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Oferta de sabores de empanaderas Maimará

Llaman a consumir productos hechos por manos locales.
Viernes, 08 de mayo de 2020 01:03

Recorrer las calles de Maimará y escuchar el ofrecimiento de empanadas de carne y de pollo, es algo que mueve muchos sentimientos. El primero tiene que ver con esa sensación de salud que se vive tras el anuncio de cada día sin nuevos casos de Covid - 19 en la provincia y sin ninguno en la Quebrada, algo similar a lo que uno siente cuando, tras las primeras lluvias, empiezan a reverdecer los cerros.

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Recorrer las calles de Maimará y escuchar el ofrecimiento de empanadas de carne y de pollo, es algo que mueve muchos sentimientos. El primero tiene que ver con esa sensación de salud que se vive tras el anuncio de cada día sin nuevos casos de Covid - 19 en la provincia y sin ninguno en la Quebrada, algo similar a lo que uno siente cuando, tras las primeras lluvias, empiezan a reverdecer los cerros.

Luego se sucede el más inmediato: la imaginación en el paladar del sabor de la carne picada a cuchillo, la vivencia de ese algo calentito en la panza en una mañana fría, el deseo de sentarse contra un muro, aflojarse el barbijo y comerlas, y la misma vista de sus canastos cubiertos por una tela floreada para que no pierdan su temperatura, dan una suma que termina por mejorar definitivamente el humor del día.

Pero uno piensa más. Imagina las madres que amasaron, picaron el relleno, tejieron el repulgue y hornearon para sumar los pesos necesarios para que su familia siga subsistiendo. En los relatos de la memoria popular, la labor de las empanaderas, de las cocineras en general que llevaban sus productos a las estaciones de trenes y a las calles, entrama las posibilidades de educación de sus hijos, de vestirlos y alimentarlos, de sostener un hogar.

Dos empanadas por cincuenta pesos es un gesto que uno siente que agrega, que se multiplica. No sólo para mejorar el día, para calentar la mañana, sentir un sabor exquisito y nutrirse, sino para sumarse a las que fueron comprando otros, a las que lo hará aquel que llega, y aportar a una familia que lo andará necesitando. Cosas sencillas que, en estos tiempos de poco trabajo, nos hacen sentir mejor en muchos sentidos.