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"Cada día tenemos que pelear con barreras"

Cristina Gutiérrez e Isaac Apaza, nacieron sin poder caminar y formaron una familia, trabajan y tienen una hija
Jueves, 30 de abril de 2020 01:03

La historia de Cristina Ramona Gutiérrez y Isaac Daniel Apaza es el reflejo de una lucha diaria de superación no sólo producto de las limitaciones con las que nacieron sino de las barreras sociales. Ambos tienen una hija y una familia y pese a que no pueden caminar, avanzan a pasos agigantados, con nuevos desafíos y con apoyo de una fundación que los acompaña.

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La historia de Cristina Ramona Gutiérrez y Isaac Daniel Apaza es el reflejo de una lucha diaria de superación no sólo producto de las limitaciones con las que nacieron sino de las barreras sociales. Ambos tienen una hija y una familia y pese a que no pueden caminar, avanzan a pasos agigantados, con nuevos desafíos y con apoyo de una fundación que los acompaña.

 

Junto a una red de ong debaten que se debe hacer un protocolo por Covid-19 especial para las personas con discapacidad o adaptarlo.

 

Cristina nació con esa discapacidad que no le permite caminar, y desde pequeña asistió a varias instituciones, entre ellas Appace, y recibió ayuda de la fundación Alas para volar con la que está vinculada actualmente. En la primera conoció a su esposo, Daniel con quien luego de salir de allí comenzó un vínculo y formó una familia y tienen una hija de nueve años, Jazmín.

"Esta discapacidad yo la adquirí de nacimiento a causa de haber nacido con seis meses. Toda la niñez estuve en instituciones, y eso me hizo ser independiente. Estudié en la secundaria como todos, y estoy en la facultad. Trato de hacer una vida normal. Obvio que hay dificultades pero trato de superarlas con la ayuda de la gente que me acompaña", explicó Cristina a modo de síntesis. Relató que en esas entidades aprendió a ser independiente y desenvolverse, por lo que estudió el secundario en el Bachillerato Nº 6, y ahora se propone ser abogada, comenzó con la carrera en la Universidad Católica de Salta y el año pasado se cambió a la Nacional de Tucumán.

Sin embargo, su condición y la de su marido no fueron obstáculo para fijarse objetivos, es así que lograron crear un club llamado Jazmín Bocha Club, que por ahora tiene el nombre de fundación mientras gestionan la personería jurídica y los otros requerimientos para que sea un club, y lo hacen en conjunto desde hace tres años con la fundación Alas del Alma. Allí Cristina hace también asesoramiento jurídico, aprovechando sus conocimientos de derechos, los que va adquiriendo en su formación en la carrera de abogacía. No obstante, asegura que no logró insertarse laboralmente, sin embargo vende ropa y bijouterie.

JPG / ES EL EMPRENDIMIENTO DE GRÁFICA Y SUBLIMACIONES QUE CREÓ APAZA.

Su rol de madre no fue fácil, pero tuvo la ayuda en todo el proceso de la fundación Alas del Alma. La familia vive en Alto Comedero y con su pareja usan silla de rueda, afortunadamente cuentan con amigos choferes de remises para que su esposo llegue al trabajo, llevar a su hija a la escuela, y ella a su terapia. En su tiempo libre Cristina escribe, y ya ganó dos concursos, por lo que su trabajo también forma parte un libro que compiló la producción de ese concurso.

"Vivir en forma independiente no significa que cada día no tengamos que pelear con barreras, para nosotros la discapacidad no es impedimento para salir adelante, pero la tenemos que pelear mucho. La sociedad no nos está abriendo los espacios para que las personas con discapacidad podamos capacitarnos, porque piensan que no podemos", expresó.

El emprendimiento de Isaac

Mientras Isaac Apaza, quien también tiene discapacidad motriz debido a una parálisis cerebral que sufrió antes de nacer en Buenos Aires, desde muy pequeño lo trajeron a Jujuy en donde fue a varias instituciones de rehabilitación. Completó el secundario y optó por una tecnicatura de diseño gráfico centrado en publicidad, y aunque no lo terminó le sirvió para trabajar.

Actualmente tiene un emprendimiento, Jazmín Producciones Gráficas (www.jpg-sublimaciones.com. ar), donde hace trabajos de sublimaciones de remeras, gorras, banderas, tarjetas y calendarios. Le dio el nombre de su hija, al igual que al Jazmín Bocha Club, de deporte adaptado, el cual le permitió participar de torneos regionales y nacionales, ya que juega desde los 13 años.

También es empleado público en el área de comunicación por diseño gráfico y asesora instituciones que trabajan en discapacidad.

“Los sujetos en situación de discapacidad pueden alcanzar lo que deseen”

El acompañamiento a las personas con discapacidad es fundamental. La Fundación Alas del alma, desde 2003 se dedica a potenciar a las personas en situación de discapacidad acompañándolos en forma integral.

Allí asisten a jóvenes que tienen síndromes, con discapacidad motriz, sordo-ciegos que acceden al currículum. “No respondemos a una patología en particular sino a un ser humano con todas sus cualidades físicas, familiares y sociales”, explicó Angélica Gareca, referente de la fundación Alas del Alma. Trabajan para que las personas con discapacidad se sientan incluidas, entendiendo que somos parte de la misma sociedad, ya que muchos se atreven a pensar que solo porque tienen discapacidad no pueden recibir contenidos. Enfatizó que la neurociencia dice que los cerebros son iguales, se van adaptando a distintos procesos, y dependen de la cantidad de estimulación y contextos altamente positivos en educación y estimulación para tener resultados positivos.

La fundación tiene casos particulares y usan un modelo ecológico y holístico. “Creemos que los sujetos en situación de discapacidad pueden alcanzar lo que deseen, si quieren ser médicos, chef, lo serán, pero no somos nosotros los que le vamos a decir a un padre los límites, al contrario vamos a trabajar con médicos y psicólogos, y de hecho ya lo hicimos, para que estos niños tengan una adultez exitosa”, dijo. Con exitosa se refirió a que sea una adultez en la que puedan tomar decisiones, ser independientes, tengan posibilidades de hacer lo que deseen con apoyos y ajustes necesarios. Buscan que logren éxito en su vida, educación, cultura, la cual afrontan hoy con 20 docentes de primaria, secundaria, educación física, educación especial, kinesiólogos y abogados.

“Nuestro fuerte está en inclusión a través de la educación. Tomamos los casos y no vamos a capacitar a la maestra de grado, sino que hacemos un enfoque institucional y trabajamos con todas las maestras de todos los grados”, precisó. Trabajan con pocas instituciones que envían estudiantes, focalizando, una de ellas es el CEN 203 y trabajan hace 16 años y ahora acompañan a 20 estudiantes, niños y adultos, y es una relación casi de un profesor por estudiante, un modelo que costó sostener. Para este año preveían aceptar bebés, y el 2019 sumaron dos de primaria.