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La Embajada Musical Andina virtualmente

Susana Moreau cuenta cómo se reunieron virtualmente para grabar "Venas Abiertas" con toda la formación."Elegimos el tema pensando en las situaciones de violencia vividas tanto en Chile como en Bolivia", dijo.
Sabado, 20 de junio de 2020 01:01

La Embajada Musical Andina volvió a reunirse para grabar en conjunto "Venas Abiertas", de Mario Shajris y Leo Sujatovich. Los músicos y coreutas de tres países, en medio de la cuarentena, lograron continuar un sueño que naciera hace tanto tiempo, como cuenta Susana Moreau (del Capec - Centro Andino para la Educación y la Cultura, de Tilcara) al recordar que "en febrero de 1993 me llama desde París Miguel Ángel Estrella para decirme que se creó la fundación Air France, y querían empezar el trabajo con músicos de Bolivia, Argentina y Chile".

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La Embajada Musical Andina volvió a reunirse para grabar en conjunto "Venas Abiertas", de Mario Shajris y Leo Sujatovich. Los músicos y coreutas de tres países, en medio de la cuarentena, lograron continuar un sueño que naciera hace tanto tiempo, como cuenta Susana Moreau (del Capec - Centro Andino para la Educación y la Cultura, de Tilcara) al recordar que "en febrero de 1993 me llama desde París Miguel Ángel Estrella para decirme que se creó la fundación Air France, y querían empezar el trabajo con músicos de Bolivia, Argentina y Chile".

Nos dice que "eso incluía un viaje para fines de ese año con conciertos en quince ciudades de Francia. Había un pequeño grupo de instrumentistas en Cochabamba, yo tenía unas chicas que cantaban en Tilcara pero nada en Chile. Barbarita Cruz me da un contacto de Antofagasta. Era de un músico que tenía un grupo de canto y que confió en mi. Los instrumentistas de Cochabamba eran fantásticos, todos los chicos de los tres países, los más pequeños de once y los mayores que no llegaban a los diecisiete años".

Recuerda que "cuando volví a Antofagasta casi me desmayo por la maravilla de esas voces, algo extraordinario, así que pusimos una fecha para reunirnos todos en Tilcara. En julio vinieron y fue algo que nunca había visto, crear un grupo vocal e instrumental, sin tener repertorio, pero al empezar a sonar fue bien desde el comienzo. Serían unos treinta y cinco chicos que se quedaron acampando en mi casa, hicimos otro ensayo en Bolivia y nos embarcamos a Francia para llegar el 10 de diciembre de ese año".

Susana cuenta que "nos esperaban en una de las salas más importantes de París, donde hicimos la primera actuación. Ensayábamos entre función y función y se formó un grupo con mucha devoción para cantar. El último concierto fue en la sala de la Unesco, con capacidad para mil quinientas personas y quedó gente afuera. Al final le pido al público que se tome de las manos y nos acompañen. Estaba Danielle Mitterrand, la mujer del presidente francés, el director de la Unesco, sus funcionarios, gente del gobierno y fue un final soñado".

Así termina la gira y "al día siguiente llaman a Música Esperanza, de donde dependíamos. Federico Mayor, director de la Unesco, nos dice que nunca vio algo como los que hicimos, nos dio el dinero de las entradas para que sigamos trabajando y nos dijo que nos iba a apoyar. Y lo hizo durante ocho años, eso nos permitió movernos entre Chile, Jujuy y Bolivia, había profesores para cada lugar, y nos reuníamos dos veces por año. Entonces no teníamos la casa del Capec, que nació para poder acoger a los chicos de la Embajada Musical Andina".

NUEVA FORMA / EL TRABAJO DE LOS ARTISTAS.

Confiesa que "en cuanto vi a todos los chicos juntos por primera vez, supe que la cosa funcionaba musicalmente. Más allá de los buenos músicos que eran, esto pudo subsistir por lo entrañablemente amigos que se hicieron. Hará diez años llega uno de nuestros discos al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y nos llaman para grabar uno que sea distribuido en marcos escolares, luego otros dos. En total tenemos cinco grabaciones".

Dice que "los chicos fueron creciendo. Siempre con un lazo muy fuerte hasta que aparece esta cuarentena y nos volvimos a convocar. De todos los que participaron en estos años pudieron estar cerca de cincuenta, y elegimos el tema pensando en las situaciones de violencia que habían vivido tanto en Chile como en Bolivia. Esther Rodríguez empezó a trabajar las partes vocales desde Antofagasta, todo vía celular con cada uno, por zoom juntando las distintas voces, la dirección instrumental desde Cochabamba a cargo de Álvaro Zamora".

Nos cuenta que "había chicas que no cantaban desde hace quince años, otros siguieron todo el proceso y en conjunto tuvo una gran riqueza de timbres. Ahora todos quieren seguir, pero espero que podamos hacerlo juntándonos porque fue un trabajo agotador, sobre todo para Blas Moreau que tuvo que recibir cada parte, registrada con sus celular y tuvo que compaginar el total. Un trabajo enorme con varias versiones previas que fui corrigiendo. Pensé que no lo iba a poder".

Mauricio Valdivia procesó el sonido en su estudio de grabación en Chile, y Susana recuerda que "yo le corregía tal compás y se hacía de nuevo. Cuando vimos el resultado nos pareció buenísimo. Esperamos poder reunirnos, pero veremos, capaz que hacer ese repertorio que hicimos y que nos encanta. Es algo que tenemos que armar, pero a mi no me agarran más para volver a hacerlo por celular".

Termina diciendo que "hace cincuenta años que hago música, algunos trabajos importantísimos, todos con relación con lo social, con la población donde estamos, pero nunca tuve un proyecto con tanta alma como este y que haya perdurado tantos años". El resultado puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=wqkasaqOg54,