21°
30 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Más cauteloso

Lunes, 13 de julio de 2020 01:03

Más cauteloso

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Más cauteloso

En la mañana, don Nímedes Guascas escuchó que el gallo cantaba que "son todas macanas, son todas macanas", pero no le hizo caso y se aquerenció de la muchacha que fue a ofrecerle huevos. Tanto la quiso que al poco tiempo la llevó a su rancho y todo andaba más o menos bien, ni mejor ni peor que en cualquier hogar, cuando alguien le dijo que acaso esa wawa no fuera suya.

Don Nímedes la empezó a celar, y como siempre que se cela la vio con un forastero coqueteando bajo el molle, salió corriendo y nomás que llegó al pueblo se puso a beber, una cosa trajo la otra y terminó por confesar sus penas. Los parroquianos le aconsejaron lo peor, que tenía que ver con cuchillos y venganzas, y el alcohol hizo el resto.

Don Nímedes llegó como pudo a su rancho y los escuchó reír tras la puerta, gritó y salió el forastero, se armó la riña. Don Nímedes lo primereó, el forastero cayó herido y su mujer se le acercó al herido: has matado al padre de mi wawa, le recriminó y don Nímedes, ya fuera de sí, se le fue encima.

Las cosas entonces se le volvieron confusas porque estaba recostado como si hubiera caído de espaldas, y se incorporó asustado por lo que estaba haciendo. Era extraño. Aún estaba en el catre de su rancho, solo, y escuchaba al gallo que gritaba: "son todas macanas, son todas macanas". Recién entonces comprendió que todo aquello fue una pesadilla y que los perros ladraban.

Salió a la puerta y la vio con su canasto de huevos, que le ofrecía venderle. Era bella esa mujer, pero don Nímedes Guascas fue esta vez más cauteloso.

.

.

 

Temas de la nota