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Socialmente se suele transmitir la enseñanza errónea y limitante de que las emociones reflejan debilidad y no son propias de las personas exitosas. Lo cual es absolutamente falso ya que está comprobado que al desarrollar la inteligencia emocional tendrás relaciones interpersonales satisfactorias, buenos rendimientos académicos y un manejo eficiente de los problemas en general, entre otras cosas.
Las emociones tienen un potencial adaptativo incalculable que muchas veces pasamos por alto al no reconocerlas ni aprender a gestionarlas en forma correcta.
Hoy te voy a proponer empezar a ponerlas a tu servicio usándolas para identificar aquellas relaciones dañinas que puedes estar estableciendo sin darte cuenta con la gente que te rodea.
¿Cómo puedes identificar cuando alguien se relaciona en forma tóxica contigo?
Empieza por reconocer si sientes culpa o miedo al vincularte con alguien en particular, ya que de ser así posiblemente estés ante interacciones que te perjudican.
Cuando no actuamos o pensamos como los otros desearían estos se ven ante dos posibles respuestas, nos aceptan o nos rechazan. Aceptar es respetar y ser flexibles, comprender el derecho del otro a ser diferente. Pero rechazar es resistirse a lo diferente y ser rígido, una persona rígida no tolera lo diferente porque lo ve como erróneo, posiblemente nos critique destacando lo negativo, haciéndonos sentir poco capaces, valiosos o queribles. Bajando nuestra estima personal y autoconfianza.
Otras personas igualmente dañinas castigan el error pudiendo amenazarnos con privarnos de algo o ejercer sobre nosotros algún tipo de acto perjudicial. Cuidado con estas personas que son las más tóxicas y corremos el peligro de caer en situaciones de violencia. Recuerda que el peligro no es solo físico y que con palabras se puede herir gravemente también.
Ten en cuenta que todas las personas podemos ser un tanto negativas en alguna ocasión, pero si vemos que esto perdura en el tiempo siendo cada vez más pronunciado o si esto es algo habitual en el trato de esta persona hacia nosotros, probablemente no bastará con dar luz sobre la situación para dejar de interactuar en forma negativa sosteniendo la misma, sino que podríamos estar en peligro real, necesitando ayuda de un profesional para salir de esta situación.
¿Cómo reconocer cuando uno es quien está siendo dañino con los otros?
Si en tus interacciones sientes rabia o tristeza. Ten en cuenta que estas emociones pueden deberse a una rigidez interna con la cual debes trabajar. Por ello al ver que la otra persona no está actuando como nosotros creemos que "debería hacerlo" nos irritamos al vernos sacados de nuestra zona de confort.
Los otros tienen derecho a ser diferentes y no es su obligación encajar en lo que a uno le parece correcto. Si sientes que no puedes vincularte con lo bueno de alguna persona quizá la salida más sana sea tomar otro camino, pero nunca ejercer presión para que esa persona se ajuste a tus parámetros.
Cuando sientes tristeza pasa algo similar pero que tiene que ver con las expectativas que depositaste en el otro. Te decepcionan porque esperabas que actué como tú crees que "debería hacerlo", empieza a trabajar en esos "debería", observa que son construcciones tuyas y acepta que no puedes controlarlo todo.
Una vez que incorpores el identificar patrones de conducta tóxicos podrás salirte del piloto automático y dejar aquello con lo que sostienes estas formas de vincularte.
Recuerda no forzar relaciones y aprender a cuidarte, no te expongas ni te acostumbres a lo que te hace daño.
Si no puedes solo busca ayuda, un psicólogo podrá acompañarte en tu camino de sanación.