"Qué tiempo más propicio que éste para renovar nuestra esperanza, sabiendo que este don teologal no nos fue dado para convencernos que las cosas cambiarán porque sí, sino que lo hemos recibido para releer desde él que todo lo que sucede sólo tiene verdadero sentido a la luz de la Pascua. La Semana Santa es un tiempo de aprendizaje en la esperanza cristiana. Y para crecer en esta experiencia es necesario vivir una vida de oración sustanciosa. Es desde allí donde se aprende a distinguir entre la expectativa humana y la esperanza cristiana", dice la carta que envió a la comunidad el párroco de San Pedro y San Pablo Miguel David Aciar.
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"Qué tiempo más propicio que éste para renovar nuestra esperanza, sabiendo que este don teologal no nos fue dado para convencernos que las cosas cambiarán porque sí, sino que lo hemos recibido para releer desde él que todo lo que sucede sólo tiene verdadero sentido a la luz de la Pascua. La Semana Santa es un tiempo de aprendizaje en la esperanza cristiana. Y para crecer en esta experiencia es necesario vivir una vida de oración sustanciosa. Es desde allí donde se aprende a distinguir entre la expectativa humana y la esperanza cristiana", dice la carta que envió a la comunidad el párroco de San Pedro y San Pablo Miguel David Aciar.
Además de su reflexión compartió la tarde del sábado un video con la bendición de los ramos y en las casas se vieron carteles y palmas.