son espacios en donde es posible generar el pensamiento que permita erradicar la violencia hacia las mujeres?

-Hay una experiencia de un docente sampedreño, Raúl Dorra, que la he compartido, que ocurre cuando en las clases tenemos mayorías femeninas y hay una situación que comienza a incomodar a la hora de saludar cuando decimos "Hola chicos" cuando hay veinte mujeres y un solo varón, porque la sola presencia de un varón hacía que tuviéramos que usar el masculino para saludar. Desde esa incomodidad yo elegí usar el femenino "Hola chicas" y se la bancara el varón porque era minoría, son pequeños cambios que van demostrando que estamos siendo conscientes de la necesidad de la igualdad.

-¿Cuál cree que es el rol de los docentes en este contexto?

-Creo que lamentablemente los profesores de Lengua y Literatura nos convertimos en defensores de la lengua estándar, de la norma lingüística, más que en incitadores de la reflexión sobre el lenguaje. Yo no digo que no se deba enseñar la lengua estándar porque, en definitiva, el alumno la necesitará en el trabajo o en situaciones formales de la vida. Digo que los docentes deberíamos enseñar la reflexión sobre el lenguaje, enseñar por qué existe el lenguaje inclusivo y cada uno opte por usarlo o no. No está bien obligar, sino como una opción más que nos da el idioma para quien la quiera usar. El lenguaje inclusivo ni siquiera se trata de cambiar la forma del español que hablamos, sino que puede pensarse desde las propias formas de la gramática. Por ejemplo cuando yo decía "el alumno deberá traer", hoy podría decir "el alumnado deberá traer". Buscar la forma de no hablar del hombre sino del ser humano o la humanidad. El docente debería impulsar a reflexionar sobre el lenguaje y sus usos, cómo se configura el uso que los usuarios hacen del lenguaje, generar el debate no significa adoctrinar. Hoy la sociedad está muy dividida apuntando a los preconceptos y entonces es muy difícil instalar estos debates. Gran parte de lo que venía a hacer la ESI en la educación era generar debate sobre los géneros, las naturalizaciones que tenemos como sociedad, no ha imponer, no ha obligar a nadie a adoptar determinada identidad de género, porque la ESI si permite la expresión de esas identidades con menos problemas que los que hubo en el pasado.

-¿Cree que los medios de comunicación están contribuyendo a cuidar el discurso buscando frenar situación de violencia u ofensa a ciertos sectores de la sociedad?

-Creo que hay más cuidado con la cuestión de género, creo que se están buscando las formas de evitar esa disyuntiva entre lo femenino y lo masculino. Sin embargo, al mismo tiempo asistimos a la sociedad de la opinión y los discursos del odio. Cada vez la racionalidad carece más de sentido y entonces lo que prevalece es la posibilidad de que todos puedan opinar. Lo democrático sería eso, que todos puedan opinar al mismo tiempo, y eso está bueno pensándolo en ese sentido. Pero al mismo tiempo vemos que la opinión de quien no se informó, o que no estudió Lingüística, como en mi caso, vale lo mismo que la mía a la hora de analizar el lenguaje. Es decir, en la sociedad de la opinión el valor está en opinar, no en saber o conocer. Contrariamente a lo que pensábamos de la sociedad cuando creíamos que las nuevas tecnologías iban a transformarnos en la sociedad del conocimiento porque íbamos a tener los saberes accesibles y a mano de todo el mundo o casi todo el mundo. Nos estamos transformando en la sociedad de la opinión, donde la opinión vale más que la verdad y viene con fenómenos asociados como la postverdad. No importa sí un hecho ocurrió o no, el usuario dice "yo lo comparto porque coincide con lo que yo pienso que puede haber ocurrido", privilegio mi posición política y social de género sobre la verdad de los hechos. A lo primero que hay que volver es al valor de la verdad y al valor del conocimiento para poder opinar. Está bien que todos opinen pero también está bien que todos tengan el deber de informarse para opinar. Ahí tenemos problemas con los medios y con las redes sociales porque lo que están generando es la desinformación y eso despierta como corolario los discursos del odio.

-¿Que son los discursos del odio?

-Como yo no me informo o estoy mal informado, me manejo sobre prejuicios sobre los otros y eso lleva inevitablemente a la profundización del odio y a las burbujas de opinión y termino juntándome en la vida y en las redes sociales con gente que opina igual que yo y reproduciendo discursos de odio hacia los otros por su raza, cultura, nacionalidad o género. En una sociedad de la opinión, la falta de valoración de la verdad y el conocimiento y derivan en la postverdad y los discursos del odio.

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