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Enseñar hábitos alimenticios para mejorar la nutrición

Miércoles, 05 de febrero de 2020 01:03

La Red de Comedores de Jujuy celebró la implementación de la tarjeta Alimentar y explicó que será más efectiva si el Estado la acompaña con seguimientos y educación alimenticia para los padres a fin de que impacte de forma positiva en la nutrición de los más chicos y del grupo familiar.

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La Red de Comedores de Jujuy celebró la implementación de la tarjeta Alimentar y explicó que será más efectiva si el Estado la acompaña con seguimientos y educación alimenticia para los padres a fin de que impacte de forma positiva en la nutrición de los más chicos y del grupo familiar.

En ese sentido, Elena Baca, una de las referentes de la Red, comentó que "nosotros venimos desde hace más de 30 años intentando cambiarles los hábitos alimenticios a las personas y es un proceso largo. Me parece que es muy bueno el tema de la tarjeta pero debe estar bien monitoreado y tienen que acompañar a las familias para que realmente incorporen verduras, carnes, frutas que es lo que más carece en la comida de los chicos".

"Me parece una ayuda extraordinaria esta tarjeta porque la estuvieron pasando muy mal muchas familias, y es muy necesario que al margen del control que ya existe sobre estas familias, haya otro más intenso para saber lo que compran y que se haga un cambio en la alimentación", añadió.

Asimismo, manifestó que "están muy mal acostumbradas a las harinas que no hacen nada bien, a nosotros nos llevó un buen tiempo poder cambiarles los hábitos alimenticios a las familias. Algunas se tardaron más de 5 años en cambiar eso, nosotros les damos talleres de forma constante para que en la cocina se implementen alimentos más saludables".

"Después de mucho esfuerzo logramos que en nuestra institución los chicos coman remolacha por ejemplo y otras verduras que antes no podían ni ver, porque este cambio también tiene que ser para ellos pero en especial a las mamás que son generalmente las que cocinan. Por eso es que esto sería más efectivo si habría un acompañamiento con nutricionistas a todas las beneficiarias del programa y no solo sea con recomendaciones sino con un trabajo más intenso que se ajuste a las realidades económicas de cada hogar", dijo.

Al respecto afirmó que "no es tan fácil cambiar los hábitos y nos pasó muchas veces de ver a niños desnutridos que las madres y los padres pasan por alto, y hasta que nosotros les decimos y los ayudamos, ellos no procesan que es un problema grave de salud. Por eso, mediante esas experiencias nosotros hacemos alimentación, estimulación y educación en chicos. Y los resultados son muy buenos porque hay abanderados u otros que terminan sus estudios primarios y secundarios".

Que tenga continuidad

Además, resaltó que para que estas políticas públicas funcionen y tengan resultados deben tener continuidad por más que cambien los gobiernos en la provincia y el país.

La referente explicó que "seguimos cobrando los 6 pesos desde el Gobierno provincial, y eso es algo que también se debe resolver porque no alcanza, por más que se implementen estos programas y las asignaciones que ya cobran. Hay un panorama muy amplio y espero que ahora hayan cambios para los que más necesitan, y que la ayuda sea profunda".

"Yo tengo la esperanza que las cosas cambien y mejoren para las personas que estén en situación de vulnerabilidad, no solo con el tema del hambre sino en las tantas problemáticas que padecen estas familias. Que con estas políticas se alimenten mejor y no tengan que venir los fines de semana a decirnos que no tienen comida", finalizó.

“Que este beneficio no sea sólo asistencialismo”

LOURDES FLORES/ ANALIZÓ LA IMPLEMENTACIÓN DE LA TARJETA ALIMENTAR.

Lourdes Flores, licenciada en Trabajo Social, analizó la implementación de la tarjeta Alimentar y sostuvo que la misma viene a mejorar los accesos de las familias a la canasta básica de alimentos pero debe ir modificándose para ser más efectiva con el paso del tiempo.

Al respecto señaló que “el programa ayuda a la provisión de alimentos y está bien por ahora como una ayuda urgente ante la situación económica del país, pero si se mantiene no sería una política social que fomente la emancipación y el empoderamiento de las personas para que se genere un trabajo digno y que con esfuerzo propio puedan llevar los alimentos a sus hogares”. 

“Por eso espero que este beneficio no sea sólo asistencialismo que se limite a una transferencia de dinero para la compra de los alimentos, sino también que esté acompañada de programas educacionales, con campañas en los medios de comunicación para que las familias adquieran hábitos saludables de consumo. Se tienen que ver otras cuestiones que también son muy importantes y sirven para que esto no quede solo ahí y que tenga más efectividad”, agregó.

Asimismo, aseguró que “teniendo en cuenta las muchas falencias que tuvieron los anteriores programas ligados a la alimentación, en este es necesario que haya un seguimiento, monitoreo y evaluación de la misma para que se considere una verdadera ayuda y genere impacto de cambio en las familias en cuanto a lo nutricional”.

Remarcó que un control eficiente solamente hará que estas políticas públicas tengan el efecto necesario y se cambie la perspectiva en la alimentación que tienen las familias que sufren de pobreza. 

“Sería importante que el área salud cobre protagonismo en cuanto al control y seguimiento de las familias que son beneficiarias del subsidio, teniendo en cuenta a los trabajadores sociales, agentes sanitarios y demás profesionales de atención primaria de salud que están en constante contacto con la realidad de las familias, barrios y comunidad”, dijo la licenciada en Trabajo Social, Lourdes Flores.

La crisis no da tregua

Baca mencionó que la pobreza sigue latente en los comedores que continúan recibiendo a más personas que asisten en busca de un plato de comida, “ayer llegaron 4 familias que contenían a más de 20 chicos, y algunos tenían una discapacidad. Eso me da la pauta que todavía no estamos solucionando este tema tan grave, nosotros tenemos un cupo y no podemos darles a todos los que nos piden. Nuestra idea es mantener un cupo y a ellos alimentarlos bien, no podemos tener a muchos y darles una mala alimentación, y esto venimos haciendo hace años”, sostuvo.

Siguió diciendo que “a pesar de eso, nos estiramos un poco pero tampoco queremos bajar la calidad de la comida. Llegan las familias con chicos muy chiquitos y nos dicen que cerró el comedor en el que estaban y no sabemos qué decirles. Se la pasan yendo a comedores y merenderos para poder comer las cuatro comidas diarias. Como Red tratamos de no cerrar pero es difícil pese a que estamos en un programa nacional”.

Desde la Red no solamente hacen hincapié en la nutrición del grupo familiar sino también hacen foco en brindar talleres para las mamás y así ayudarlas con la crianza de los niños y también con sus problemas personales. A fin de que resuelvan sus problemas y sepan cómo gestionar trámites. 

“Mucha gente llega con historias muy duras de abandono o violencia. Detrás de la comida hay muchos problemas para solucionar y hay que estar, hay que ser constantes y persistir porque muchas personas dependen de nosotros”.