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Despojarse de lo material y disfrutar antes que sea tarde

Es la visión que tiene la jujeña Valeria Cruz que vive actualmente en Turquía con el amor de su vida, Sedar Bayar.
Domingo, 19 de julio de 2020 01:04

"Disfrutar el día como si fuera el último y valorar todo lo que nos rodea" puede que para algunos sea una filosofía de vida optimista y que los ayude a disfrutar el presente, pero quienes no la conocían la adoptaron luego de que una situación límite los puso entre la vida y la muerte. Hace siete años, a la jujeña Valeria Alejandra Cruz de 44 años le diagnosticaron asma alérgico y a partir de ese momento cambió sus prioridades.

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"Disfrutar el día como si fuera el último y valorar todo lo que nos rodea" puede que para algunos sea una filosofía de vida optimista y que los ayude a disfrutar el presente, pero quienes no la conocían la adoptaron luego de que una situación límite los puso entre la vida y la muerte. Hace siete años, a la jujeña Valeria Alejandra Cruz de 44 años le diagnosticaron asma alérgico y a partir de ese momento cambió sus prioridades.

En aquel momento proyectaba tener una casa cómoda, adquirir bienes y tener buenos ingresos. En cambio ahora, con el paso de los años, su vida dio un giro de 180 grados que la llevó a pensar que la felicidad pasa por disfrutar de las pequeñas grandes cosas de la vida. Entonces, ahora le propone a su marido que viajen, disfruten de una rica comida, de los bellos paisajes que tiene Turquía, un país que se extiende desde Europa oriental hasta Asia occidental, con conexiones culturales con el antiguo imperio griego, el persa, el romano, el bizantino y el otomano.

La jujeña se crió en el barrio Almirante Brown de la capital y en el año 2014 dejó la provincia por amor. Su afición por los juegos en redes, que lleva practicando hace 17 años, fue el puntapié para conocer a su marido Sedar Bayar, con quien vive en la provincia de Zonguldak, en el distrito Karadeniz Eregly.

MATRIMONIO FORTALECIDO / LA JUJEÑA VALERIA CRUZ JUNTO A SU ESPOSO SEDAR BAYAR.

La experiencia de dejar su tierra natal la vivió mucho más antes de que conforme su matrimonio. Por motivos laborales y empujada por la crisis económica que atravesaba Argentina, junto a una amiga decidió viajar a Chile e instalarse tres años para trabajar como promotora para diferentes empresas. Paralelamente se hacía tiempo para continuar con los juegos en redes, donde durante diez años comenzó una amistad con quien hoy es su marido. Y si hay algo capaz de conectar a dos personas separadas a miles de kilómetros de distancia, es el amor. Así fue que durante los últimos cuatro años en que llevaban una relación a distancia, donde no podían verse, pero sí escucharse, empezó a crecer un fuerte vínculo amoroso entre ambos.

El juego, su cable a tierra

Nervios, ilusión y miedo sintió aquel día en que decidió arribar a Turquía, donde en el aeropuerto, Serdar la recibió con flores, chocolates y una hermosa cadenita de oro. Desde aquel momento relató que para ella no fue difícil adaptarse a la cultura, pero sintió mucho añoro por su familia. "Yo ya había pasado ese proceso cuando había ido a Chile, por eso cuando viajé a Turquía no me costó.

Más allá de que aquí nadie habla en español y cuesta comunicarse, algunas veces quieres charlar con alguien y al único que tengo es a él, mi marido", dijo la jujeña y agregó que junto a su esposo diariamente practican juegos en redes, algo que para ella es como su cable a tierra.

Evadir prejuicios del hombre

Valeria Cruz derribó muchos prejuicios en torno al supuesto machismo de los hombres en ese lugar del mundo. Asegura que su marido la ama, la acompaña y hasta incluso se hace cargo de las tareas del hogar, donde el trato es de igual a igual y existe una gran paridad a la hora de las decisiones. "Él me dio todo el apoyo que yo necesitaba. Los turcos no son machistas, son celosos y cuidan mucho a su mujer porque les gusta tenerla en la casa, me compra cremas para las manos y pies. No me deja lavar los platos. Si me ve haciendo algún esfuerzo de algo él se ocupa", comentó.

GÜLHANE, PARQUE URBANO HISTÓRICO / SE ENCUENTRA UBICADO EN LA CIUDAD DE ESTAMBUL, TURQUÍA.

En este sentido y teniendo en cuenta la crisis sanitaria que atraviesa el mundo por el coronavirus, dijo que por su enfermedad, procura cuidarse mucho, se encuentra medicada y con tratamientos.

Aprovechar instantes de vida

La experiencia de esta jujeña lleva a pensar lo importante que es valorar aquellos pequeños momentos. Se considera una mujer que siempre busca despojarse de lo material y cuando cuenta con ingresos busca invertirlo en momentos que la hagan feliz, salir, pasear, comer, antes de tener una cartera de marca o joyas. "Mi visión de la vida cambió cuando yo me enfermé, antes pensaba en tener una casa u otras cosas. Por mi enfermedad no puedo tener hijos y tengo mentalizado que en algún momento me voy a morir por eso disfruto mi tiempo en lo que me hace feliz", cerró.