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Escándalos y esperanzas a la espera de un milagro

Lunes, 03 de febrero de 2020 01:01
PABLO BACA/ UN JUEZ SIN ESPALDA POLÍTICA.
“CHIQUI” ALVAREZ GARCIA/ OTRO MINISTRO RADICAL

La última semana de enero 2020 en Jujuy, se recordará como la de los escándalos que giraron a la espera de un milagro. Hoy, a siete días de haberse desatado el más grave de todos, sólo existen declaraciones altisonantes y amagues de una clase política sorprendida con los reflejos adormecidos por el verano provinciano. Otra vez un presidente del Poder Judicial, quedó envuelto en una barahúnda de proporciones que enchastró al gobierno provincial por uno de sus costados más sensibles: la prisión de la dirigente tupaquera Milagro Amalia Ángela Sala de Noro. Tomaron estado público manifestaciones del juez Pablo Baca, que comprometen gravemente la independencia de los poderes. Sus expresiones, dejaron entrever relaciones de dependencia de la Justicia de las decisiones del jefe del PE Gerardo Morales. Todo referido a la prisión de la señora Milagro, mezclado con otras definiciones de igual gravedad. El caso tiene un ingrediente más que pasó un tanto desapercibido: dejó evidencia que existen en los más altos niveles del elenco gobernante diferencias muy fuertes en la forma de conducir la Provincia. Esto, de lo que muchos hablan, en cuidadosa voz baja quedó a la vista, como también que la rígida conducción del GM no tolera discrepancias, o al menos no permite que se hagan públicas. Mientras voces malditas aseguran que habría más grabaciones de parecido calibre listas para ser conocidas, todos se cuidan de los celulares más que del coronavirus.

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La última semana de enero 2020 en Jujuy, se recordará como la de los escándalos que giraron a la espera de un milagro. Hoy, a siete días de haberse desatado el más grave de todos, sólo existen declaraciones altisonantes y amagues de una clase política sorprendida con los reflejos adormecidos por el verano provinciano. Otra vez un presidente del Poder Judicial, quedó envuelto en una barahúnda de proporciones que enchastró al gobierno provincial por uno de sus costados más sensibles: la prisión de la dirigente tupaquera Milagro Amalia Ángela Sala de Noro. Tomaron estado público manifestaciones del juez Pablo Baca, que comprometen gravemente la independencia de los poderes. Sus expresiones, dejaron entrever relaciones de dependencia de la Justicia de las decisiones del jefe del PE Gerardo Morales. Todo referido a la prisión de la señora Milagro, mezclado con otras definiciones de igual gravedad. El caso tiene un ingrediente más que pasó un tanto desapercibido: dejó evidencia que existen en los más altos niveles del elenco gobernante diferencias muy fuertes en la forma de conducir la Provincia. Esto, de lo que muchos hablan, en cuidadosa voz baja quedó a la vista, como también que la rígida conducción del GM no tolera discrepancias, o al menos no permite que se hagan públicas. Mientras voces malditas aseguran que habría más grabaciones de parecido calibre listas para ser conocidas, todos se cuidan de los celulares más que del coronavirus.

También con reflejos entumecidos el juez Baca nubló más el panorama cuando quiso aclararlo. Dijo que las grabaciones eran "sesgadas" tomadas "sin su consentimiento en un ámbito de privacidad e intimidad". Obvio. Pero como no negó sus dichos los dejó claramente reconocidos. Mientras en los mentideros la actualidad hervía... diferentes temperaturas, el Poder Ejecutivo mantuvo un prudente y denso silencio, el Poder Judicial hizo mutis por el foro en una posición aún más incómoda. La UCR siguió hibernando en verano. Pero el terremoto se replicó en la Legislatura. El bloque Justicialista, diezmado por las vacaciones y el letargo estival, logró reunir fuerzas suficientes para atacar. Y el oficialismo, donde casi todos están en Jujuy como consecuencia de la orden del jefe de postergar las vacaciones hasta que aclare la tortuosa situación política y económica, (obviamente al momento de aquella orden nada hacía imaginar el alboroto que nos ocupa), se reunió para intentar la defensa. Los voceros enfrentados fueron Liliana Fellner que pidió la renuncia del juez Baca "por una cuestión ética" y acusó al Ejecutivo de someter al Poder Judicial; y Alberto Bernis, que trató de reducir el escándalo a "una jugada política". "Piqui" emparentó la jugada con otro apriete al GM por la liberación de la jefa tupaquera, y sin querer aterrizó en el error de salir del libreto que el propio GM repite gritando a los cuatro vientos que la Justicia de Jujuy es independiente. Si así fuera una supuesta "jugada" no tendría sentido, porque además, las causas que involucran a Sala van camino a la Corte Nacional, fuera y lejos de la órbita de la posible influencia del gobernador jujeño. Lo que allá ocurra, es otro cantar. Apenas llegado a la Provincia, el presidente del PJ, Rubén Rivarola, se sumó al pedido de renuncia de Baca y amplificó el respaldo al juicio político que se elaboraba a tambor batiente y se presentaría hoy en la Legislatura. Más allá del encontronazo de Liliana y "Piqui", aparecieron otras voces que siempre se prenden buscando efímera notoriedad, pero es mejor obviarlas en un análisis serio. El oficialismo clama por el milagro de recuperar la calma.

En el medio de la turbulencia, el exjuez de la SCJ Eugenio Zaffaroni, apuró al gobierno nacional por una intervención al Poder Judicial jujeño. Ésa es también una jugada política, toda vez que la Constitución Nacional deja en claro que en primer lugar se debe buscar proteger la forma republicana de gobernar, es decir, la independencia de los poderes. Pero si como en este caso, un juez reconoce haber conocido influencias del PE sobre la Justicia y los Ministerios Públicos de la Acusación y la Defensa (órganos creados dentro de la órbita del Poder Judicial), y además admite haber tolerado algún tipo de presión o perturbación que condicionó su accionar, y no lo denunció oportunamente como hubiese sido su obligación, ha incurrido automáticamen te en incumplimiento de sus deberes de funcionario. Por esta razón, procede en tal caso, el juicio político del que se habla. Pero como se sabe, la mitad de la biblioteca jurídica siempre encierra argumentos sorprendentes, según el caso. Por lo pronto, en tensa reunión con su tropa y los socios de Primero Jujuy, el GM ordenó habilitar el procedimiento del juicio político apenas ingrese, y dar vía libre a la conformación de salas y mecanismos de investigación. Voceros generalmente bien informados, adelantaban que el juez Baca podría renunciar a su cargo. Abortaría el juicio en ciernes y habilitaría el "problema menor" de otra reorganización el STJ.

No fue lo único. El GM en aquella reunión reservada ratificó con expresa dureza su posición frente a los casos que involucran a señora Milagro. Les habló con dolorosa frontalidad de la situación económica de Jujuy y hasta anticipó que emitirá un decreto que recortará el 30% de los sueldos de los funcionarios, y que seguirá eliminando adicionales salariales -a menos que se justifiquen debidamente- y por supuesto, ordenará evitar todo gasto superfluo, especialmente en áreas que se mueven como si la crisis no existiera. Y para respetar a los otros poderes, pedirá desde el Ejecutivo, que adhieran el Legislativo, el Judicial y las administraciones municipales. Ése es un milagro posible.

Otro tema que trajo cola fue el recambio del ministro de Trabajo. Renunciado Jorge Cabana Fusz la designación recayó en Normando Al varez García, radical de extensas trayectoria y militancia, exlegislador y exembajador en Bolivia. La UCR celebró la rentrée de "Chiqui", pero el pesado silencio de Primero Jujuy -a quienes originalmente se había confiado la cartera- sonó a reproche y a tolerante comprensión para prolongar el milagro de la unidad. Como sea, el GM cerró con una vuelta más de llave, el círculo que lo rodea en su nueva gestión.

Pero hubo buenas nuevas: se cerró el capítulo de peleas por las demoradas remesas del Fondo Especial del Tabaco. Llegaron los fondos, los peronistas volvieron a pisar fuerte en sus relaciones con el ministro de Agricultura Luis Basterra, donde pesan José Vilariño y Patricio González Anún, funcionarios amigos de Jujuy. Y la Cámara del Tabaco que preside Pedro Pascuttini recuperó su capacidad de lobby freezada durante cuatro años. Igual el gobierno se atribuyó haber logrado el destrabe de la plata que ya está en Jujuy. El caso es que el gobierno jujeño y sus legisladores culparon al Frente de Todos de querer ahogar al gobernador Morales buscando la liberación de Milagro Sala y en desafiante actitud pusieron en peligro los códigos iniciales de "acercamiento" que el GM había planteado con el presidente. Ojalá ocurra el milagro de que terminen estas pulseadas que se realizan sobre el destino de una plata que no es de ellos, sino de los productores.

Otra buena noticia llegó desde Italia. Alberto Fernández se enteró en una de sus reuniones, que la empresa italiana FIB Faam desembarcará en Jujuy para instalar una fábrica de baterías de litio. En Casa de Gobierno estaban exultantes rogando que el buen augurio se extienda rápidamente a Cauchari, y comience a crecer el milagro de la soñada nueva matriz productiva de nuestra provincia.

 

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